EL BARÇA MÁS SERIO ANULA AL PSG

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El Barcelona consiguió el pase a semifinales tras derrotar al Paris Saint Germain en el Camp Nou (2-0). El resultado de la ida le otorgaba cierta tranquilidad, pero Luis Enrique se encargó de mentalizar a sus jugadores, a los que exigió que afrontaran el partido con la misma seriedad que en el primer partido de la eliminatoria. En París, el Barcelona realizó un partido muy completo, con buenos tramos de juego e inteligencia para superar a un rival mermado. En el impoluto césped del Parque de los Príncipes, el Barcelona ofreció un fútbol coral, dirigido por Messi y culminado, con brillantez, por Luis Suárez. Y en la vuelta en el Camp Nou, el Barcelona escuchó las advertencias de su técnico y afrontó el partido con el mismo rigor competitivo. Consciente de los peligros del PSG, el Barcelona imprimió un sello reconocible a su juego: supo dormir a su rival con la posesión, aceleró en el momento preciso y realizó un gran ejercicio en la presión. Y recuperado su manual más tradicional, el Barcelona se ordenó a través del balón, que resguardó como nadie Iniesta. El manchego firmó una gran primera parte y fabricó el gol que premió el inicio del Barcelona. Fue en una jugada llena de plasticidad y de sutileza, en la que Iniesta condujo desde su propio campo, se deshizo de tres rivales y le sirvió un balón medido a Neymar. El brasileño, especialmente eficaz frente al PSG, le ganó la carrera a David Luiz y dribló al meta Sirigu para introducir el balón en la red. El gol del Barcelona sofocó cualquier posibilidad de remontada y el PSG dejó de creer en sus posibilidades demasiado pronto. Y se fue del Camp Nou prácticamente inédito; sin rastro de pólvora en sus delanteros y con escasas muestras de talento de Pastore o Ibrahimovic, que firmaron un partido discreto en el momento en el que más se les necesitaba. Solo Verratti se rebeló ante el dominio del Barça y dejó algún detalle que levantó el asombro del Camp Nou. Pese a ello, el fino mediocampista italiano acabó harto de perseguir sombras y mostró su impotencia en una patada a Neymar en el segundo tiempo. El brasileño volvió a ejercer de finalizador en el segundo gol, tras un centro de su compatriota Dani Alves. Neymar batió a Sirigu de cabeza y firmó su quinto gol de la temporada frente al equipo parisino. El segundo gol le dio al Barcelona argumentos para relajarse, pero el equipo de Luis Enrique mostró la misma seriedad que al inicio y se esforzó en dejar su portería a cero.

La segunda parte no tuvo mucha historia. El PSG adelantó líneas en busca de un gol que le diese vida a la eliminatoria. Y aunque mantuvo sus buenas intenciones con el balón, se topó siempre con el buen ejercicio defensivo de los blaugranas. El Barça se desgañitó en la presión y su zaga permaneció firme ante las amenazas parisinas: Ibrahimovic solo disparó una vez a puerta, Cavani se desfondó en la presión pero no inquietó a Ter Stegen, Pastore perdió la mayoría de los balones que tocó y Matuidi no se acercó al balcón del área. Solo la salida de Lucas Moura aportó velocidad a una delantera estática y sin la ambición que requiere la fase decisiva de la competición.

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El Paris Saint Germain ha perdido ante el Barcelona parte de la credibilidad que ganó en el duelo de octavos frente al Chelsea de Mourinho. Afectado en esta ocasión por las bajas, el equipo parisino sigue sin romper la barrera de cuartos de final. Más allá de eso, la imagen que ha ofrecido en la eliminatoria no está a la altura de las expectativas que ha generado la inversión de Nasser Al-Khelaïfi. La combatividad que permitió derrotar al Chelsea en Stamford Bridge con un jugador menos, ha dado paso a una declaración de impotencia frente al Barcelona. Tres años después de ser eliminado en el Camp Nou, el PSG vuelve a caer en los cuartos de final, sin demasiados síntomas de mejora. La reedición del duelo frente al Barcelona, lejos de consagrar al equipo parisino, ha sido un baño de realidad para los de Laurent Blanc. Pero lo más alarmante de todo es que el PSG ha asumido la superioridad del Barcelona con aparente resignación.

