BATALLA A BATALLA

El Atlético de Madrid eliminó al Bayer Leverkusen en la tanda de penaltis, después de un partido cerrado, lleno de interrupciones, en el que hubo más emoción que brillo. El ambiente del Calderón mantuvo el aliento del equipo de Simeone en un encuentro tan intenso como exigente. Un gol de Mario Suarez igualó la eliminatoria y los dos equipos parecieron conformarse con la situación durante buena parte del encuentro.

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El Atlético tenía que remontar el 1-0 del partido de ida y salió con sus jugadores más creativos: Mario Suárez, Koke, Cani, Arda Turan y Griezmann. Sin embargo eso no fue suficiente para que el equipo se hiciese con el balón y combinase. Simeone sabía lo difícil que se ponía la eliminatoria si el Leverkusen marcaba y no quiso asumir ningún riesgo. Su defensa, segura como siempre, renunció a sacar el balón jugado y el Atlético confió su suerte a los arranques de Griezmann, de nuevo el más peligroso, y a las jugadas de estrategia. Por momentos el encuentro parecía un partido de rugby: los dos equipos enfrentándose por ganar metros, por recibir uno de esos balones que caían del cielo para sacar algo ventajoso: un control en campo contrario, un saque de banda o incluso una falta sobre la línea del centro del campo.

El gol llegó en un rechace tras la salida de un córner poco antes de la media hora de partido. Cani tocó el balón de cabeza en la frontal y Mario Suárez disparó. Un rebote en un defensa despistó a Leno y el balón entró en la portería. Mandzukic pudo marcar el segundo poco después, pero se entretuvo en la definición y desaprovechó un gran servicio de Arda. Ninguno de los dos equipos se encontraba demasiado incómodo con el resultado. El Atlético sentía que había hecho la parte más difícil y que podía perder la eliminatoria en cualquier jugada. El Leverkusen confiaba en que un descuido de los colchoneros les diese la oportunidad para correr e incorporarse al ataque en oleadas. Raúl García había sustituido a Cani para devolver un dibujo más natural al equipo, y la entrada de Torres por Mandzukic completó los cambios (Oblak había suplido a Moyá por lesión en la primera parte).

No hubo muchas ocasiones. A ello contribuyó que Son y Calhanoglu hiciesen un partido gris, muy por debajo de su nivel en Alemania. En el Atlético de Madrid, Griezmann volvió a ser el más desequilibrante, con algunos alardes de verticalidad e instinto asesino. Arda Turan jugó sus mejores minutos en la prórroga, cuando se agotó la presión del Bayer, y lideró el último esfuerzo de los colchoneros. El turco es un jugador fantástico que ha crecido mucho con Simeone. Sin embargo da la sensación de que se centra con demasiada frecuencia en esconder el balón, en desesperar al rival mientras el equipo se organiza, y olvida que lo más importante en el fútbol son los goles y su magia es imprescindible para que el Atlético los marque.

El equipo de Simeone se fue a por el partido en la segunda parte de la prórroga pero apenas inquietó a Leno. Los penaltis sonrieron al equipo de Simeone. Calhanoglu y Toprak fallaron en el Leverkusen; Raúl García y Koke en el Atlético. Torres marcó impecablemente el quinto penalti y Kießling mandó su lanzamiento a la grada del Calderón.

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El Atlético se clasificó y será una de las amenazas del sorteo. El gran arma del equipo de Simeone es su extraordinaria versatilidad para anular a cualquier rival, para ocultar sus virtudes ofensivas. Se trata de evitar que demuestren su superioridad. Sin embargo, ante equipos teóricamente inferiores, al Atlético le faltan recursos. Sus mejores partidos son ante rivales que aceptan llevar la iniciativa y se arriesgan a las emboscadas de los rojiblancos. El plan de Simeone es llevar los partidos a la igualdad máxima, en la que las diferencias las marque la intensidad y las acciones que el Cholo considera eficientes; acciones que no le expongan a las virtudes del rival: contraataques y jugadas a balón parado. Por eso el Leverkusen era un rival tan serio como la Juventus, el Espanyol como el Valencia. El “partido a partido” no es solo un lema de humildad pronunciado para contener la euforia. Su verdadero significado es que cada encuentro es una batalla cruda e incierta; una batalla más importante que la propia guerra.

