LA CARRERA POR LA LIGA

A falta de ocho jornadas para que termine la liga, el duelo entre el Barcelona y el Real Madrid se acerca a su resolución, en el momento de la temporada en el más se penalizan los errores. Los dos grandes avanzan con soltura en la carrera por la liga, y ahora atienden al resultado más que a las formas, con la urgencia de quien necesita los puntos a toda costa.

FCBarcelona

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El Barcelona se mantiene en la cabeza de la clasificación con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Y aunque el equipo de Luis Enrique está en una posición privilegiada, un calendario plagado de compromisos exigentes invita a que los blaugranas sean prudentes (se medirá al Sevilla, Valencia y Espanyol en liga y en las próximas semanas afrontará la eliminatoria frente al Paris Saint Germain). Tras la victoria en el clásico, el Barcelona confirmó su distancia en Balaídos y frente al Almería en el Camp Nou. Pero las sensaciones que dejó el equipo blaugrana en el juego no fueron buenas. El Barcelona de esta temporada parece un equipo confuso, que cambia demasiadas veces de plan durante los partidos. En ocasiones renuncia a sus orígenes y desprecia el balón- como ante el Celta- o se atasca en la elaboración –como ocurrió frente al Almería el pasado miércoles-. Más allá de eso parece que su eficacia defensiva, su acierto en las jugadas claves y el talento de Messi le han hecho optar a todos los títulos. Últimamente son los goles a balón parado los que le están dando resultados, en una nueva muestra más del cambio de ruta escogido por Luis Enrique. En el Barcelona de los delanteros, los mediocampistas han perdido importancia y ya no se atiende tanto a la elaboración del juego ni a la velocidad de circulación. El equipo de Luis Enrique ha encontrado estabilidad defensiva y la pizarra de Unzue –el encargado de planificar las jugadas a balón parado- ha solucionado partidos complicados (como muestran los goles de Mathieu y de Bartra en las últimas semanas).

El Barcelona de esta temporada parece un equipo irregular en el juego aunque, de momento, sea incuestionable en los resultados (solo ha perdido 2 partidos en todo 2015, frente a la Real Sociedad y el Málaga). El equipo catalán es capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo partido, algo que se refleja en el balance de la temporada. Ha firmado momentos de gran brillantez; especialmente en los duelos frente al Manchester City y el Atlético; y partidos que rozan la desidia; como el que le midió al Granada en los Cármenes, al Almería en la primera vuelta o al Celta de Vigo en Balaídos. Parece que el Barcelona solo posee recursos bajo la lumbre de Messi, el principio y el fin del juego blaugrana. El argentino regresó del parón de selecciones con un golpe en el pie derecho y frente al Celta de Vigo y el Almería no se le vio con la chispa que ha mostrado en el inicio de año. Pese a ello, siempre idea las mejores jugadas blaugranas, ya sea en el inicio o en la finalización de las mismas; al trote o cuando se desata en carrera. Frente al Almería, Messi rescató a un Barcelona espeso, precisamente cuando más alejado estaba el argentino del partido. El 10 recorrió la línea de cal a pase de Bartra, y tras zafarse de su marcador hacia dentro, colocó el balón en la base del palo largo. Su disparo dibujó un bonito efecto, inalcanzable para Julián, en una firma inconfundible del 10 del Barcelona. Durante el resto del encuentro, el Barcelona y Messi funcionaron a ráfagas, sin constancia ni demasiada implicación en el juego. El argentino alternó varias arrancadas brillantes con largos minutos de paseo. En ellos se le ve cabizbajo, con una mueca que revela su incomodidad; no se sabe si lo que le disgusta es que el juego no pase por él –lo que vulgariza al Barcelona- o el golpe en su pie derecho. Pese a ello, la mayoría de las ocasiones de peligro del Barcelona, hasta en un día de poca inspiración del 10, parten de las botas de Messi. Una circunstancia que aprovecharon sus compañeros de delantera: Pedro asistió en el cuarto gol a Suárez, que firmó su tercer doblete con el Barcelona. No se vistió Neymar, que parece haber perdido la frescura de sus mejores noches, casi al mismo tiempo que Suárez ha afinado su puntería. El brasileño no sólo ha reducido su productividad de cara a gol, sino que cada día comete errores más comprometidos, especialmente en ingenuas pérdidas de balón.