La noche fue tan placida[1] en el Camp Nou, que el Barça ni siquiera necesitó de la inspiración de Messi. El argentino no mostró el brillo de los últimos partidos y fue una pieza más del puzle del Barcelona, no el futbolista que da sentido al juego blaugrana. Sin la frescura del 10, esta vez fue Neymar el que, con sus goles, reclamó el papel de protagonista. A buen nivel rallaron el resto de sus compañeros: Suárez se esforzó en el desmarque, Messi colaboró en la circulación, Rakitic fue solidario en la recuperación, Xavi e Iniesta alternaron la distribución del juego [1] y Busquets volvió a esconder el balón con maestría. Mascherano mostró su lectura de juego, Piqué volvió a estar sobrio al corte y los laterales- Jordi Alba y Dani Alves- mezclaron con acierto el despliegue en ataque con la atención defensiva.

El Barcelona se mostró como un equipo sólido y aseado, que atendió a la circulación y se esforzó en robar en el campo del rival. El buen nivel colectivo, la recuperación de Iniesta, la seguridad de Busquets y los goles de Neymar fueron las mejores noticias de un equipo que ha llegado a la fase decisiva de la temporada con opciones en todos los títulos. Tras derrotar en el global de la eliminatoria al PSG por 5-1, el Barça disputará las semifinales de la Champions League, algo que ha ocurrido en siete de las últimas ocho ediciones. La eliminatoria ha mostrado la seguridad del Barcelona, que mantiene intacta su reputación en las grandes ocasiones.

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 Jorge Rodríguez Gascón.

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[1] En el segundo tiempo, Luis Enrique pudo dar descanso a Busquets, Iniesta y Suárez. Iniesta fue sustituido por Xavi Hernández y el de Tarrasa recogió el testigo del manchego en la circulación.

[2] En el otro partido de la jornada el Bayern de Múnich remontó la eliminatoria frente al Oporto (6-1). El Bayern zarandeó a su rival en la primera parte y en media hora ya había conseguido el 3-0, que le daba el pase a semifinales. La grada del Allianz Arena se encendió desde el inicio y acabó entregada a sus jugadores. Marcaron Lewandowski en dos ocasiones, Thiago, Boateng, Müller y Xabi Alonso. Jackson Martínez consiguió el único gol del Oporto, un equipo prometedor que aspira a estar entre los grandes del fútbol europeo. Pep Guardiola le ganó el duelo en los banquillos a Julen Lopetegui, en un enfrentamiento entre los dos mejores técnicos españoles que entrenan en el extranjero. La victoria le da tranquilidad a Guardiola, que ha pasado una semana difícil en Múnich, y devuelve al Bayern su cartel de favorito.

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Foto 1: peru.com. Foto 2: caughtoffside.com

THIAGO SILVA HACE VOLAR AL PSG

El Paris Saint Germain consiguió el pase en Stamford Bridge en una declaración de ideales, un ejercicio futbolístico que ejecutaron los parisinos con buen gusto, pundonor y coraje. El equipo que dirige Laurent Blanc se sobrepuso a la tempranera expulsión de Ibrahimovic y supo reaccionar cuando la eliminatoria estaba en su contra. Thiago Silva cometió el penalti que ponía al Chelsea por delante en la prórroga y enmendó su error con un testarazo a la red de Courtois.