En la Champions League muchos equipos piensan en ganar la guerra. Algunos veían la tanda de penaltis y lamentaban la clasificación del conjunto de Simeone, pues son conscientes que cualquiera puede perder la guerra en una batalla contra el Atlético.

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Foto 1 y Foto 2: Mundo deportivo.

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Diego Rodríguez Gascón.

LA LIGA DE LAS MIL CARAS

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La liga sigue admitiendo nuevos cambios en el guión y el Barcelona alcanzó el liderato tras aprovechar la derrota del Real Madrid en San Mamés. Venció a un Rayo Vallecano osado en la mañana del Camp Nou y disfrutó ante su público, en la mejor entrada de la temporada (6-1). El Barcelona no desperdicio la oportunidad que le brindó el Madrid, algo que sí ocurrió frente a la Real Sociedad y el Málaga. Con su victoria ante el equipo de Paco Jémez, el Barça es el equipo más goleador y el que menos tantos ha encajado de la Liga. Para redondear la mañana, Messi alcanzó con su hat-trick a Cristiano en la tabla de goleadores, en un combate que parece anticipar la lucha mediática por el Balón de Oro. El buen momento del tridente blaugrana se contrapone a la depresión que sufren los delanteros del Real Madrid. A la sintonía entre Messi y Neymar se ha sumado el despertar goleador de Luis Suárez y, por el contrario, los delanteros del Madrid marcan y rematan cada vez menos. Cristiano completó en San Mamés su cuarto encuentro de la temporada sin disparar a puerta (los mismos que había firmado en sus anteriores campañas con el conjunto blanco), Benzema se apagó ante el empuje de los vascos y Bale lleva ocho partidos consecutivos sin marcar.

El Atlético y el Valencia empataron en el Calderón (1-1), en un partido que se movió por un terreno en el que ambos equipos se sienten cómodos: el de la batalla y la disputa. Los equipos que dirigen Simeone y Nuno aceptan el juego físico con una sonrisa y se midieron en un intercambio de golpes que tuvo más fogosidad que brillo. Koke marcó en su regreso al equipo y Mustafi le dio el empate al Valencia en el segundo tiempo. El duelo entre las segundas espadas de la liga se resolvió con un empate en un partido intenso, más acorde al gusto de los entrenadores que de los aficionados. Destacó más la coraza de Otamendi o Godín que el fútbol de ataque de los valencianos y colchoneros.

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En un momento en el que parecen inalcanzables las ligas de 100 puntos (el Barcelona y el Madrid pierden más puntos a lo largo de la temporada que los equipos de Guardiola o Mourinho), cobran más importancia los teóricos candidatos a la tercera plaza, el Atlético o el Valencia, que están a 6 y 7 puntos de la segunda posición. El Atlético basa su juego ofensivo en el talento de Arda Turan, Koke y Griezmann, y ante el club valenciano prescindió de Mandzukic en beneficio de Torres. El Valencia agita los partidos desde el carril izquierdo, el hábitat natural de Gayá y Piatti, y al remate esperan Negredo y Alcácer. Las plantillas del Turia y del Manzanares aspiran en secreto a colarse en la lucha por el título y pueden ser, a su vez, los jueces que decidan el campeón. El Villarreal de Marcelino también gana crédito en la competición, con el aval de su buen juego y el olfato de Vietto, Gerard Moreno o Giovani Dos Santos. Su aspiración es alcanzar la zona Champions y progresar en la Europa League, tras la eliminación copera ante el Barcelona.