En un Barcelona que en fases de los encuentros renuncia a sus orígenes, el socio valora cada pase de Xavi. El de Tarrasa es uno de los lazos de unión del actual Barcelona con su propuesta tradicional y ha cobrado importancia en el equipo, cuando planean las dudas en el juego. Y lo cierto es que el cerebro de Xavi ofrece agilidad a la circulación y sentido al juego. Si está Xavi en el campo parece que Messi no ha de retrasar tanto su radio de acción y está más fresco para desequilibrar. El problema reside en que el Barça se serena con la posesión, pero le cuesta encontrar las vías de acceso al gol. Por ello quizá el equipo se encomienda a Messi, que juega de 10, y a su acierto en las áreas, en las que se alzan Piqué en la zaga y Suárez en la delantera.

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Real Madrid

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El Real Madrid sigue la estela del Barcelona y tras el festín ante el Granada (9-1, con cinco goles de Cristiano), completó su semana con una trabajada victoria en Vallecas. Los equipos de Paco Jémez son valientes y apuestan por dominar el juego a través de la posesión. Frente a los equipos poderosos, el Rayo de Jémez impone sus principios con más convicción que nunca y hace disfrutar al aficionado. Durante la primera mitad, el Rayo Vallecano dominó a su rival con claridad y mereció el gol; se adueñó del balón y combinó con precisión hasta la portería de Casillas. El portero madridista, cuestionado por su público durante la temporada, emergió en los momentos críticos, especialmente en un remate de Trashorras, y permitió la recuperación del Madrid. El equipo blanco mejoró en la segunda parte, gracias al toque de Modric y Kroos, el despliegue de Marcelo y Carvajal, las llegadas de James y el hambre de Cristiano. El portugués parece haber recobrado la sonrisa tras su repóquer frente al Granada y cuajó una buena segunda mitad en Vallecas. Vive por y para el gol y parece situarse siempre en el lugar correcto en el área, como se demostró en el primer gol de la noche. Carvajal llegó hasta línea de fondo y sirvió un balón al punto de penalti. Ahí estaba Ronaldo para firmar el gol que les sitúa en la lucha por la liga. Cristiano ha reducido su productividad en las bandas y concentra su juego en el área, su nuevo ecosistema. Allí aparece en la finalización e incluso, de vez en cuando, muestra mayor generosidad con sus compañeros; como ocurrió en el segundo gol de la noche, que firmó James a pase del portugués. Cristiano ha depurado su juego: desborda menos, se asocia en corto y participa cada vez más en la resolución de las jugadas, donde afila con mimo su remate. Y los goles de CR se sustentan en la mejoría del equipo, que alimentan con buenos pases la ambición del portugués.

El Real Madrid ha recuperado alternativas en el juego posicional. La recuperación de Modric y James le aporta mayor facilidad para jugar en corto y el equipo mantiene intacto su fútbol de vértigo. Ambas vertientes de su juego se vieron en las dos últimas victorias del Madrid: la goleada frente al Granada se gestó ante un rival agrupado en su propio campo y en Vallecas aprovechó los espacios que dejó el rival a la espalda de su defensa. También ha mejorado su línea defensiva con la vuelta de Ramos y la solidaridad del grupo parece haber aumentado: el equipo de Ancelotti se parte ahora con menor facilidad, especialmente gracias al trabajo de sus mediocampistas y a la corrección de Bale, que ha entendido los consejos de su técnico. El Madrid disfruta de un buen momento en la fase decisiva de la competición, una vez que ha recuperado todas sus piezas. Benzema e Isco son los encargados de improvisar, en un equipo en el que Ramos, Varane y Pepe (que está algo tocado) cortan los ataques del rival.

Ancelotti sabe que perder puntos significaría darle media liga al Barcelona, y pretende que sus jugadores asusten al líder con sus victorias. El próximo martes el Real Madrid se mide al Atlético en la Champions League, su gran antídoto de la temporada. El Madrid confía en reconquistar el trono de la capital en su competición favorita.

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La victoria como única receta.