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Si algo se le podía achacar al Paris Saint Germain, un equipo construido por la maquinaria económica del jeque Nasser Al-Khelaïfi, era que le faltaba su gran bautismo europeo. Se le podía reprochar también que le faltó carácter en las eliminaciones de las últimas temporadas, ante el Chelsea y el Barcelona. Pues bien, su partido en Stamford Bridge solventó de un plumazo todas las dudas que su generaba su juego, especialmente en los grandes escenarios. Su orgullo y su amor propio quedó reflejado en la figura de sus centrales: David Luiz y Thiago Silva, los autores de los goles que sellaron la reacción del conjunto galo. El Chelsea se empeñó en que no se jugara a nada, y olvidó que también tiene armas para atacar y no solo para resguardarse. No hubo noticias de Cesc en la circulación, no apareció Hazard para desequilibrar y Diego Costa se perdió en riñas con David Luiz. Por el contrario, cobraron protagonismo Matic y los guardianes de la zaga blue (Ivanovic, Terry, Cahill y Azpilicueta), los verdaderos hombres de confianza de Mourinho. Y con el Chelsea entregado a la pizarra de Mou, la media del PSG aceptó el protagonismo que concede el balón. Verratti, Motta y Pastore se juntaron en el medio y combinaron con exquisita precisión. Entre Verratti y Motta se reparten los papeles en la dirección del juego. Thiago Motta es un jugador de escuela, de esos que le da criterio a la circulación. Marco Verratti imprime su sello en cada pase. El menudo mediocampista italiano es un futbolista osado, de gran personalidad, que destaca en la lectura del juego. Tiene plena confianza en sus recursos técnicos y posee la facilidad de saltar la presión con un regate sutil o un pase medido. También entendió bien el partido Pastore, que acudió a generar superioridades en el medio e inquietó a Ivanovic desde el costado izquierdo. Por ese carril se desplegaba también Maxwell, un lateral fino y aseado, que sigue dando soluciones por más que pasen  los años. El trotón Matuidi cubría las espaldas y se aproximaba al balcón del área. Se ofrecía Cavani y jugaba de cara Ibrahimovic, que en el minuto 32 fue víctima de un error de bulto del colegiado. El balón quedó largo e Ibrahimovic llegó tarde en la disputa con Óscar, pero recogió las piernas visiblemente para moderar su entrada. Óscar exageró el golpe y los futbolistas del Chelsea fueron en manada a por el árbitro. Bjorn Kuipers cayó en la trampa y expulsó a Ibrahimovic. No se inmutó el PSG y siguió fiel a su plan de juego, basado en el buen trato del balón. Tampoco dio un paso hacia delante el Chelsea, que mereció la eliminación porque no presentó ningún argumento ofensivo. Jugó demasiado preocupado de proteger a Courtois, sin imaginación en el juego ni voluntad de herir al rival.

1426094599_130686_1426105263_album_grande El ideario de Mourinho viene avalado por un glosario de títulos, pero posee tantos apartados dedicados a los sistemas defensivos que olvida que el fútbol también es un juego basado en la improvisación y en el ataque. Darle un resultado a favor es darle una ventaja que se ha de conservar, que bajo ningún concepto se puede estirar más, si eso exige arriesgarse. Y esa fue la tumba del Chelsea en Stamford Bridge: un planteamiento basado en la precaución y la cobardía. El equipo inglés no quiso  sentenciar a un rival fatigado, que jugó noventa minutos en inferioridad numérica y lo pagó con la eliminación. El PSG, por otra parte, buscó la victoria sin reservas, con la pasión y la urgencia que impone un resultado adverso. El equipo parisino solo dejó de trenzar jugadas cuando Verratti tuvo que pedir el cambio, en los minutos finales del tiempo reglamentario. Minutos antes había tenido el gol en las botas de Cavani. Verrati salió de la presión con un giro plástico y cedió para Pastore. El mediapunta argentino atendió a la llegada de Cavani y el disparo del uruguayo se topó con la madera, después de sortear la salida de Courtois. Por un momento, el resultado pareció darle la razón a Mourinho, cuando Cahill fusiló a Sirigu tras un barullo en el área. El primer gol de la noche partió, como todos los que llegaron después, de un saque de esquina. Y parecía que el gol del Chelsea firmaba la clasificación de los blues, entre otras cosas porque su rival estaba asfixiado. Pero el equipo que dirige Laurent Blanc encontró aliento en los córners y apareció David Luiz para llevar el partido a la prórroga. Lavezzi centró y el defensa brasileño ejecutó un remate de cabeza inapelable a la escuadra de Courtois. Pese al empate, Mourinho mandó parar a los suyos en los minutos finales del partido, consciente de la ventaja que tenían al jugar una prórroga frente a 10 jugadores. En los minutos iniciales del tiempo extra, el Chelsea dio un paso al frente, empujado más por la inercia del partido que por la voluntad de atacar. Y una vez que consiguió la ventaja volvió a entregarse a la calculadora de su técnico. Thiago Silva saltó frente a Zouma con el brazo en alto. Es difícil saber si llegó a tocar el balón pero el gesto fue tan extraño y, al mismo tiempo tan alarmante, que el colegiado señaló penalti. Hazard, que fue el único rebelde en un equipo demasiado encorsetado, lo transformó con tranquilidad. Esta vez sí que parecía el gol definitivo, entre otras cosas, porque el PSG daba la impresión de estar entregado. Pero el equipo de Blanc se encontró con dos nuevos saques de esquina, en los que Thiago Silva emergió. El brasileño había cometido un error impropio de su nivel y había emborronado su gran partido. Pero el fútbol no hubiese sido justo con él si no hubiese premiado su esfuerzo durante los 120 minutos. En el primer lanzamiento, Courtois despejó su cabezazo con una estirada inverosímil. El segundo córner llegó desde el otro costado y Thiago Silva se elevó para batir a Courtois en el minuto 114. El brasileño firmó el gol que castigó a un Chelsea tan precavido que, a fuerza de no arriesgar, acabó asumiendo demasiados riesgos.

