EL OCTUBRE DEL BARCELONA

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El fútbol posee rincones ocultos y giros inesperados. Sólo así se explica que el Barcelona, campeón de todo hace unos meses, viva una situación delicada a principios de octubre. El equipo de Luis Enrique cosechó en Sevilla su segunda derrota consecutiva fuera de casa y llora la baja de Messi, el gran artífice del triplete. Castigado por las lesiones y por la FIFA, el Barcelona ha encajado en el primer mes de temporada 20 tantos en todas las competiciones, sólo un gol menos de los que recibió en la pasada liga. La ausencia de piezas importantes del equipo- en lo que va de liga ya han caído por lesión Messi, Iniesta, Rafinha, Jordi Alba, Alves y Vermaelen- ha limitado a una plantilla corta, que llegó a principios de agosto con sólo 16 futbolistas de grandes prestaciones. Las salidas de Xavi y Pedro dejaron al Barça sin piezas de recambio, y en apenas dos semanas, Luis Enrique ha visto caer a los dos grandes conductores del juego blaugrana: Andrés Iniesta y Leo Messi.

El Barcelona ha dejado escapar seis puntos en el primer mes de competición y ha mostrado demasiadas veces su fragilidad defensiva. Su falta de acierto en las áreas le convierte en un equipo vulnerable, al que le cuesta controlar los arrebatos del rival. De repente, la zaga azulgrana parece pesada, incapaz de gestionar los metros que cede a su espalda. Mascherano y Piqué han firmado actuaciones cuestionables, Mathieu es un jugador proclive al despiste, Dani Alves no vigila la marca y Vermaelen, que pareció al principio el gran fichaje del año, ocupa otro sitio en la enfermería. Luis Enrique sigue sin confiar en Bartra para los partidos importantes y la explosividad de Jordi Alba necesita descanso. El Barcelona también sufre un gran vacío en el mediocampo, el más llamativo quizá, pues es el lugar en el que se construye la propuesta de la Masía. En el Camp Nou, parece inevitable echar la vista atrás y añorar el pase de Xavi, que cerró con el triplete una carrera mágica. Ahora, en esa zona el club describe cierta sensación de abandono. Rakitic lleva varios partidos a menor nivel y Busquets debe cubrir demasiado terreno, incluso con la aportación de Sergi Roberto, al que se ve más suelto en el lateral. El inicio de año del futbolista de Reus es, probablemente, la mejor noticia de estos últimos meses en el Barcelona.

También la delantera, clave en la triple corona, parece lejos del nivel de eficacia de la temporada pasada. En lo que va de temporada el Barcelona ha necesitado una media de 7 disparos para hacer gol. Prueba de ello son sus 9 lanzamientos a puerta ante el Sevilla, para marcar un tanto de penalti. Los próximos meses, sin la zurda de Messi, Neymar y Suárez deben guiar al Barcelona en la carrera por la liga. En la portería, el equipo de Luis Enrique tampoco ha podido mantener la estabilidad de la pasada campaña. Bravo estuvo de baja por una lesión en el sóleo y Ter Stegen ha mostrado más atrevimiento que seguridad al remplazarle. Stegen ha recibido 15 goles en seis encuentros y Bravo encajó sus dos primeros tantos en su regreso ante el Sevilla. La temporada pasada el chileno estuvo imbatido hasta la octava jornada de liga.

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La falta de efectivos obliga a Luis Enrique a mirar a la cantera, una estructura cuestionada por la FIFA. De momento, del filial sólo parece contar Gumbau, un jugador de buen toque, pero propenso a la timidez. El siguiente canterano en la rotación es Cámara, que estrenó convocatoria en Sevilla. A la espera de una oportunidad están también los olvidados Samper, Dongou o Grimaldo, a los que Luis Enrique no ha llamado en toda la temporada. El técnico asturiano sigue confiando en las variantes de Sandro y Munir, futbolistas que parecen incapaces de cubrir el hueco que dejó Pedro.

La decisión de prescindir de Deulofeu o Adama tampoco parece del todo acertada, entre otras cosas porque en la plantilla no hay un solo extremo puro, una posición clave en el ideario de la Masía. Mientras tanto, en el Sporting de Gijón brilla Halilovic, uno de esos zurdos que poseen talento para proponer algo distinto. La cesión le ha venido bien al croata, aunque se cerró antes de que empezaran a caer piezas importantes de la plantilla blaugrana. Quizá ahora Halilovic habría sido útil para Luis Enrique, al que le cuesta encontrar soluciones para paliar la ausencia de Messi. En cualquier caso, Halilovic necesita minutos que el Barça no puede garantizar.

Curiosamente, unos meses después de ganar la Champions, el Barcelona transmite la sensación de ser un equipo algo envejecido, débil y poco renovado, al que le cuesta encadenar varios esfuerzos en pocos días. Mermado en todas sus líneas, el Barça afronta sus días más delicados, con la esperanza de que octubre no sea un mes decisivo para la competición. De momento, sus rivales no han aprovechado las derrotas del Barça (que ya ha perdido en tres de sus desplazamientos en lo que va de temporada). Si el equipo de Luis Enrique pretende llegar en una buena situación al mercado invernal, no puede permitirse perder muchos más puntos. En enero podrá contar con Arda Turan y Aleix Vidal, dos buenas piezas de refresco en un equipo escaso de efectivos.

Poco después de besar el cielo de Berlín, el Barcelona debe recuperar la confianza ante el Rayo. Toda una ironía para Luis Enrique, que conoce los secretos del fútbol: un juego que se alimenta de momentos imprevistos.

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Jorge Rodríguez Gascón.

Foto1: peru.com. Foto2: ibtimes.co.uk

APUNTES DEL CLÁSICO

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El Clásico enfrenta a dos de los mejores equipos del mundo. El duelo no será decisivo –el vencedor será líder con una diferencia mínima-, pero puede ser un punto de inflexión para dos conjuntos que han alternado fases brillantes y mediocres. Real Madrid y Barcelona representan dos concepciones diferentes del fútbol, dos estilos antagónicos cuyos límites se han difuminado en algunos momentos de la temporada. El Madrid ha sumado a su brutal contragolpe la capacidad de controlar los partidos a través de la posesión. En su mejor momento de la temporada, el centro del campo formado por Kroos, Modric, Isco y James dominaba y ganaba los partidos a través de la combinación, si bien mantenía su gusto por el contraataque. Sin embargo, en la última fase de la temporada, con las bajas de Modric y James, el Madrid ha perdido imaginación y se ha visto obligado a recurrir a su arma más natural. Del mismo modo, en algunas fases el Barcelona ha renunciado al juego horizontal, a posesiones largas que permitan al rival encerrarse. Lo ha hecho en favor de su delantera, tal vez la mejor del mundo en ataque posicional, pero imparables con espacio.

La defensa del Madrid parece más segura. Incluso en los peores partidos del equipo de Ancelotti, cuando el rival le creaba ocasiones con facilidad, el principal problema no estaba en los defensas, sino tal vez en la poca ayuda que ofrecían los delanteros y en la superioridad del contrario en el centro del campo. Carvajal ha dado un paso al frente esta temporada. Su enfrentamiento con Neymar, al que defendió muy bien en la primera vuelta, será una de las claves del partido. Ramos y Pepe forman una de las parejas de centrales más sólidas del mundo. Son los líderes naturales del equipo. Marcelo será fundamental para sacar el balón jugado y para crear desequilibrios. Las mejores jugadas del Madrid suelen nacer en el costado izquierdo, en combinaciones del brasileño con Isco, Benzema o Cristiano. Sin embargo las caídas de Messi a la banda derecha pueden limitar sus incoporaciones.

