EL BARCELONA SE EXAMINA EN PARÍS

El Barcelona se enfrentará al Paris Saint Germain en uno de los partidos más esperados de la jornada de Champions.

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-Actualidad blaugrana.

El equipo de Luis Enrique llega a París tras golear el pasado sábado al Granada, en un encuentro en el que los culés acabaron disfrutando. Tras su empate ante el Málaga surgieron algunas dudas y se vieron algunas similitudes entre el Barcelona actual y el de la pasada campaña. En la Rosaleda, faltó fluidez en el juego, el equipo no trabajó tanto en la presión y no disparó a puerta. Ni Messi ni Neymar se encontraron y Claudio Bravo fue exigido por primera vez en la competición. El planteamiento del Málaga de Javi Gracía nubló a un Barcelona previsible, sin velocidad en la circulación ni ambición en el juego.

Frente al Granada, el Barcelona recuperó algunas de las virtudes del inicio de temporada. Fue un equipo generoso en el esfuerzo y veloz en la recuperación, que tuvo la posesión del encuentro y supo hacer daño al rival. Bajo la dirección de Xavi y Rakitic, el Barcelona encontró la portería de Roberto. Messi y Neymar lideraron la goleada y parece que de su asociación dependen los resultados blaugranas. El 10 es el futbolista que mejora la jugada en el Barcelona, y su talento es la solución ante cualquier problema en la elaboración. Está inspirado en el juego, comprometido en la presión y generoso en el pase.

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Ha participado en 14 de los 18 goles que ha marcado el Barcelona esta temporada, ha anotado 5 goles y ha repartido 7 asistencias.[1] Frente al Granada asistió a Rakitic en el primer gol y a Neymar en el quinto, tras realizar dos bonitas acciones personales. Además, Messi marcó su primer gol en la mejor jugada del partido. Su segundo tanto definió el momento que vive el argentino y mostró alguna de las claves de su mejoría. Corría el minuto 82 y el Barcelona ya ganaba 5-0, pero Messi intuyó el fallo del central y aceleró en la presión. Robó el balón, encaró a Roberto y evitó su salida con un toque sutil con la diestra. Su participación en la recuperación sirve para medir su implicación en el juego. Su rendimiento ha mejorado, entre otras cosas, porque el argentino parece darle más importancia al juego colectivo. Parece que el gol ha dejado de obsesionarle, se compromete más en fase defensiva y, ante defensas bien plantadas, encuentra las mejores opciones para sus compañeros.

Por su parte, Neymar se está sintiendo importante en el equipo y ya lleva 6 goles en liga. Cada vez lee mejor el juego de Messi y es capaz de desbordar en cualquier partido. Su manejo de balón le da múltiples variantes pero debe mejorar en la toma de decisiones. Debe comprender que el regate es un elemento de sorpresa y debe seleccionar sus acciones siendo más vertical.

A la pareja Messi-Neymar se ha unido Munir, un joven de la cantera al que no le pesa el escenario ni el escudo. Es un futbolista de grandes movimientos, que genera espacios para sus compañeros y siempre dispone de oportunidades. Además, su rendimiento baja en la medida en que se aleja del área. Munir parece ser una apuesta personal de Luis Enrique y le ha ganado el puesto en la rotación a Pedro, al que le acecha la sombra de lo que fue.

-Duelo ante el PSG.

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Frente al Paris Saint Germain (martes, 30 de septiembre de 2014, 20:45, TVE) se prevén cambios en la alineación de Luis Enrique. En la prensa catalana se especula con un mediocampo novedoso: Mascherano y Busquets formarían el doble pívote, con dos interiores por delante como Iniesta y Rakitic. Messi y Neymar estarían en la delantera y Piqué y Jordi Alba regresarían a la defensa. En la portería, es probable que juegue Ter Stegen, que solo ha disputado un partido oficial en la temporada, precisamente en la competición europea. Sin embargo, todas estas predicciones pueden ser desestimadas por un técnico innovador como Luis Enrique, obsesionado con la idea de sorprender al rival: «Queremos plantear dudas al rival, que no sepa de qué manera vamos a jugar. El objetivo es ser mejor que ellos y para eso necesitamos que aparezcan todos nuestros jugadores».