El trofeo se decidirá en los últimos partidos y al mismo tiempo estará en juego cada jornada. Nadie representa esta afirmación como el Barça de las mil caras, el nuevo líder de la Liga BBVA. El equipo de Luis Enrique es capaz de asombrar en Manchester, de aburrir en Granada o de caer con estrépito en Anoeta. El viento sopla ahora a su favor, pero las inercias se invierten con demasiada facilidad. Es lógico que nadie se atreva a pronosticar nada en una competición que puede cambiar cada fin de semana.

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Jorge Rodríguez Gascón.

RIVALES: EN LA HISTORIA Y EN EL JUEGO

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El Atlético y el Real Madrid se enfrentan hoy (16:00 h, Vicente Calderón, Canal + Liga) en el sexto derbi madrileño de la temporada. Sucede que el destino de los títulos en los últimos tiempos ha estado vinculado al duelo entre los dos grandes equipos de la capital. Y sucede también que Diego Simeone hizo olvidar a los atléticos la maldición ante el vecino en una final de Copa. Desde entonces el equipo rojiblanco ha sido capaz de batir al Madrid hasta en cuatro ocasiones. El cambio de tendencia se acentúa en los cincos partidos que han disputado esta temporada, en los que el Atlético no conoce la derrota. El Madrid, por su parte, sonríe mirando a Lisboa, y presume que eligió el mejor partido posible para vencer a los rojiblancos. Ante un nuevo episodio en el Calderón, el equipo de Ancelotti se ampara en la vuelta de Cristiano y en el talento de Isco y Benzema para que el viento vuelva a soplar a su favor.

El equipo blanco viene de vencer al Sevilla en un partido disputado y accidentado, de esos que se deciden en pequeños detalles y que dejan víctimas por el camino. Las lesiones de Ramos y James condicionan el futuro del Madrid y el planteamiento de Ancelotti. Para paliar la ausencia del colombiano, el Madrid tendrá que recurrir a un futbolista de menor imaginación, entre los que se incluyen Illarramendi, Khedira o Lucas Silva. La baja de Ramos desestabiliza la defensa blanca y será Nacho Fernández el que ocupe su puesto. Frente al Sevilla dio muy buenas sensaciones y mostró tener mimbres de gran central. Sorprendió por su oficio y rapidez, pero se intuye que el examen del Calderón será más exigente. Le acompañará Varane, probablemente el central con mayor proyección del mundo (sobre todo si su rodilla no le incordia y corrige algunos fallos de concentración). La sanción a Marcelo le priva al Madrid de uno de los futbolistas con mayor desequilibrio del equipo, especialmente en el juego posicional. Lo más lógico es que le sustituya Coentrão, aunque no se descarta ver a Arbeloa en el carril izquierdo, lo que podría ser una ventaja para Griezmann si se despliega por ese costado. No hay dudas ni en el lateral derecho, hábitat de Carvajal, ni en el mediocentro, donde formará Kroos, un futbolista académico, preciso y eficaz. Las mejores noticias para el Madrid llegan con la vuelta de Cristiano, con la madurez de Isco y con el momento de Karim. Ante el Sevilla las mejores jugadas llegaron bajo la lumbre de Isco y Benzema, especialmente en la segunda parte, en dos o tres bonitas combinaciones. Los goles partieron también de esta pareja, que representa la improvisación en el equipo de Ancelotti. Cristiano, por su parte, regresa de una sanción y llegará fresco para amenazar al Atlético. Está a dos goles de igualar a Di Stéfano como máximo goleador ante el equipo del Manzanares y Simeone le prepara un férreo sistema defensivo. Isco, Benzema y Kroos serán los encargados de alimentar el instinto asesino de Cristiano. Otra buena noticia para el equipo blanco es que Jesé cada día se parece más al jugador que fue antes de romperse la rodilla. Por su parte, Bale parece desenganchado del juego, alejado de sus compañeros. Dolido por los pitos del Bernabéu, ante el Sevilla sintió que el público está en su contra. Y lejos de corregir aquello que le reprochan, jugó demasiado pendiente de saciar su apetito. Aunque el galés no está en las mejores condiciones físicas, es un futbolista que crece en los grandes momentos y, al menos, en el Calderón los pitos no responderán a la ingratitud sino a la costumbre.