En el Barcelona, Piqué pasa por su mejor momento en años. En sus enfrentamientos contra el Madrid su actuación siempre ha sido un factor determinante. Se ha medido a Cristiano Ronaldo con diferentes suertes. A su lado, estarán Mathieu o Mascherano, dependiendo de si finalmente Luis Enrique arriesga y Busquets juega de inicio. El francés promete fortaleza en los balones aéreos y potencia para sostener un sprint a los velocistas del Madrid. Mascherano es la anticipación y la lectura del juego, algo importantísimo en los Clásicos. Dani Alves y Jordi Alba son dos laterales incansables que siempre ofrecen un apoyo, o doblan a su extremo en busca de la línea de fondo. El Madrid tratará de aprovechar los metros que se creen a sus espaldas, especialmente en el caso del brasileño, con menor rigor táctico.

El centro del campo del Madrid explica la amplitud de recursos con los que cuenta el equipo de Ancelotti. Su duelo con la media blaugrana definirá el partido: los dos equipos querrán imponer su juego, y el que pierda el balón deberá decidir si presiona o espera. Los papeles ahora pueden intercambiarse. El Madrid sabe hacer de Barça, y el Barça de Madrid.

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Busquets podría volver al equipo, recuperado de su esguince de tobillo, con lo que la circulación del Barcelona ganaría fluidez. Su grado de inspiración en la salida de balón y en la lectura de los espacios siempre ha sido otro elemento vital en los Clásicos. Mascherano puede ser un fantástico sustituto, sobre todo en un partido en el que su equipo no tendrá el balón en algunas fases del partido y deberá correr para recuperar. En el Madrid, Kroos volverá a ser el eje, después de su primera jornada de descanso de la temporada, justo antes de un partido que se presume exigente. Él y Busquets son los jugadores que más pases realizan en la liga. El alemán, además de ser el responsable del primer pase del Madrid, deberá vigilar su espalda, terreno en el que Messi suele disfrutar.

Iniesta e Isco tienen algunas similitudes: ambos son malabaristas del balón, expertos en esconderlo y hacerlo aparecer en el lugar menos esperado. Isco es uno de los favoritos de la afición madridista; no solo porque algunos vean en sus regates algún gesto que les recuerde a Zidane, no solo por su capacidad de sacrificio por el bien del equipo, sino por su personalidad para pedir el balón en los momentos clave. Muchos consideran que Isco será el relevo de Iniesta en la selección, pero incluso en sus mejores días, al malagueño le falta algo de la presencia del manchego, de su capacidad para gobernar los partidos, de la trascendencia de cada una de sus intervenciones. En el encuentro del Bernabéu, Isco completó un gran partido y el balón que robó a Iniesta en el 3-1 fue para muchos un símbolo del recambio generacional. Desde entonces el nivel de Iniesta ha mejorado mucho. Su función en el juego ha cambiado. Ha retrasado su posición en el campo, pero a medida que avanza la temporada su importancia en el equipo crece. Además acostumbra a alcanzar su mejor nivel en el momento decisivo de la competición.

Modric y Rakitic completarán el centro del campo del Madrid y del Barça. Los dos croatas son fundamentales para sus equipos, que sin su presencia han perdido recursos. La recuperación de Modric es la mejor noticia para el Madrid en las semanas previas al Clásico. Es un futbolista único y uno de los responsables de la versatilidad del ataque blanco. Rakitic no tiene tanta presencia como su compatriota. Su entrada en lugar de Xavi ha hecho que su equipo pierda algo de control de balón, algo de pausa. En su lugar, el croata aporta más capacidad de trabajo y llegada. Es un jugador complementario, pero con él el Barça es más competitivo. En las grandes victorias de la temporada, Rakitic siempre ha estado presente.

Las opciones de las delanteras dependerán en gran medida de la pelea en el centro del campo. La línea de ataque del Madrid tiene menos recursos y se siente más cómoda cuando puede jugar a la carrera. Cristiano y Bale, las dos perlas del proyecto de Florentino, son jugadores demoledores cuando encuentran las condiciones favorables, gracias a su poderío físico. Aunque su 2015 está siendo gris, en el Clásico pueden encontrar espacios y ser decisivos. Cristiano está en un mal momento: enfadado con sus compañeros, con la afición, con la prensa y consigo mismo, poco claro en el juego y de cara a gol. Sin embargo hace un tiempo que el Barça se le da bien. En el Camp Nou le gustaría poder correr y aprovechar su velocidad para encarar a Piqué. El Clásico es una oportunidad inmejorable para reponerse y dar la vuelta a la situación.

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Suárez y Benzema son jugadores muy diferentes: el pundonor y la ambición frente a la sutileza y la magia. Sin embargo, ambos ejercen de nueve en un equipo en el que no son los grandes goleadores. Su aportación al equipo va más allá de los goles que marcan. Suárez completará en el Clásico su primera vuelta con el Barcelona y se ha integrado en el equipo: pelea, presiona y se desmarca sin descanso. Siempre tiene el gol en la cabeza y su entendimiento con Messi y Neymar no ha dejado de mejorar. Benzema no aporta el trabajo de Suárez, ni le recorre esa especie de furia interna que sacude al uruguayo. El francés posee el talento de los mediapuntas y el acierto de los delanteros. Combina con los laterales y con los medios, y conserva el instinto asesino para llegar al remate. Aunque se le acusa de frialdad, suele rendir en las citas importantes y ha jugado muy buenos partidos frente al Barça, al que le ha marcado 7 goles.

Neymar llega al Clásico como tercer máximo goleador del campeonato, a pesar de su sequía goleadora en Liga. Su temporada está siendo bastante buena, aunque a veces no elige bien los regates y pierde demasiados balones en zonas intermedias. Ha entendido a la perfección el juego de Messi y eso le permite disponer de oportunidades con frecuencia. El argentino será la clave definitiva del partido. Las opciones del Madrid pasan por pararle, por limitar el juego que genera. Las del Barça porque Messi esté inspirado e interprete ese papel de jugador total que reclamó en la eliminatoria frente al Manchester City. En cualquier caso, es difícil imaginar una victoria culé sin que Messi sea determinante.

El Clásico llega cuando todavía quedan muchas jornadas para decidir los títulos. No resolverá el campeonato pero puede suponer un cambio en las tendencias que marcan esta liga, que parece moverse por oscilaciones en las que el nivel de los dos grandes dibuja un par de curvas opuestas.

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Diego Rodríguez Gascón

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Fotos: aporelmundial.com   sifutbol.com   peru.com