Al equipo de Luis Enrique le sigue faltando algo de imaginación ante defensas cerradas, algo que de momento ha compensado con la presión rápida sobre el rival. Si recuperas el balón arriba, es más fácil pillar desprevenido al rival y, por tanto, no necesitas estar inspirado para encontrar soluciones.

El Paris Saint Germain llega al partido tras un inicio irregular en la liga francesa, el equipo va cuarto en la clasificación a cinco puntos del Marsella de Bielsa. Además, el conjunto de Blanc tiene numerosas bajas, entre las que destacan la del capitán Thiago Silva, la del genial delantero Zlatan Ibrahimovic y la del argentino Lavezzi. Pese a ello, el equipo francés sigue siendo un rival temible. Laurent Blanc recurrirá a Marquinhos, pretendido por el Barcelona este verano, para acompañar a David Luiz en el centro de la defensa. En la creación destaca el fino Verratti, que estará flanqueado por Matuidi y Thiago Motta. Y arriba formará una delantera peligrosa: en la que destaca la calidad de Javier Pastore, la velocidad de Lucas Moura y el olfato de Edilson Cavani.

El equipo de Luis Enrique se enfrenta a su primer gran rival en una ciudad que le depara buenos recuerdos. En París el Barcelona consiguió su segunda Champions, con Rikjaard en el banquillo y Ronaldinho en el campo. El técnico asturiano sabe de la dificultad del partido y advierte: “Ganar en París requiere motivación, concentración y acierto, aspectos que quizás en otros partidos no hemos sabido mantener».

Por Jorge Rodríguez Gascón.

Foto1: 20minutos.es

Foto2: sportmaniacos.com

Foto 3. yahoo.sport.com

[1] Messi ha dado 8 asistencias sí se contabiliza su pase en la jugada del gol de Sandro ante el Villarreal.

EL BARCELONA SOLO CUMPLE

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El Barcelona llegaba a su estreno en Champions con el colchón de sus tres victorias en liga. Jugaba ante el Apoel, en teoría el rival con menor cartel en un grupo que protagonizan los culés y el Paris Saint Germain. Y el equipo de Luis Enrique presentó un once lleno de canteranos, realizando hasta nueve cambios respecto al partido ante el Athletic del pasado sábado.

Luis Enrique puso a jugar a futbolistas de la casa como Samper, Bartra o Sergi Roberto y recuperó a los tocados Ter Stegen, Adriano y Alves. Munir sigue participando y más allá de su olfato (ayer no tuvo muchas oportunidades) mantiene una gran intensidad en la presión, liberando al resto de los delanteros. Neymar jugó de inicio por primera vez en la temporada y su conexión con Messi fue la mayor de las atracciones del equipo, aunque le faltó la contundencia necesaria para marcar.

La inercia de un buen inicio no fue suficiente para abrir una defensa cerrada, tan poblada a la hora de cerrar espacios como eficaz en las ayudas. El Apoel defendió por acumulación pero con mucho acierto. El Barcelona se perdió en posesiones intrascendentes, generó un embudo alrededor de la frontal y sus llegadas solo vinieron de la mano de la sociedad Messi-Neymar. Los dos estiletes blaugranas fueron los únicos capaces de desestabilizar a un rival bien armado. Pese a ello, se buscaron en exceso, adornaron la jugada y no finalizaron bien en el remate. El portero del Apoel, Urko Pardo, formado en la cantera culé, fue uno de los más destacados del conjunto chipriota y lució en un gran escenario.

El equipo de Luis Enrique estuvo lento en la circulación y sin inspiración en el último pase. Le faltó profundidad por las bandas y sus mejores oportunidades llegaron a balón parado. En la primera, Messi disparó desde la frontal y Urko Pardo evitó el gol con una buena estirada. En la siguiente jugada, nuevamente Messi botó una falta con un efecto traicionero. El balón llegó a Piqué y el central batió de cabeza al portero (1-0, minuto 28). Lo que antes era una de las asignaturas pendientes del Barcelona, el juego a balón parado, se ha convertido en un arma más para los culés. La pizarra de Luis Enrique parece ofrecer más soluciones que la de sus predecesores.