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Ninguno de los dos candidatos cree que la receta para ganar la liga sea el uso de un fútbol de buen gusto. A estas alturas de la temporada, parece que la única ley a la que atienden es la que dicta el marcador. Cuidan los detalles y han ganado solidez defensiva, pero pierden el control del juego durante los partidos. Saben que en los intercambios de golpes la suerte les suele sonreír, por la calidad individual de sus delanteros. Conscientes de su mayor eficacia, no les importa perder peso en la circulación en busca de acierto en las áreas. No resulta extraño que el Barcelona y el Madrid cedan el balón a su rival, especialmente ante rivales que construyen el juego a través de la posesión, como el Celta y el Rayo. Más llamativa es la situación en Barcelona, un equipo que había fabricado su identidad a través del juego de combinación. En la presente temporada, las variantes de juego se imponen a su identidad con demasiada frecuencia. Aunque siempre acaba con mayor dominio de la posesión, al Barcelona le cuesta más recuperar el balón y aprovecha el contragolpe y su juego a balón parado. El Madrid trata ahora mejor el balón, especialmente cuando Modric, Kroos, Isco y James se asocian, aunque se siente cómodo en el juego directo, para aprovechar la velocidad de su delantera. Barcelona y Madrid apuestan por la seriedad en cada partido e incluso saben administrar sus esfuerzos, con la vista puesta en las ocho jornadas que quedan. Las segundas espadas de la liga –Atlético de Madrid, Valencia y Sevilla- mantienen opciones si fallan los grandes y podrían ser los jueces de la temporada (este fin de semana para empezar, en el partido entre el Sevilla y el Barça).

Se espera un bonito duelo entre el Barcelona y el Real Madrid en el tramo final de la liga. Los grandes emocionan cada vez menos pero, de momento, el marcador justifica su propuesta.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: blacherreport.net. Foto 2: itsjamesrodriguez.tumblr.com. Foto 3:english.ahram.org.eg.

EL CLÁSICO DE LAS MIL CARAS

El Barcelona venció en el clásico del fútbol español (2-1), en un partido bonito, igualado y lleno de alternativas, que resolvió Luis Suárez en el minuto 56. El duelo no decepcionó en el juego y fue un intercambio de golpes entre los dos candidatos al título, una sucesión de estados de ánimo que acabó por coronar al Barcelona.

FC Barcelona v Real Madrid CF - La Liga

El espectacular mosaico del Camp Nou recibió a los protagonistas de un evento deportivo que se retransmite en todo el mundo. Luis Enrique se decidió en la previa del partido por Mascherano como eje del equipo, en lugar de Busquets, que acaba de recuperarse de una lesión. La decisión privó al Barcelona de un juego más aseado, pero le permitió ganar tensión competitiva en un partido exigente. El estadio registró la mejor entrada de la temporada y el público tardó poco en cantar el primer caño de Messi, una de las apuestas que más baratas se pagaban en el Clásico. El equipo de Luis Enrique amenazó tímidamente a Casillas, hasta que el juego se alejó del 10. Con Messi aislado en la banda, el Barcelona estuvo lento en la circulación, no ejerció bien la presión, perdió el control del partido y el Madrid disfrutó de espacios para correr. Rakitic tuvo que sacrificarse a la hora de seguir a Marcelo y el Madrid generó superioridad en el medio, en el que camparon a sus anchas Modric y Kroos. Bajo la dirección del croata, Marcelo desbordó por el costado, Benzema puso su talento al servicio del equipo y Cristiano olfateó el gol. Los tres se dieron cita en la primera ocasión del Madrid. La jugada partió de la banda de Marcelo y el balón llegó a Benzema que, tras revolverse en el área, centró para Cristiano. El portugués remató forzado y su lanzamiento se topó con el larguero de Bravo.