A DOS SEMANAS DEL CLÁSICO

Noticia-134656-barcelona-rayo-vallecano-liga-bbva Los resultados son el prisma desde el que se mira el fútbol y están condicionados por la inercia de los equipos y el capricho de la fortuna. La fortuna y la inercia sonríen ahora al Barcelona, que ha encontrado cierta estabilidad en el momento más delicado del Real Madrid. Es evidente que el Barcelona ha invertido su estado anímico. La derrota en Anoeta cuestionó el proyecto de Luis Enrique: el Barcelona carecía de un plan definido, perdía puntos en cada desplazamiento y le faltaba capacidad de respuesta ante un resultado adverso. Los medios catalanes contaban los días para que el técnico asturiano fuese destituido y se especulaba con la salida de Messi a final de temporada. Pero la reacción llegó frente al Atlético de Madrid, en el siguiente encuentro de liga. Messi lideró uno de los mejores partidos del Barça de Luis Enrique y supuso una inyección de confianza para la plantilla. El Barcelona ha encadenado desde entonces una espectacular racha de resultados, que solo se vieron interrumpidos por la derrota ante el Málaga. Sin contar el “resbalón” frente al equipo de Javi Gracía, el Barcelona ha conseguido recortarle al Real Madrid siete puntos de distancia en liga (14 victorias en 15 partidos en todas las competiciones). El equipo de Luis Enrique ha cosechado un buen triunfo en la ida de los octavos de la Champions ante el City y se ha clasificado para la final de la Copa del Rey. Para acceder a la final ante el Athletic, que se jugará el próximo 26 de mayo, ha derrotado a un sparring débil como el Elche y a dos de los mejores equipos españoles: el Atlético de Madrid y el Villarreal. A la sonrisa del Barcelona contribuye el momento de inspiración de Messi, que con su hat-trick al trote ante el Rayo Vallecano superó a Zarra con 32. “Leo consigue superarse cuando parece imposible”, afirmó Iniesta al término del partido. Messi ha mejorado en la lectura de los encuentros e interpreta las necesidades de su equipo, prestando atención al juego colectivo. El argentino se aproxima a la visión de futbolista total: marca, asiste y distribuye. Actúa a veces como un falso extremo, otras como un nueve brillante y perezoso, e incluso como un interior de buen gusto, pero siempre juega de 10. El único motivo de preocupación que rodea a Messi es su bloqueo desde los once metros: ha fallado 5 de los 11 penaltis que ha tirado esta temporada, sin contar el lanzamiento parado por Cristian Álvarez, que el árbitro Gil Manzano mandó repetir. Por lo demás, si el argentino no se ausenta en el juego, es capaz de decidir cualquier encuentro en una ráfaga de talento. Lo demostró una vez más frente al Rayo, con un hat-trick en 12 minutos. La finta y el pase de Messi sostienen a sus compañeros de delantera. Neymar está completando una gran temporada y tras tres partidos sin marcar, volvió a retomar la senda del gol ante el Villarreal, en la vuelta de las semifinales. Luis Suárez ha afinado su puntería, su gran obstáculo en los primeros meses, y vive sus mejores días de blaugrana, justo en el momento clave de la temporada. También está de dulce Iniesta, que completó un gran partido ante el Rayo Vallecano. Mezcló bien con Xavi, que sigue siendo un lujo que alterna la titularidad con la suplencia, y se asoció con Rakitic, del que Luis Enrique prescinde con demasiada frecuencia, y con Mascherano, capacitado para aliviar la ausencia de Busquets. Aunque algunos aficionados ven todavía mucho margen de mejora: el equipo se expone demasiado ante el rival, sufre en la recuperación, necesita de grandes partidos para esforzarse al máximo y los resultados dependen en exceso de la suerte de sus delanteros. Pese a ello, el Barcelona ha enlazado una serie de victorias y ha espantado los malos presagios, de momento. Luis Enrique atendió a los medios al acabar el duelo ante el Rayo y afirmó: “Los objetivos y las rachas se valorarán a final de temporada, cuando se decidan los títulos”. El Real Madrid por su parte ha dejado escapar una amplia ventaja. Sigue en una posición privilegiada para disputar la liga, pero preocupa su bajo estado de forma. Desde su victoria en el Mundialito de Clubes de Dubai, el Madrid no ha vuelto a convencer. Carece de ideas en la elaboración y su delantera está lejos de los registros de comienzo de temporada. Carlo Ancelotti estimó tras la derrota en San Mamés que el bajón del Real Madrid responde a su mal momento ofensivo. El apagón de sus goleadores lo representa como nadie Cristiano, que pese a que mantiene buenas cifras de cara a portería (por mucho que Messi le haya comido el terreno), ha perdido protagonismo en el juego. El portugués parece incómodo en los partidos: ha perdido chispa en el regate y sin fortuna en el desequilibrio, se aleja de la banda para buscar posición de remate. Sin demasiados asistentes, Cristiano pierde capacidad para decidir los partidos. Benzema ha bajado en las últimas dos semanas: sufre cuando el equipo pierde el balón y sin socios en la improvisación, se difumina en los encuentros. Bale sigue desenganchado del juego, alejado del gol y de sus compañeros. Las bajas de Modric, Ramos y James han afectado a la plantilla y el equipo está muy lejos del brillo de la primera parte de la temporada. No encuentra el equilibrio y se especula con un cambio táctico (del 4-3-3 al 4-4-2) para paliar sus defectos a la hora de controlar los partidos. Ante el Villarreal fue la falta de puntería y las estiradas de Asenjo lo que les privó de una victoria al conjunto blanco. Pero la imagen que dejó el equipo blanco en San Mamés fue más preocupante, con demasiados síntomas de desidia de algunos futbolistas, que se disolvieron en la atmosfera de San Mamés. La victoria del Athletic la firmó Aduriz, el solista imprescindible del equipo vasco, con un plástico y contundente remate de cabeza. El Athletic culminó con el vuelo de Aduriz su semana mágica: venció al Eibar en el derbi vasco, al Espanyol en la vuelta de las semifinales de Copa y pudo con el Real Madrid en su estadio. El equipo de Ancelotti afronta una semana delicada y espera volver a vencer en Champions, de momento la competición en la que se está mostrando más sólido. La recuperación de sus estrellas, más cuestionados que nunca por la prensa, será fundamental para convencer al Bernabéu. Las mejores noticias para el Madrid llegan desde la enfermería, con la recuperación de Pepe, que fue de lo mejor de Bilbao, y la vuelta de Sergio Ramos y de Luka Modric, dos piezas fundamentales de la columna vertebral de Ancelotti. A la espera de que Kroos e Isco reencuentren su mejor versión física, el Madrid quiere aprovecharse de un rival débil como el Schalke 04, que fue inofensivo en Alemania. A dos semanas del clásico, la única certeza es que todo puede cambiar: el fútbol es un deporte que se construye con realidades efímeras. [1] . .

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: http://www.libero.pe; Foto 2: AP q4p.co; Foto 3: deportes.elpais.com

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[1] Como dijo Isco en la zona mixta de San Mamés, no sabemos si en serio o en broma: “Los equipos tienen altibajos, unas veces estás arriba y otras veces estás abajo”.

EL BARCELONA SE EXAMINA EN PARÍS

El Barcelona se enfrentará al Paris Saint Germain en uno de los partidos más esperados de la jornada de Champions.

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-Actualidad blaugrana.

El equipo de Luis Enrique llega a París tras golear el pasado sábado al Granada, en un encuentro en el que los culés acabaron disfrutando. Tras su empate ante el Málaga surgieron algunas dudas y se vieron algunas similitudes entre el Barcelona actual y el de la pasada campaña. En la Rosaleda, faltó fluidez en el juego, el equipo no trabajó tanto en la presión y no disparó a puerta. Ni Messi ni Neymar se encontraron y Claudio Bravo fue exigido por primera vez en la competición. El planteamiento del Málaga de Javi Gracía nubló a un Barcelona previsible, sin velocidad en la circulación ni ambición en el juego.

Frente al Granada, el Barcelona recuperó algunas de las virtudes del inicio de temporada. Fue un equipo generoso en el esfuerzo y veloz en la recuperación, que tuvo la posesión del encuentro y supo hacer daño al rival. Bajo la dirección de Xavi y Rakitic, el Barcelona encontró la portería de Roberto. Messi y Neymar lideraron la goleada y parece que de su asociación dependen los resultados blaugranas. El 10 es el futbolista que mejora la jugada en el Barcelona, y su talento es la solución ante cualquier problema en la elaboración. Está inspirado en el juego, comprometido en la presión y generoso en el pase.

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Ha participado en 14 de los 18 goles que ha marcado el Barcelona esta temporada, ha anotado 5 goles y ha repartido 7 asistencias.[1] Frente al Granada asistió a Rakitic en el primer gol y a Neymar en el quinto, tras realizar dos bonitas acciones personales. Además, Messi marcó su primer gol en la mejor jugada del partido. Su segundo tanto definió el momento que vive el argentino y mostró alguna de las claves de su mejoría. Corría el minuto 82 y el Barcelona ya ganaba 5-0, pero Messi intuyó el fallo del central y aceleró en la presión. Robó el balón, encaró a Roberto y evitó su salida con un toque sutil con la diestra. Su participación en la recuperación sirve para medir su implicación en el juego. Su rendimiento ha mejorado, entre otras cosas, porque el argentino parece darle más importancia al juego colectivo. Parece que el gol ha dejado de obsesionarle, se compromete más en fase defensiva y, ante defensas bien plantadas, encuentra las mejores opciones para sus compañeros.