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El Atlético de Madrid llega después de desenvolverse con soltura en el barro de Eipurua. Quizá porque el campo favorecía algunos de las virtudes del Atlético de Madrid: la intensidad, el rigor táctico, la pegada. Virtudes que han sido fundamentales en las victorias de los colchoneros ante el equipo de Ancelotti. Simeone parece haber encontrado la fórmula para sujetar al Madrid. El técnico propone partidos volcánicos, jugados en pocos metros, en los que no se escatima en la disputa. Se repliega con facilidad, construye una sólida empalizada y se dispara para buscar a Casillas en pocos segundos. Compite como nadie y sabe asociarse con precisión y facilidad. Porque aunque el equipo rojiblanco construye sus victorias desde el trabajo y la solidaridad, no hemos de olvidar que también sabe jugar muy bien al fútbol, especialmente cuando Arda, Griezmann y Koke se encuentran. La solidez de su defensa no se cuestiona y los piezas que ha introducido Simeone se han integrado a la perfección: Godín y Miranda se mantienen como centrales titulares (Jiménez ha mostrado que es un central duro y de gran proyección cuando ha tenido la oportunidad), Juanfran persiste como lateral derecho, Siqueira no es Filipe Luis pero está en ello y Moyá ha encajado a la perfección.

La llegada de Torres y las variantes del mediocampo le dan a la plantilla mayor profundidad. La sensación es que El Niño esperará en el banquillo, en busca su primer gol en liga tras ilusionar en la copa, y también lo harán Raúl Jiménez y Cani, futbolistas que pueden aportar en los segundos tiempos. La duda es ver si Simeone descarta del once también a Mario Suárez o Saúl, jugadores complementarios que han sido utilizados en partidos importantes. A Simeone le gusta ser un enigma para el rival y plantear ciertas incógnitas. Lo lógico es que forme con un mediocampo aguerrido con Tiago, Gabi y Raúl García, con la intención de escoltar a Koke en la elaboración. El jugador madrileño es fundamental para resguardar el balón y servir pases decisivos. En esa labor le ayuda como nadie Arda Turan, aunque Simeone ante el Madrid suele prescindir de él al inicio. Para que el turco salga a domar el partido en el segundo tiempo, cuando sus compañeros necesitan oxígeno. Aún así la participación de Arda en el once es otro de los secretos que esconde el técnico argentino. Lo que sí ha confirmado Simeone es que en punta formarán Mandzukic, que viene de hacer un gran partido frente al Eibar, y Griezmann, que vive su mejor momento desde que llegó al Atlético. El croata condiciona el modo de jugar del equipo y tratará de aguantar el balón si el equipo está encerrado, de prolongar para Griezmann al espacio y de buscar el remate. No en vano se estrenó como goleador ante el Madrid, en el gol que valió el título de la Supercopa. El francés lleva semanas iluminado y sus aceleraciones con el rival desprotegido pueden decisivas. En la eliminatoria de Copa fabricó los dos goles de Torres en el Bernabéu, se desmarcó al espacio, ayudó a conservar el balón y generó ventajas. Ha sido nombrado mejor jugador del mes de Enero y se le ve fino, rápido, comprometido e inspirado. Casillas medirá la zurda de Griezmann en un duelo que tendrá al Calderón como testigo.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: ibtimes.com

Foto 2: pase final.com

LAS TÁCTICAS DEL AJEDREZ

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En el derbi madrileño, como en cada partido, cobra importancia la lucha entre dos equipos con planteamientos diferentes. Se espera un gran duelo táctico entre dos entrenadores, que a fuerza de enfrentarse, parecen conocer hasta el último lunar de sus rivales.