1426094599_130686_1426115219_album_grande El PSG consiguió superar a su verdugo de la temporada pasada y lo celebró en el mismo césped, con los aficionados que se desplazaron hasta Londres. Hasta el jeque, Nasser Al-Khelaïfi, bajó al campo en busca de futbolistas a los que abrazar. La victoria supone una liberación para la plantilla y es, en definitiva, justa para el fútbol. El equipo de Blanc ha dejado de ser una exótica constelación de estrellas. Tras su noche mágica en Stamford Bridge, el Paris Saint Germain se ha convertido en un serio aspirante.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: Toby Melville (REUTERS). Foto 2: Ian Kington (AFP) . Foto 3: Gerry Penny (EFE)

EL BARCELONA SE EXAMINA EN PARÍS

El Barcelona se enfrentará al Paris Saint Germain en uno de los partidos más esperados de la jornada de Champions.

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-Actualidad blaugrana.

El equipo de Luis Enrique llega a París tras golear el pasado sábado al Granada, en un encuentro en el que los culés acabaron disfrutando. Tras su empate ante el Málaga surgieron algunas dudas y se vieron algunas similitudes entre el Barcelona actual y el de la pasada campaña. En la Rosaleda, faltó fluidez en el juego, el equipo no trabajó tanto en la presión y no disparó a puerta. Ni Messi ni Neymar se encontraron y Claudio Bravo fue exigido por primera vez en la competición. El planteamiento del Málaga de Javi Gracía nubló a un Barcelona previsible, sin velocidad en la circulación ni ambición en el juego.

Frente al Granada, el Barcelona recuperó algunas de las virtudes del inicio de temporada. Fue un equipo generoso en el esfuerzo y veloz en la recuperación, que tuvo la posesión del encuentro y supo hacer daño al rival. Bajo la dirección de Xavi y Rakitic, el Barcelona encontró la portería de Roberto. Messi y Neymar lideraron la goleada y parece que de su asociación dependen los resultados blaugranas. El 10 es el futbolista que mejora la jugada en el Barcelona, y su talento es la solución ante cualquier problema en la elaboración. Está inspirado en el juego, comprometido en la presión y generoso en el pase.