Por su parte, Neymar se está sintiendo importante en el equipo y ya lleva 6 goles en liga. Cada vez lee mejor el juego de Messi y es capaz de desbordar en cualquier partido. Su manejo de balón le da múltiples variantes pero debe mejorar en la toma de decisiones. Debe comprender que el regate es un elemento de sorpresa y debe seleccionar sus acciones siendo más vertical.

A la pareja Messi-Neymar se ha unido Munir, un joven de la cantera al que no le pesa el escenario ni el escudo. Es un futbolista de grandes movimientos, que genera espacios para sus compañeros y siempre dispone de oportunidades. Además, su rendimiento baja en la medida en que se aleja del área. Munir parece ser una apuesta personal de Luis Enrique y le ha ganado el puesto en la rotación a Pedro, al que le acecha la sombra de lo que fue.

-Duelo ante el PSG.

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Frente al Paris Saint Germain (martes, 30 de septiembre de 2014, 20:45, TVE) se prevén cambios en la alineación de Luis Enrique. En la prensa catalana se especula con un mediocampo novedoso: Mascherano y Busquets formarían el doble pívote, con dos interiores por delante como Iniesta y Rakitic. Messi y Neymar estarían en la delantera y Piqué y Jordi Alba regresarían a la defensa. En la portería, es probable que juegue Ter Stegen, que solo ha disputado un partido oficial en la temporada, precisamente en la competición europea. Sin embargo, todas estas predicciones pueden ser desestimadas por un técnico innovador como Luis Enrique, obsesionado con la idea de sorprender al rival: «Queremos plantear dudas al rival, que no sepa de qué manera vamos a jugar. El objetivo es ser mejor que ellos y para eso necesitamos que aparezcan todos nuestros jugadores».

Al equipo de Luis Enrique le sigue faltando algo de imaginación ante defensas cerradas, algo que de momento ha compensado con la presión rápida sobre el rival. Si recuperas el balón arriba, es más fácil pillar desprevenido al rival y, por tanto, no necesitas estar inspirado para encontrar soluciones.

El Paris Saint Germain llega al partido tras un inicio irregular en la liga francesa, el equipo va cuarto en la clasificación a cinco puntos del Marsella de Bielsa. Además, el conjunto de Blanc tiene numerosas bajas, entre las que destacan la del capitán Thiago Silva, la del genial delantero Zlatan Ibrahimovic y la del argentino Lavezzi. Pese a ello, el equipo francés sigue siendo un rival temible. Laurent Blanc recurrirá a Marquinhos, pretendido por el Barcelona este verano, para acompañar a David Luiz en el centro de la defensa. En la creación destaca el fino Verratti, que estará flanqueado por Matuidi y Thiago Motta. Y arriba formará una delantera peligrosa: en la que destaca la calidad de Javier Pastore, la velocidad de Lucas Moura y el olfato de Edilson Cavani.

El equipo de Luis Enrique se enfrenta a su primer gran rival en una ciudad que le depara buenos recuerdos. En París el Barcelona consiguió su segunda Champions, con Rikjaard en el banquillo y Ronaldinho en el campo. El técnico asturiano sabe de la dificultad del partido y advierte: “Ganar en París requiere motivación, concentración y acierto, aspectos que quizás en otros partidos no hemos sabido mantener».

Por Jorge Rodríguez Gascón.

Foto1: 20minutos.es

Foto2: sportmaniacos.com

Foto 3. yahoo.sport.com

[1] Messi ha dado 8 asistencias sí se contabiliza su pase en la jugada del gol de Sandro ante el Villarreal.

ALEMANIA SE CORONA EN MARACANÁ

Alemania alcanzó la Copa del Mundo en Maracaná, después de una final vibrante e intensa, en un duelo entre dos gigantes del fútbol mundial.

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Se enfrentaron dos equipos que responden a propuestas distintas: el fútbol de combinación y el poderío de los alemanes, frente al juego precavido de los argentinos, que han ganado partidos a base de concentración y oficio. Se enfrentaba el juego coral de los alemanes a un equipo que ha vivido del trabajo de Mascherano y de las pinceladas de Messi. El 10 se quedó a las puertas de su título soñado y cerró un año lleno de decepciones.

Desde el inicio, el encuentro fue un intercambio de golpes. Alemania quiso dominar el juego pero Argentina esperaba agazapada en la retaguarda. La albiceleste es un equipo que sabe tomarle la medida al rival y en Maracaná estuvo a la altura del escenario. Supo contener el juego interior de los alemanes y la Mannschaft buscó desestabilizar a la selección de Sabella por los costados. Encontró a Lahm por la derecha y el lateral inquietó a la defensa rival con centros envenenados. Los centrales argentinos estuvieron acertados en los despejes y concedieron pocas oportunidades en los primeros 45 minutos.

La selección albiceleste parecía cómoda cuando los alemanes tenían el balón y supieron explotar los espacios que concede su zaga. También por el carril derecho, en el lado débil de los alemanes, Argentina hizo temblar a la Mannschaft. Con Messi presente, Higuaín se ofrecía, Lavezzi quería desplegarse, Mascherano robaba y Garay y Demichelis estaban oportunos al corte. Cuando Messi se conectaba al partido, la albiceleste parecía tener la Copa al alcance de la mano. El argentino hizo un regate en el primer balón que tocó y cada desborde le daba vida a su equipo. Después llegó a línea de fondo, tras retar a Hummels a la carrera, y su centro no encontró rematador. Al filo del descanso bordeó el gol, en una acción personal: volvió a dejar atrás a Hummels y tras medirse con Neuer, Boateng despejó un balón que estaba perdido a pocos metros de la portería. Antes Higuaín había fallado la oportunidad más clara de los argentinos, en un mano a mano ante Neuer, provocado por un error en la cesión de Tony Kroos. El delantero argentino, con todo a favor, disparó muy desviado. Poco después, Messi armó una nueva jugada. Recibió el balón en las inmediaciones del área y abrió a la banda de Lavezzi. El futbolista del Paris Saint Germain centró e Higuaín, en claro fuera de juego, sí que acertó en la definición. El juez de línea levantó la bandera y arruinó la celebración efusiva del delantero del Nápoles.

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Alemania seguía llevando el ritmo en la circulación pero no encontraba el pase definitivo y veía como la defensa de Sabella le robaba espacios. Le costaba crear oportunidades: Müller solo jugaba de espaldas, Klöse llegaba siempre un segundo tarde, ni Kroos ni Schweinsteiger se acercaban a posiciones de disparo y solo los centros de un Lahm persistente parecían hacer temblar a los argentinos. Curiosamente la Alemania que ha destacado por proponer un fútbol más asociativo que sus predecesoras acabó creando mayor peligro (durante la primera parte) en centros laterales o balones aéreos. Justo antes del descanso Kroos puso un córner medido y Howedes remató al palo, en la ocasión más peligrosa de la primera parte. El lateral alemán sufrió por su costado y pudo ser expulsado, pero ganó confianza en el partido y mostró que es un futbolista peligroso en el juego aéreo.

Löw sabe cambiar el plan del partido en función de las necesidades de su equipo. Sus jugadores leen su pizarra con maestría y saben cuando han de elaborar la jugada con cautela y cuando ser más directa. La salida de Schürrle le dio mayor verticalidad al equipo y en la mejor jugada de los alemanes, Romero atajó su disparo. Özil fue creciendo en el partido y le dio a su selección la pausa y la imaginación que necesitaba.