El Barcelona lograba sacudirse la presión blanca por momentos, bajo la conducción de Iniesta, el juego de espaldas de Suárez y las ráfagas de Messi. Pero en la primera parte renunció a su abecedario futbolístico y abusó del balón largo a Suárez, que se peleó durante todo el partido con Pepe y Ramos. Con Messi lejos del cuero, Neymar rifó la posesión en regates intrascendentes, Rakitic perdió peso en el partido y Alves sufrió en su banda, ante la superioridad que generaban Cristiano y Marcelo. Y cuando la duda rondaba el Camp Nou, Messi botó con precisión una falta desde el costado izquierdo. Mathieu le ganó el salto a Ramos y remató a la red de Casillas (1-0), que regresaba al Camp Nou dos años después. Y aunque el partido transcurría por un terreno de idas y venidas, en el que el poderío físico parece favorecer a los velocistas del Madrid, el Barcelona tuvo tras el gol la opción de ampliar su ventaja. Suárez cazó un rechace en el área madridista y su disparo tropezó en Neymar, que falló con todo a favor, a medio metro de la portería de Casillas. La jugada no pudo ser más trascendente para el resultado, pues en el siguiente ataque, Benzema fabricó el gol de la igualada. El francés recibió en el borde del área un servicio de Modric y dibujó de tacón un pase medido para Cristiano. El portugués, muy activo durante la primera mitad, llegó antes que Alves y ajustó su disparo de puntera hasta hacer inútil la estirada de Bravo (1-1).

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Tras el empate, el equipo de Ancelotti disfrutó de sus mejores minutos en el Camp Nou, que coincidió con el mejor momento de Benzema y Cristiano en el partido. El portugués mostró en el Clásico su ambición: encaró a Alves, buscó posiciones de remate, exigió a Bravo con un poderoso lanzamiento y fomentó su sociedad con Benzema, el futbolista más inspirado del Real Madrid. El francés posee la capacidad de improvisar en ataque estático, ofrece siempre buenas soluciones para sus compañeros y tiene además facilidad para rescatar un pelotazo y convertirlo en un tesoro.

Bravo fue exigido por Bale, Benzema y Cristiano y el chileno mantuvo a su equipo en el partido. El Barcelona agradeció el descanso y se benefició de la poca puntería del Madrid. En la segunda parte el equipo de Luis Enrique se serenó en el juego y, aunque le costó progresar en la elaboración, concedió menos pérdidas y limitó los ataques blancos. Ante el atasco blaugrana en la media decidió forzar a la defensa del Madrid con balones al espacio, como una forma de sorprender a su rival. Y el Barcelona encontró a Luis Suárez, un futbolista al que le sienta bien la etiqueta de los grandes partidos. Alves lanzó la carrera del uruguayo con un desplazamiento largo y el delantero le ganó la partida a Ramos. Orientó el balón y, con poco ángulo, cruzó su disparo con precisión, lejos de Casillas (2-1).

El segundo tanto fue un golpe crítico para el Madrid, que se fue difuminando en el encuentro, en el momento en que irrumpió Messi. El argentino llegó tarde al partido, fundamentalmente porque el Barcelona no consiguió integrarle con la posesión y él tampoco se ofreció en exceso. No estuvo tan fresco como ante el City, pero en la última media hora, el 10 volvió a dirigir al Barcelona, cuando Kroos y Modric ya no tenía pulmones para realizar las coberturas. La salida de Xavi y Busquets le dio al Barcelona más fluidez en el juego y el equipo conservó el balón con criterio. Messi abandonó la banda y acampó en la posición del enganche, lugar en el que muestra su facilidad para la invención. Desde allí, explotó su zurda, burló rivales y fabricó las mejores ocasiones del Barcelona. Jordi Alba estuvo a punto de marcar en un servicio del 10 y Neymar mantuvo su riña con el gol hasta en tres disparos. Messi también falló ante la sombra de Casillas: primero, se zafó del marcaje de Kroos y su disparo de interior se fue fuera por poco; después, no embocó un pase atrás de Jordi Alba, en una bonita combinación entre ambos; y, por último, no resolvió un barullo en el área madridista.

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Con el Madrid fatigado, el Barcelona disfrutó de varias oportunidades para firmar la sentencia. Pero, al igual que ante el City, pecó de cierta inocencia ante la portería rival, cuando la inercia del partido estaba a su favor. El Madrid no tuvo capacidad de respuesta tras el gol de Suárez y solo inquietó a Bravo con un disparo lejano de Benzema. Cristiano no amenazó en el último tramo, Marcelo no profundizó como en la primera parte y la media se desfondó. El equipo de Ancelotti recurrió al juego directo y se estrelló contra Piqué, que confirmó su buen momento con un partido impecable ante el eterno rival.