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Ha participado en 14 de los 18 goles que ha marcado el Barcelona esta temporada, ha anotado 5 goles y ha repartido 7 asistencias.[1] Frente al Granada asistió a Rakitic en el primer gol y a Neymar en el quinto, tras realizar dos bonitas acciones personales. Además, Messi marcó su primer gol en la mejor jugada del partido. Su segundo tanto definió el momento que vive el argentino y mostró alguna de las claves de su mejoría. Corría el minuto 82 y el Barcelona ya ganaba 5-0, pero Messi intuyó el fallo del central y aceleró en la presión. Robó el balón, encaró a Roberto y evitó su salida con un toque sutil con la diestra. Su participación en la recuperación sirve para medir su implicación en el juego. Su rendimiento ha mejorado, entre otras cosas, porque el argentino parece darle más importancia al juego colectivo. Parece que el gol ha dejado de obsesionarle, se compromete más en fase defensiva y, ante defensas bien plantadas, encuentra las mejores opciones para sus compañeros.

Por su parte, Neymar se está sintiendo importante en el equipo y ya lleva 6 goles en liga. Cada vez lee mejor el juego de Messi y es capaz de desbordar en cualquier partido. Su manejo de balón le da múltiples variantes pero debe mejorar en la toma de decisiones. Debe comprender que el regate es un elemento de sorpresa y debe seleccionar sus acciones siendo más vertical.

A la pareja Messi-Neymar se ha unido Munir, un joven de la cantera al que no le pesa el escenario ni el escudo. Es un futbolista de grandes movimientos, que genera espacios para sus compañeros y siempre dispone de oportunidades. Además, su rendimiento baja en la medida en que se aleja del área. Munir parece ser una apuesta personal de Luis Enrique y le ha ganado el puesto en la rotación a Pedro, al que le acecha la sombra de lo que fue.

-Duelo ante el PSG.

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Frente al Paris Saint Germain (martes, 30 de septiembre de 2014, 20:45, TVE) se prevén cambios en la alineación de Luis Enrique. En la prensa catalana se especula con un mediocampo novedoso: Mascherano y Busquets formarían el doble pívote, con dos interiores por delante como Iniesta y Rakitic. Messi y Neymar estarían en la delantera y Piqué y Jordi Alba regresarían a la defensa. En la portería, es probable que juegue Ter Stegen, que solo ha disputado un partido oficial en la temporada, precisamente en la competición europea. Sin embargo, todas estas predicciones pueden ser desestimadas por un técnico innovador como Luis Enrique, obsesionado con la idea de sorprender al rival: «Queremos plantear dudas al rival, que no sepa de qué manera vamos a jugar. El objetivo es ser mejor que ellos y para eso necesitamos que aparezcan todos nuestros jugadores».

Al equipo de Luis Enrique le sigue faltando algo de imaginación ante defensas cerradas, algo que de momento ha compensado con la presión rápida sobre el rival. Si recuperas el balón arriba, es más fácil pillar desprevenido al rival y, por tanto, no necesitas estar inspirado para encontrar soluciones.

El Paris Saint Germain llega al partido tras un inicio irregular en la liga francesa, el equipo va cuarto en la clasificación a cinco puntos del Marsella de Bielsa. Además, el conjunto de Blanc tiene numerosas bajas, entre las que destacan la del capitán Thiago Silva, la del genial delantero Zlatan Ibrahimovic y la del argentino Lavezzi. Pese a ello, el equipo francés sigue siendo un rival temible. Laurent Blanc recurrirá a Marquinhos, pretendido por el Barcelona este verano, para acompañar a David Luiz en el centro de la defensa. En la creación destaca el fino Verratti, que estará flanqueado por Matuidi y Thiago Motta. Y arriba formará una delantera peligrosa: en la que destaca la calidad de Javier Pastore, la velocidad de Lucas Moura y el olfato de Edilson Cavani.

El equipo de Luis Enrique se enfrenta a su primer gran rival en una ciudad que le depara buenos recuerdos. En París el Barcelona consiguió su segunda Champions, con Rikjaard en el banquillo y Ronaldinho en el campo. El técnico asturiano sabe de la dificultad del partido y advierte: “Ganar en París requiere motivación, concentración y acierto, aspectos que quizás en otros partidos no hemos sabido mantener».

Por Jorge Rodríguez Gascón.

Foto1: 20minutos.es

Foto2: sportmaniacos.com

Foto 3. yahoo.sport.com

[1] Messi ha dado 8 asistencias sí se contabiliza su pase en la jugada del gol de Sandro ante el Villarreal.