La gran virtud de Simeone ha sido dotar de una identidad innegociable a su equipo. El equipo sabe a lo que juega y cree en ello sin titubeos: “No sabemos jugar de otra manera. No lo vamos a cambiar porque somos un equipo intenso”. La otra ha sido ganarle al Madrid, en la pizarra y en el campo. Salvo en la eliminatoria de Copa del Rey del año pasado (en la que a Simeone le sorprendió el despliegue de Di María como volante y el Madrid venció con claridad) el técnico argentino le ha ganado la partida al italiano con claridad. En los últimos derbis madrileños, más allá de quien haya ganado, se ha jugado a lo que al Atlético más le interesaba.[1]

Simeone sabe que el mayor peligro del Madrid son sus transiciones rápidas, esas aceleraciones en las que sorprende al rival desguarnecido y lo aniquila con suma facilidad. Por eso su planteamiento pasa por construir un equipo compacto, con una línea defensiva sólida (Miranda y Godín) y muchos jugadores por detrás del balón. Un grupo que se sepa replegar con velocidad y fuerce al Madrid al ataque posicional. El técnico argentino pretende jugar un partido cerrado, en el que se pelee cada metro en la disputa, para tapar líneas de pase y lanzar las contras con Griezmann. Los mismos espacios que quiere facilitar para el francés, se los quiere privar a Bale y Cristiano, dos velocistas que a la carrera resultan imparables. El Atlético procurará atacar al Madrid en las asociaciones de Koke, Arda y Griezmann (mucho más importantes de lo que la prensa destaca), en el juego a balón parado y en el remate de Mandzukic. El croata será también fundamental: debe dar aire a los compañeros y encontrar la opción de pase en ataques con pocos efectivos.

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Ancelotti por su parte prefiere un intercambio de golpes. Sabe que si su equipo encuentra metros para correr, el Atlético estará expuesto en defensa y será más vulnerable. El Madrid de este año puede jugar un fútbol más asociativo pero nunca pierde de vista el marco rival. No le gustan las posesiones intrascendentes y el equipo prefiere ser vertical a ser metódico. Durante un tiempo la idea que Ancelotti fomentaba surtió efecto: el Madrid consiguió realizar un fútbol vistoso y efectivo, lleno de imaginación y de pegada. Sin embargo poco a poco fue perdiendo el brillo y se convenció de que el fútbol vertiginoso de sus delanteros daba los mismos resultados que un modo de juego más aseado. El Madrid no parece sentirse tan cómodo en ataque estático, con sus rivales replegados en campo rival, como cuando tiene vía libre para correr. Entre otras cosas porque ha perdido algunos futbolistas capaces de encontrar líneas de pase en espacios reducidos (Modric, James). Y sólo Isco y Benzema parecen lo suficientemente creativos para descomponer a defensas bien plantadas, en asociaciones luminosas.

Si al Atlético le interesa un partido trabado, al Madrid le beneficia todo lo contrario: el juego a quemarropa, con pocas interrupciones, un tipo de partido en el que los fondistas atléticos se queden sin aliento.

Asistiremos a la batalla táctica por antonomasia: el Madrid, con una de las mejores delanteras del mundo, quiere correr, y el Atlético, con la defensa más poderosa de la liga, prefiere competir. Preguntado por las bajas del Madrid, Simeone advierte: “No pensamos en las bajas del rival. Sí de qué manera llevar el partido a donde nos interesa”, y Ancelotti confirma: “Hay que tener coraje de hacer lo máximo para jugar como tú quieres”.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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[1] No hay que olvidar que la victoria del Madrid en la final de Lisboa se produjo con un gol agónico de Sergio Ramos en el minuto 94 y que el Madrid sólo se sintió cómodo en la prórroga, cuando su rival se había desfondado