Al descanso Sabella cambió el plan inicial, con la intención de que Messi desequilibrara desde zonas más templadas. Durante diez minutos pareció conseguirlo: la albiceleste disfrutó de oportunidades claras y jugó los mejores minutos de la final. Recordó en esos momentos al primer partido del mundial ante Bosnia. Messi participó como enganche y se plantó ante Neuer en una jugada que pudo cambiar la historia. El 10 disparó desde el flanco izquierdo y quiso ajustar tanto su lanzamiento para salvar a Neuer que el balón se fue rozando el palo. Poco después el portero chocó en una salida temeraria con Higuaín, en una jugada que recordó a la acción entre Harold Schumacher y Battiston en el duelo entre Francia y Alemania de 1982. En esta ocasión, en una decisión confusa, el árbitro señaló falta de Higuaín.

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Alemania se fue estabilizando a través de la posesión y consiguió desconectar a Messi. Los de Löw jugaron con mayor dinamismo y amenazaron al rival en los últimos minutos. Lahm seguía desplegándose, Müller cayó a bandas y surtió de balones peligrosos a Klöse y Schürrle, Özil jugó el mejor partido de la competición y los mediocentros llegaron a las inmediaciones del área. Klöse no acertó en el remate tras un centro de Lahm y Kroos volvió a disparar demasiado blando en una jugada coral alemana. Mascherano volvió a ser el futbolista más importante de Argentina en el encuentro y eso no siempre es buena señal para la albiceleste. (No hemos de olvidar que Mascherano es un futbolista fundamental para la contención pero que no tiene imaginación para orquestar el juego de la albiceleste).

Sabella falló en los cambios y Alemania fue (con más insistencia que brillo) ganado enteros en el partido. Higuaín fue sustituido por Palacio y Sabella dejó a Messi muy solo en ataque. Palacio ha sido un futbolista que no ha aportado soluciones en todo el torneo y que ha fallado ante los porteros. No ha mostrado su supuesta velocidad y le ha faltado inteligencia para entender los servicios del 10. Con Agüero todavía mermado por su lesión, Messi seguía dosificando sus intervenciones y parecía poder cambiar el signo del partido cada vez que recibía. Pero hasta entonces, caminaba en un campo ilustre, con poca intención de intervenir. La selección de Löw fue ganando confianza con el paso de los minutos y antes de la prórroga amenazó al equipo de Sabella, que parecía cada vez más desfondado.

En la prórroga el poderío físico alemán se impuso a una Argentina que, a la espera de un chispazo de Messi, parecía firmar los penaltis. La selección de Joachim Löw se fue a por el partido y Schürrle tuvo una gran oportunidad en el minuto 92. Götze encontró al futbolista del Chelsea en el pico del área y Romero atajó su disparo. Cuatro minutos más tarde Argentina tuvo el gol de la victoria en las botas de Palacio. El delantero se encontró con un balón ante Neuer, tras un mal despeje de Hummels. Pero quiso salvar la salida del portero alemán con una vaselina inocente, que se fue fuera del marco de Neuer.

Con Messi demasiado ausente, la selección de Löw siguió amenazando a Romero. Con un juego cada vez más dinámico, llegó antes que Argentina a la disputa. Y en el minuto 113 Schürrle desbordó a Mascherano y centró desde la izquierda. Demichelis se despistó y recibió Götze. El mediapunta alemán mostró su exquisita técnica con un gran control y con una definición plástica. Fue un gol bonito y definitivo en el mejor momento posible.

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A Argentina se le fue su plan al traste con el gol de Götze y le faltó tiempo y juego para reaccionar. Pudo haber conseguido el empate en un par de ocasiones, pero apareció el gigante Neuer para detener los avances argentinos. El portero alemán recibió el guante de oro y ha sido decisivo. Siempre presente en los grandes momentos, ha sido muy tremendamente difícil batirle.

El partido llegó al final y Alemania levantó la Copa del Mundo 24 años después. Fue el primer europeo en ganar la competición en territorio americano. Persistente en su idea de juego, el fútbol coral de Alemania le otorgó el triunfo ante un equipo intenso y ordenado como el argentino. La albiceleste jugó seguramente el mejor partido de la competición: supo contener a la Mannschaft y disfrutó de las mejores oportunidades en Maracaná. Sin embargo, le faltaron fuerzas en la prórroga y no tuvieron la ambición necesaria para ir sin reservas a buscar al rival. Messi pudo haber declinado la balanza del lado argentino, pero le faltó la puntería en el momento preciso. La baja de Di María, el poco peso de sus secundarios y las ausencias de Messi acabaron por condenar a la selección de Sabella.

La selección de Löw consiguió su cuarto campeonato del mundo apostando por un fútbol elaborado, en el que la asociación es el cimiento de sus triunfos. Y la victoria alemana consagró al equipo que mejor ha jugado en Brasil. La Mannschaft merecía el título por su insistencia en las últimas ediciones de la Copa del Mundo y por el juego desplegado en la competición. Pese a ello, la Alemania que mejor ha tratado el balón dependió en momentos puntuales de la suerte del campeón. La misma fortuna que fue esquiva con Argentina, llevó a Götze y a la selección de Löw a la cima del mundo.

 

Jorge Rodríguez Gascón.

 

 

Foto 1: Matthias Hangst (Getty)

Foto 2: Robert Cianflone (Getty)

Foto 3: Pedro Ugarte (Afp)

Foto 4: Sergio Moraes (Reuters)

 

 

VOCABULARIO DE ONCE CONTRA ONCE

ANTÓN CASTRO // REGATE EN EL AIRE /

sensei_630x354_zweiteilungNeuer-Romero. El alemán, cancerbero del Bayern, es uno de los mejores de Europa: va bien por arriba y por abajo, tiene grandes reflejos y está tan atento que asume la condición de libre por necesidad. ‘Chiquito’ Romero pasó de estar cuestionado a ser un héroe. Es un meta irregular que no es titular en el Mónaco. Ha ido de menos a más.

 

2_2972872kLahm-Zabaleta. El capitán de la selección y del Bayern es uno de los jugadores más finos de Alemania y un líder. Impecable arriba y abajo. Zabaleta es un lateral fuerte, pugnaz, voluntarioso, un tanto deslavazado. Pragmático, se va arriba con más empeño que clase.

 

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Garay-Boateng. Dos centrales parejos: intensos, van bien por arriba, difíciles de desbordar, atentos.

 

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Hummels-Demichelis. No tienen nada que ver. El germano ha sido comparado con Beckenbauer: es elegante, saca el balón jugado y tiene personalidad. Algo lento en el uno contra uno; cabecea de maravilla. Demichelis es un veterano que intenta cumplir partido tras partido. Es más duro que elástico, más constante que rápido. Tiene el rasgo común de los argentinos: compite muy bien.

 

beneHowedes-Rojo. Cumplen, se despliegan, defienden y atacan con corrección. Rojo parece tener más presencia en el equipo; Howedes pasa más inadvertido, pero ante Brasil demostró que sabe atacar.

 

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Schweinsteiger-Enzo Pérez. El jugador alemán es un medio poderoso, de control, despliegue y llegada. Versátil. Marca y acude al ataque, y siempre está ahí. Esforzado y con buen toque. Enzo Pérez es el volante clásico: trabajador, serio, complementario. Es capaz de hilvanar un buen regate y un buen pase, pero no puede decirse que sea un futbolista de brillo.

 

2014-635407995817384066-738Kroos-Mascherano. Dos de los grandes jugadores de Alemania y Argentina. Kroos es el centrocampista que cualquier equipo sueña para su juego. Es imponente y técnico, es disciplinado e inventa. Posee clase y habilidad para realizar un fútbol preciosista, de combinación y tránsito rápido, y sabe acomodarse a un partido trabado, y ahí asoma su fuelle, su seriedad y su excelente disparo con las dos piernas. El Mundial ha revelado su madurez. A Mascherano ya le pesan los años y los partidos; en cuanto a calidad nunca le ha sobrado nada. Pero es el Jefecito y el Jefazo. Mirada de acero, tensión, pasión por el país y su tradición futbolística, y ascendencia sobre el bloque. Y, además, protege a Messi a conciencia.