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El cambio en los banquillos ha generado un clima de buenas sensaciones en la Ciudad Condal. El equipo cuenta todos sus partidos por victorias y aún no ha recibido un solo gol. Luis Enrique ha conseguido elevar el nivel competitivo de la plantilla gracias a la inversión en fichajes y a una cantera prácticamente inagotable. Además el técnico asturiano ha dotado al equipo de mayor mentalidad ganadora y solidez defensiva. Ha recuperado a Messi en el apartado físico y el 10 parece más implicado tanto en el juego como en la recuperación. A ello se suma su sociedad con Neymar y la irrupción de Munir. El técnico asturiano ha apostado por un estilo reconocible (prueba de ello es que algunos de los canteranos que jugaron el primer partido de Champions no tenían ficha del primer equipo) y parece hacer las alineaciones solo en función del estado físico de sus jugadores y de las posibilidades que ofrece el rival, sin atender a los nombres. Luis Enrique ha empezado a introducir una serie de variantes tácticas con el fin de evitar ser previsible ante rivales cerrados y ha impuesto sus principios en un vestuario con muchos pesos pesados.

Sin embargo, en la noche de ayer, se estrellaron ante un rival bien trabajado en lo táctico. El equipo catalán mostró algunos vicios del pasado: poca verticalidad en el juego, imprecisión en las combinaciones rápidas y falta de puntería en las ocasiones más claras. Renunció a las bandas y cayó en la trampa que había preparado el equipo de Giorgios Donis. Es posible que las mejores noticias del equipo llegaran, paradójicamente, sin el balón, con un Barcelona rápido en la presión y en la recuperación.

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El control del juego no se pudo traducir en mayores ocasiones y el conjunto catalán solo fue capaz de sorprender al rival subido a la mochila, llena de talento, de Messi o de Neymar. Al final, sin acierto a la hora de firmar la sentencia, el Barcelona vio como el Apoel se acercaba a la portería del inédito Ter Stegen. El portero alemán recuerda a Neuer en la suficiencia con la que se posiciona como libre de su equipo y supo estar preparado en el momento oportuno. Iniesta dejó buenos detalles cuando entró al campo y Sandro sustituyó a un tímido Munir. Neymar y Messi tuvieron el segundo en dos pinceladas y, tras fallar sendas oportunidades, el Barcelona acabó pidiendo la hora. Usó el balón como instrumento defensivo y no como medio para doblegar al rival.

Antes de que sonara el pitido final los chipriotas disfrutaron de un par de contragolpes en los que solo su inocencia les impidió plantarse ante Ter Stegen. Finalmente el portero alemán intervino atajando un lanzamiento de Manduca, el mayor peligro del Apoel

El Barcelona consiguió una victoria importante en un partido mucho más complicado de lo que se esperaba, con un gol de un Piqué cuestionado, que busca realzar el vuelo. El Apoel, por su parte, mostró que su cartel de cenicienta era más bien ficticio y puede ser capaz de pelear en el grupo. El equipo chipriota supo replegarse en su campo y anuló a un rival que debe aspirar a todo.

Al Barcelona de Luis Enrique le faltó continuidad en el juego y más registros ofensivos. La variación de piezas no dio lugar a mayores recursos en ataque y la apuesta de los canteranos generó más ilusión al principio del partido que satisfacción al final del mismo. El equipo ganó pero se fue con la sensación de haber perdido la ocasión de brindar una victoria más holgada a su afición. Solo la irrupción del prometedor Samper, una nueva versión del cuatro de la escuela blaugrana, despertó a la grada en una noche que prometía ser mucho más luminosa.

Por Jorge Rodríguez Gascón.

Foto 1: http://www.footballineup.com

Foto 2: http://www.footballineup.com

Foto 3: http://www.theguardian.com