El Clásico llegó a su fin con el rondo del Barcelona en el descuento. El Madrid dejó buenos síntomas en el Camp Nou: fue mejor durante muchas fases del partido y supo imponer su juego hasta el gol de Suárez, pero perdonó a su rival en las jugadas decisivas del duelo. El Barcelona mantuvo la paciencia en los momentos críticos, en los que la fortuna estuvo de su lado, y superó con claridad a su rival en la última media hora, gracias a la finta de Messi y al pase de Xavi, que completó su partido número 42 ante el Real Madrid. Antes, cuando el Barcelona parecía estancado en el juego, Mathieu y Luis Suárez le habían dado la ventaja, en dos acciones que definen los registros del Barcelona de Luis Enrique. El primer gol llegó en una jugada a balón parado, una suerte que tradicionalmente esquivaba al equipo catalán, y el segundo tanto responde más al juego directo que a la elaboración, una novedad que ofrece Suárez al repertorio del Barça.

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El Clásico fue un duelo exigente, un espectáculo vibrante entre dos de los mejores equipos de Europa. La fortuna y el cuidado de los detalles consagró la reacción del Barcelona en la Liga. El equipo de Luis Enrique amplía su distancia a cuatro puntos y refuerza su liderato, cuando no hace tanto llegó a estar a siete del Real Madrid. Siguen quedando muchos puntos en juego y, como mostró el partido, todo puede cambiar en el momento más inesperado. La liga, como el duelo entre sus máximos aspirantes, se mueve en un carrusel de altibajos.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1,2, 3 y 4: (AFP) Getty Images (Reuters).

LA LIGA DE LAS MIL CARAS

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La liga sigue admitiendo nuevos cambios en el guión y el Barcelona alcanzó el liderato tras aprovechar la derrota del Real Madrid en San Mamés. Venció a un Rayo Vallecano osado en la mañana del Camp Nou y disfrutó ante su público, en la mejor entrada de la temporada (6-1). El Barcelona no desperdicio la oportunidad que le brindó el Madrid, algo que sí ocurrió frente a la Real Sociedad y el Málaga. Con su victoria ante el equipo de Paco Jémez, el Barça es el equipo más goleador y el que menos tantos ha encajado de la Liga. Para redondear la mañana, Messi alcanzó con su hat-trick a Cristiano en la tabla de goleadores, en un combate que parece anticipar la lucha mediática por el Balón de Oro. El buen momento del tridente blaugrana se contrapone a la depresión que sufren los delanteros del Real Madrid. A la sintonía entre Messi y Neymar se ha sumado el despertar goleador de Luis Suárez y, por el contrario, los delanteros del Madrid marcan y rematan cada vez menos. Cristiano completó en San Mamés su cuarto encuentro de la temporada sin disparar a puerta (los mismos que había firmado en sus anteriores campañas con el conjunto blanco), Benzema se apagó ante el empuje de los vascos y Bale lleva ocho partidos consecutivos sin marcar.

El Atlético y el Valencia empataron en el Calderón (1-1), en un partido que se movió por un terreno en el que ambos equipos se sienten cómodos: el de la batalla y la disputa. Los equipos que dirigen Simeone y Nuno aceptan el juego físico con una sonrisa y se midieron en un intercambio de golpes que tuvo más fogosidad que brillo. Koke marcó en su regreso al equipo y Mustafi le dio el empate al Valencia en el segundo tiempo. El duelo entre las segundas espadas de la liga se resolvió con un empate en un partido intenso, más acorde al gusto de los entrenadores que de los aficionados. Destacó más la coraza de Otamendi o Godín que el fútbol de ataque de los valencianos y colchoneros.

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En un momento en el que parecen inalcanzables las ligas de 100 puntos (el Barcelona y el Madrid pierden más puntos a lo largo de la temporada que los equipos de Guardiola o Mourinho), cobran más importancia los teóricos candidatos a la tercera plaza, el Atlético o el Valencia, que están a 6 y 7 puntos de la segunda posición. El Atlético basa su juego ofensivo en el talento de Arda Turan, Koke y Griezmann, y ante el club valenciano prescindió de Mandzukic en beneficio de Torres. El Valencia agita los partidos desde el carril izquierdo, el hábitat natural de Gayá y Piatti, y al remate esperan Negredo y Alcácer. Las plantillas del Turia y del Manzanares aspiran en secreto a colarse en la lucha por el título y pueden ser, a su vez, los jueces que decidan el campeón. El Villarreal de Marcelino también gana crédito en la competición, con el aval de su buen juego y el olfato de Vietto, Gerard Moreno o Giovani Dos Santos. Su aspiración es alcanzar la zona Champions y progresar en la Europa League, tras la eliminación copera ante el Barcelona.