 

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Khedira-Lucas Biglia. Khedira es un jugador físico, con movilidad, iniciativa y mucha resistencia. Con Alemania, además, se atreve a llegar al área. Löw ha confiado en él y le responde con sacrificio y acierto. Biglia mandó al banquillo a Gago; parecen clónicos: académicos y técnicos. Es más enérgico y batallador que su compañero.

 

pict.phpMüller-Messi. El alemán puede ocupar cualquier puesto de la delantera. Está sembrado de genialidad, confianza e inspiración. Parece lunático, como si fuera a su aire. Pero siempre aparece con su instinto goleador y con una jugada circense. Messi es el artista absoluto de este juego con un palmarés asombroso. Aquí es otro: parece un náufrago, quizá esté enfermo, quizá nunca vuelva a ser el que fue. Lleva una década a un increíble nivel. Argentina espera de él su penúltimo milagro.

 

7_2972867kÖzil-Lavezzi. Özil es un futbolista de la sutileza, de la estirpe de Magath, Netzer, Overath o Hansi Müller, pero está jugando un Mundial flojo. Se redimió ante Brasil. Lavezzi, por ahora, es todo coraje, entrega. No resiste la comparación con el ‘Kun’ Agüero o con Di María, pero ahí está, sin volver la cara.

 

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Klose-Higuaín. El alemán es efectividad, convicción, sed de gol e insistencia. Se desmarca muy bien y ahí sigue, a los 36 años, con el olfato abierto. A Higuaín no se le ve bien físicamente ni iluminado de acierto. Recuerda a un caballo asturcón, pesado de cadera. Se alivió con el gol que le marcó a Bélgica.

 

(*) Este artículo se publicó en Heraldo de Aragón el 13 de julio de 2014.

ARGENTINA, A LA FINAL ENTRE BOSTEZOS

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Argentina alcanzó la final del Mundial 24 años después, tras derrotar a la selección holandesa en la tanda de penaltis (0-0) (4-2).

Argentina y Holanda se enfrentaron en un partido aburrido, sin ambición ni brillo. Fue un duelo entre dos equipos conservadores, que han olvidado que la mejor forma de evitar riesgos es arriesgar de vez en cuando. La suerte de los penaltis alzó a Argentina y a su portero Romero. El meta argentino superó a Cillessen, demasiado acomplejado por su cambio ante Costa Rica. (Van Gaal hizo los tres cambios antes de los minutos finales de la prórroga y Tim Krul no pudo salir al campo).

Los dos equipos se midieron en un tanteo postizo, casi indigno de una semifinal de la Copa del Mundo (*). Nadie propuso jugar y todos se dedicaron a contener. Argentina estaba tan preocupada de Robben y Holanda de Messi, que ambos seleccionadores se dieron por satisfechos al ver que las estrellas rivales no intervenían. Tampoco aparecieron los secundarios holandeses: Van Persie parece otro futbolista, a Sneijder le sobra pegada pero le falta jerarquía en el juego, los laterales no se desplegaron y la media no supo construir ni una sola jugada. En Argentina, Higuaín se desfondaba y llegaba tarde al remate, Lavezzi fue un futbolista atropellado, Enzo Pérez fue de más a menos en el encuentro y la media estaba demasiado pendiente de no conceder espacios. Y a falta de figuras para decidir el encuentro emergió Mascherano para los argentinos y Vlaar para los holandeses.

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Mascherano se ha ganado ser una de las voces más importantes del vestuario gracias a su compromiso y su solidaridad en el juego. Ayer trabajó en la recuperación y tuvo criterio en la salida de balón. No perdió muchos balones y, cuando lo hizo, tardó pocos segundos en recuperarlo. Mascherano se destapó además como el gran antídoto de Robben: era el primero en realizar la ayuda a los defensas y firmó un partido impecable en el marcaje del extremo. Vlaar, el mejor de los holandeses, era al comienzo del torneo uno de los debutantes de Holanda. Van Gaal  emprendió su renovación fundamentalmente en defensa y Vlaar fue el elegido para liderar la zaga. Frente a Argentina realizó un gran partido: estuvo rápido al corte, seguro en el juego aéreo, eficaz en la disputa y valiente ante Messi. Solo empañó su actuación con su fallo en la tanda de penaltis, en el primer lanzamiento de los holandeses.

Ninguno de los dos equipos quiso jugar y la prórroga y los penaltis parecían un final inevitable. Fue un partido táctico, con dos equipos que atendieron demasiado a la pizarra y se olvidaron del balón. En Argentina solo algún destello de Messi o los desmarques de Higuaín parecían desordenar el partido. Cada vez que el 10 toca el balón encuentra soluciones a un juego sin creatividad. Pero pasa mucho tiempo entre sus intervenciones. Y, entre tanto, por mucho que retrase su posición, Leo no hace nada por recibir. Hasta el minuto 8 de juego no tocó el primer balón y en la prórroga recibió liberado en una sola ocasión. Dribló hacia la derecha y sacó un centro peligroso, que remató en semifallo Maxi Rodríguez. Messi solo disparó una vez a puerta (en una falta que detuvo Cillesen mediada la primera parte) y parece estar desfondado en los partidos.

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Argentina supo contener a Robben durante muchos minutos. El holandés estuvo desaparecido  durante toda la primera parte y comenzó a entrar en el partido en el último tramo del tiempo reglamentario. Buscó el perfil izquierdo y llegó a línea de fondo. Y en el descuento de los 90 minutos, tuvo la ocasión para clasificar a Holanda. Robben encontró un hueco entre la defensa y enfiló la portería. Al holandés le sobró un toque y Mascherano le comió terreno e interceptó su disparo. Aunque jugó su peor partido de la competición, creció en la prórroga, frente a una defensa cada vez más agotada.

Holanda apretó en la primera parte de la prórroga y Argentina tuvo ocasiones en la segunda. La salida de Agüero le aportó mayor dinamismo a un juego estático, pero el Kun está lejos de su mejor momento y parece todavía renqueante de su lesión. Cuando se acercaba la tanda, Palacio se plantó solo ante Cillesen, pero remató de un modo inocente. Y sin que ni Holanda ni Argentina hiciesen nada por remediarlo, el partido llegó a los penaltis. La albiceleste se volvió a agrupar en torno a Sabella y el entrenador no escondió los tiradores. Mascherano se dirigió a Romero y le dijo «hoy vos te convertís en héroe».  El portero argentino siguió sus consejos, fue el mejor jugador del partido y paró los lanzamientos de Vlaar y Sneijder[1]. Los penaltis de Messi, Garay, Agüero y Maxi sellaron la clasificación para Argentina. El 10 argentino no pertenece, de momento, a la larga lista de grandes jugadores que ha fallado un penalti en un mundial.

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Argentina se clasificó en el Arena de Saõ Paulo para la final del domingo en Maracaná. Fue un equipo con oficio y experiencia al que le acompañó la suerte. Ya no sorprenden sus carencias y ha llegado a la final siendo un equipo lento y previsible, que en ocasiones desprecia el balón. Messi necesita un equipo que le involucre en el juego con la posesión y sus lagunas en los partidos también responden a eso.

Argentina se clasificó por última vez para la final de un Mundial en Italia ´90. Con Maradona como capitán y tras otra tanda de penaltis. Perdieron la final por 1-0 ante la Alemania de Matthäuss. Cuatro años antes, en México ´86, Maradona había conquistado la Copa del Mundo (3-2) también ante La Mannschaft.

Holanda perdió la oportunidad de llegar a una final cuatro años después de su derrota en Johannesburgo. Confió todas sus opciones a una suerte que ya le aupó ante Costa Rica y que le dio la espalda ante Romero. Argentina fue un equipo vulgar con el balón, aunque bien trabajado en el aspecto defensivo. Sin embargo, frente a la selección de Joachim Löw deberán generar más ocasiones y Messi, que está ante la oportunidad de su vida, tiene que asumir responsabilidades. Alemania hace temblar a cualquiera y Argentina no emociona.

 

Por Jorge Rodríguez Gascón.

 

(*) Lamentablemente, muchas semifinales de la historia de los mundiales se han decidido entre dos equipos tan calculadores y rácanos cómo lo fueron ayer Argentina y Holanda

 

DOS ZURDOS Y UN DESTINO

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La Argentina de Messi consiguió la clasificación para semifinales 24 años después y se medirá a la Holanda de Robben en Saõ Paulo (Miércoles 9 de julio, a las 22:00 h). Lo hizo sudando, al igual que todas las grandes en este Mundial. Argentina rompió la barrera de cuartos y se clasificó ante una Bélgica decepcionante, que parece mirar más al futuro que al presente. Pese a ello la albiceleste hizo poco para que su rival no empatara y mostró los mismos síntomas que ha dejado a lo largo de la competición. Le cuesta dominar los partidos, le falta imaginación en el medio, tiene poca fluidez en el juego y sus delanteros se desconectan de los partidos con facilidad. Aun así Argentina mejoró en algunos aspectos: la defensa estuvo acertada en el juego aéreo, la entrada de Biglia le vino bien a la circulación y apareció Higuaín, al que ya no se esperaba. Y lo mejor para la selección de Sabella es que de momento va cumpliendo objetivos y está a dos partidos de volver de Brasil con la Copa. Con chispazos de fútbol y muchos minutos de aburrimiento.

Dicen en el entorno de la selección que Mascherano soltó un discurso conmovedor antes del partido ante Bélgica. Unas palabras que emocionaron a los jugadores, en general, y a Messi, en particular. El jefecito es el líder en la sombra de un equipo que vive de Messi en el juego. El 10 es un capitán simbólico, al que parece incluso molestarle el brazalete en los partidos. No tiene la voz del Masche en el vestuario pero impone su propia jerarquía en el marcador. Y de ahí viene su título honorífico, de ese talento innato para ganar partidos. Mascherano, por otro lado, es un gran motivador, un jugador sacrificado con dotes para la palabra. Un futbolista que habla dentro y fuera del vestuario y anima a los compañeros en el terreno de juego. Mascherano es el único integrante de la selección con capacidad para dar voz a los silencios del 10. De Messi John Carlin dijo que la cantidad de tiempo invertido para entrevistarle no merece nunca la pena. Es raro ver una declaración de La Pulga que no sea escueta o se salga de lo corriente. Messi es un genio de hielo que sufre más para dar un discurso ante sus compañeros que ante los marcajes de los rivales.

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El 10 solo sabe hablar con los pies y está ante una gran oportunidad para conseguir el Mundial. Ha sido fundamental en todas las victorias de Argentina y ha participado en 7 de los 8 goles de su equipo. Aunque tiene tendencia a encerrarse en sí mismo, sabe leer el juego y ha sido capaz de adaptarse a las necesidades de su equipo. Consciente de que a Argentina le falta calidad en el medio, Messi retrasa su radio de acción para asistir a los delanteros. Leo se mueve con soltura en la zona de creación e incluso parece implicarse más en la presión. Pero hay un gran inconveniente: esa posición le resta frescura a la hora de mirar a portería. Contra Bélgica recibió en tres cuartos de campo y armó las mejores jugadas de la albiceleste, incluyendo la del gol, que inició con la recuperación y un giro sobre sí mismo. Pero poco a poco Messi se fue apagando e inquietó poco a Courtois. (Solo probó fortuna en un disparo de falta antes de llegar al descanso y en el mano a mano final, en el que el portero belga le volvió a ganar el duelo). Messi deberá decidir qué problema solucionar ante Holanda: el de un mediocampo sin ideas o el que provoca una delantera que se esfuma con facilidad.

Lo que más preocupa ahora en la concentración argentina es la lesión de Di María, un futbolista fundamental para Sabella. El Fideo había marcado el gol de la victoria ante Suiza y se había destapado como el lugarteniente de Messi. Frente a Holanda, Argentina pierde a una de sus grandes armas. A un jugador tan rápido e hiperactivo que vive atropellado. A otro zurdo imparable en la conducción, peligroso en el disparo y que siempre encara. Su sustituto será Agüero, un delantero que va a contrapié en la competición, y regresa de su lesión ante Nigeria. Deberá fortalecer su sociedad con Messi ante el primer gran rival al que se enfrenta Argentina.

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La Holanda de Van Gaal y Robben será su rival en el Arena de Saõ Paulo. La selección oranje llega tras derrotar a Costa Rica en la tanda de penaltis, en otro partido sin brillo en el que los holandeses apuraron hasta el último segundo. Disfrutaron de ocasiones muy claras pero siempre se toparon con el magnífico Keylor Navas. Cuando el partido llegó a penaltis Van Gaal sustituyó a Cillessen por Tim Krul. Lo que pudo ser una decisión arriesgada se convirtió en una jugada maestra del técnico holandés, aconsejado por el entrenador de porteros Frank Hoek. Krul adivinó el lado a todos sus rivales y paró dos lanzamientos para conseguir el pase a la segunda semifinal consecutiva de los holandeses.

A Holanda le pasa algo similar a Argentina. Le cuesta cambiar el ritmo en las jugadas y parece que la única amenaza real es la zurda de Robben. La selección de Van Gaal prefiere que sus rivales lleven el ritmo del partido, le gusta replegarse y buscar la velocidad de sus delanteros tras la recuperación. La oranje ofrece minutos soporíferos y resuelve al final, con más insistencia que lucimiento. Su tridente ofensivo parece tener fallos: Sneijder ha mejorado con el paso de los partidos pero Van Persie ha ido de más a menos en la competición. Y en el bloque solo destaca Daley Blind y el central Ron Vlaar. Los secundarios ya no resuelven y Holanda es eficaz en el juego pero, como casi todas las selecciones, no emociona. Su gran partido ante España fue un claro espejismo, provocado por un rival que se vino abajo demasiado pronto. Disfrutan con espacios pero ante defensas cerradas son un equipo sin excesivas variantes. Solo se ofrece Robben, que se abre desde la derecha en una jugada tan reconocible como eficaz. El holandés está firmando un gran mundial y parece amenazar el título de Messi. Puede hacer mucho daño a Argentina, si su defensa concede muchos metros y si su marcador, Marcos Rojo, no recibe ayudas. Aunque también necesitará un buen día de su socio Van Persie, que está reñido con el gol y parece desfondado en los partidos.

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En Saõ Paulo veremos un partido abierto, entre dos equipos que se cruzado en 4 ocasiones en la historia de los Mundiales. En la primera de ellas, en el Mundial de Alemania 1974, la Naranja Mecánica goleó a los argentinos (4-0). Cuatro años más tarde, en la final del Mundial de Argentina 1978, la anfitriona derrotó en la prórroga a Holanda (3-1). En 1998 La oranje venció a la albiceleste en cuartos de final (2-1) y en 2006 empataron (0-0) en un partido de la fase de grupos.

Se enfrentan dos equipos que han llegado a la fase decisiva de la competición sin demasiados alardes, siempre a remolque de sus grandes figuras. En Argentina confían en que Messi lleve a su equipo a la final de Maracaná. Patrick Kluivert, miembro del equipo técnico de los holandeses, responde orgulloso cuando le preguntan sobre un supuesto marcaje al 10 argentino: “¿Parar a Messi? ¿Y cómo va a parar Argentina a Robben?”.

 

Por Jorge Rodríguez Gascón.

LOS NÚMEROS DEL MUNDIAL

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El Mundial está siendo una competición más igualada que entretenida. Los octavos de final han transcurrido según un mismo patrón: el teórico favorito se enfrentaba a un rival menor. La competición ha puesto al grande en su lugar y se ha visto que no había tanta diferencia entre los contendientes. Aún así, de manera agónica y poniendo a prueba su suerte, han conseguido el pase a cuartos en los últimos minutos. Así lo hizo Holanda ante México, tras un gol de Giovani dos Santos que les puso contra las cuerdas. Después, con fortuna y polémica consiguieron remontar. Del mismo modo se clasificó Brasil, en los penaltis ante Chile, después de que Pinilla estuviera a punto de eliminar a los anfitriones con un disparo al larguero en el tiempo extra. Argelia forzó la prórroga ante Alemania, Nigeria aguantó hasta el último tramo ante Francia y Suiza perdió ante Argentina, con un tanto de Di María en el minuto 118.

Las fuerzas están muy igualadas y los equipos se respetan en exceso. Las defensas aguantan y los ataques desperdician las oportunidades más claras. Falta verticalidad en el juego y los equipos grandes solo pueden desequilibrar la balanza a su favor en los minutos finales. En estos octavos de final se han disputado demasiadas prórrogas: 5 en los 8 partidos y a excepción del Colombia-Uruguay todos los encuentros se han definido en los últimos minutos. De las cinco prórrogas, a tres se ha llegado con empate a cero: Alemania-Argelia, Argentina-Suiza y Bélgica-Estados Unidos. Y a dos con empate a uno: Brasil-Chile, Costa Rica-Grecia. En estos octavos de final se han marcado 15 goles y 7 de ellos en las prórrogas. Si atendemos al momento en que se han marcado los tantos, nos damos cuenta de que 11 de los 15 se han marcado después del minuto 78.

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La explosión goleadora de la primera fase (136 goles) ha contrastado con los resultados de la fase de eliminatorias. Solo dos partidos se han decidido por más de un gol de diferencia (Francia-Nigeria y Colombia-Uruguay) y solo en dos ocasiones se han marcado más de dos goles en un partido y ha sido con la ayuda de una prórroga: Alemania-Argelia, Bélgica-Estados Unidos.

De momento las estrellas están brillando aunque de un modo fugaz. Messi representa como nadie esta afirmación. Dosifica sus apariciones en el partido y cuando recibe es para plasmar la diferencia en el marcador. Neymar vive una situación parecida, tiene un país a sus espaldas y su equipo depende en exceso de su inspiración. Al igual que Benzema, que lidera una generación de jóvenes talentos. Müller destaca en un equipo coral como Alemania y la velocidad de Robben gana partidos para Holanda. El más constante es James Rodríguez, que encarna la frescura de la selección colombiana. De momento lidera la tabla de goleadores y amenaza a la anfitriona en su Fortaleza. Ha marcado 5 goles y ha participado en 10 de los 11 goles de su selección.

Entre las estrellas hay grandes diferencias y alguna similitud. Los tres máximos goleadores (James Rodríguez, Messi, Neymar) han disparado las mismas veces: 15. James ha marcado en 5 ocasiones y Messi y Neymar lo han hecho en 4. Messi es de todos los grandes del Mundial quien más pases realiza, con 159, por encima de los 130 de James, de los 113 de Neymar o de los 100 de Karim Benzema. También en el equipo argentino encontramos el líder de pases completados: Javier Mascherano, con 364, con un 88´3 % de acierto. Y hay que destacar que Messi ha participado en todos los goles de Argentina, excepto en el que marcó Rojo contra Nigeria.

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Los equipos más goleadores de la competición son Holanda (12 goles), Colombia (11), Francia (10), Alemania (9) y Brasil (8).

Benzema es el delantero que más tira a puerta, ha necesitado 25 disparos para marcar sus tres goles. Le sigue Cristiano Ronaldo, con un partido menos y solo un gol en 23 lanzamientos. Ángel Di María es otro de los futbolistas que más ha probado a los porteros, con 22 disparos. Otros grandes del Mundial que aparecen en esta clasificación son James Rodríguez, Messi o Neymar, empatados a 15 disparos cada uno. Aunque hay diferencias: de los 15 disparos de James solo uno se ha ido fuera del marco, dos de Neymar y siete de Messi.

Entre los equipos que más han disparado a puerta se sitúan Bélgica, con 81 lanzamientos, Argentina, con 77, empatada con Francia y en cuarto lugar Brasil, que ha disparado un total de 70 veces. La selección francesa es el combinado que más dispara desde dentro del área (34) y le ha dado en cinco ocasiones al poste.

Y en un Mundial en el que destacan los porteros, Howard ha sido el más exigido, con 28 paradas, seguido de M´Bolhi (Argelia) y de Benaglio (Suiza), con 23 y 22 respectivamente. Pero los mejores porteros de la competición son Keylor Navas, que ha realizado 14 paradas y solo ha encajado dos goles (88% de efectividad) y Courtois que ha atajado 12 lanzamientos y ha encajado dos goles. Costa Rica está siendo la gran sorpresa de la competición y ha basado su suerte en los reflejos de Keylor Navas.

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El jugador que más metros ha recorrido es Bradley, con 54.7 km, seguido del chileno Díaz con 52,2 km y de su compatriota Jones con 47´6 km. Después están Lahm, Kroos y Müller alrededor de los 47 kilómetros recorridos. En cuanto a la distancia recorrida con balón destacan los alemanes, Lahm y Kroos, con 20, 8 km y 20, 2 km respectivamente. Müller lleva 19, 8 km y el argentino Di María 18´3 km. Entre las grandes figuras de la competición se encuentran Neymar y Robben, ambos con 15´7 km. Y llama la atención el caso de Messi: El argentino ha recorrido 15,4 km con balón y tan solo 8,3 km sin él.

Uruguay es el equipo que más faltas ha realizado con 73. Además contagia a sus rivales su juego agresivo y los partidos se enmarañan. Ha recibido 63 faltas hasta llegar a octavos donde las eliminó la sensación de la competición: Colombia. Curiosamente, Bélgica, que representa una nueva hornada de jóvenes que apuestan por el buen trato de balón, realiza más faltas que ninguna de las otras selecciones presentes a estas alturas de competición (72 faltas). Alemania sí que responde a su cartel de juego y es la selección que menos faltas realiza. Además tiene el record de la competición en pases: 2560 pases, con un 84% de acierto.

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En el Mundial de los modestos, más por resistencia que por victorias, todos los equipos realizan un marcaje sobre las grandes figuras de la competición. Los árbitros parecen estar más del lado de los favoritos. Y paradójicamente el futbolista que más faltas a recibido no es ni Neymar, ni Messi, ni James Rodríguez ni Robben. Se trata del griego Samaras. Le sigue la estrella de los anfitriones y el tercero es Luis Gustavo, un jugador que destaca más bien por destruir juego del rival.

Los futbolistas más rápidos de la competición han sido el costarrincense Junior Díaz con 33´8 km/h y el costamarfileño Serge Aurier con 33´5 km/h. Entre otras selecciones clasificadas destaca el argentino Ángel Di María con 33 km/h, y los franceses Varane y Sissoko, ambos con 32´3 km/h. Los datos de las figuras del campeonato son las siguientes: Neymar 31´8 km/h, Robben 31 km/h, James Rodríguez 30´9 km/h y Messi 29´6 km/h.

El Mundial está haciendo bueno un tópico que acompaña al fútbol: “Los delanteros ganan partidos, las defensas campeonatos” (*). Las selecciones que han llegado a cuartos de final han cuidado especialmente el apartado defensivo para construir sus opciones de título. Colombia, Francia, Bélgica y Costa Rica han recibido solo dos goles; Alemania, Brasil y Argentina, tres; y solo Holanda está en la 7ª posición con cuatro goles encajados. Entre las más goleadas está España, con 7 goles recibidos.

El Mundial no está teniendo grandes alardes en el juego. Más bien momentos de inspiración en partidos demasiado largos. Los datos estadísticos son una forma de aproximación al campeonato. Pero hay algo hermoso en el fútbol, un instante de emoción y de magia, capaz de superar a la estadística. Hay jugadas que los datos no pueden explicar.

 

(*) La frase se le atribuye al entrenador inglés John Gregory.

Jorge Rodríguez Gascón.