El trofeo se decidirá en los últimos partidos y al mismo tiempo estará en juego cada jornada. Nadie representa esta afirmación como el Barça de las mil caras, el nuevo líder de la Liga BBVA. El equipo de Luis Enrique es capaz de asombrar en Manchester, de aburrir en Granada o de caer con estrépito en Anoeta. El viento sopla ahora a su favor, pero las inercias se invierten con demasiada facilidad. Es lógico que nadie se atreva a pronosticar nada en una competición que puede cambiar cada fin de semana.

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Jorge Rodríguez Gascón.

LA LIGA INESPERADA

Jornada 24.

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La pasada jornada el Barcelona afianzaba su progresión con una victoria redonda ante el Levante, el Real Madrid ganó pero no convenció ante el Deportivo y el Atlético se estrelló en su visita a Balaídos. Pero la liga es una competición vibrante, que depara sorpresas cada fin de semana. El guión de la jornada volvió a cambiar la situación en los primeros puestos: el Madrid restauró sus cuatro puntos de distancia con el Barcelona y el Atlético resolvió en el Calderón, en una noche en la que volvieron a brillar sus puntas.

Esta vez el Barcelona cayó contra pronóstico en su propio estadio, víctima de un equipo joven y atrevido como el Málaga, capaz de anular al plantel de Luis Enrique en el repliegue y de desquiciarlo con el balón en su poder. Juanmi aprovechó un error de bulto de Dani Alves para firmar el gol de la victoria en el minuto siete de partido. Y al Barcelona le faltaron recursos para abrir el cerrojo del Málaga, que le ha ganado el duelo al equipo culé en los dos choques de la temporada (consiguió empatar a cero en la Rosaleda y se llevó los tres puntos del Camp Nou). Sin el brillo de sus delanteros (ni Messi ni Suárez ni Neymar estuvieron a su nivel), el Barcelona se convirtió en un equipo previsible, que dejó ciertos síntomas de impotencia.[1] No aprovechó los costados, el único resquicio que dejaba la defensa rival, y ni siquiera llegó a asustar en los últimos minutos. Messi y Neymar acabaron en las redes del sistema defensivo malaguista, y se les vio sin la chispa de las últimas jornadas. Nadie destacó en un Barcelona que se pareció más al equipo impotente de Anoeta que al que llegó a encadenar once victorias consecutivas antes del choque de este fin de semana. La euforia que rondaba en el Camp Nou pudo jugarle una mala pasada al equipo culé, que volvía a tener a tiro el liderato. Tras la derrota, ve como el Real Madrid amplía su distancia y espera resarcirse en el decisivo duelo ante el City, que medirá sus aspiraciones europeas. Pero sería un error no apreciar los méritos del Málaga en su victoria en el Camp Nou. Fue un equipo solidario, que ejecutó las ayudas defensivas con acierto, supo asociarse cuando tuvo el balón y ganó siempre los rechaces. El técnico Javi García volvió a superar a Luis Enrique y supo explotar a su plantilla: dispone de jóvenes futbolistas con descaro (Juanmi, Castillejo, Samuel, Horta o Juanpi) que brillaron en un escenario exigente. El Barcelona ni siquiera agobió al rival en los minutos finales y el Málaga cuidó aquellos detalles que permiten ganar partidos.

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El Atlético de Madrid venció con solvencia al Almería (3-0) y recuperó sensaciones tras la derrota en Balaídos. Simeone planteó el partido para aprovechar la sintonía de sus delanteros, Griezmann y Mandzukic, que viven el mejor momento de la temporada y firmaron los goles atléticos. Y aunque el árbitro jugó un papel importante en el partido al señalar un penalti riguroso sobre Godín, el Atlético fue superior al conjunto que dirige Juan Ignacio Martínez. El penalti lo transformó Mandzukic, un delantero inteligente, que aporta muchas soluciones a su equipo: puede fijar a los centrales, rematar en boca de gol y asistir a sus compañeros. Y el croata se entiende a la perfección con Griezmann, probablemente el futbolista más en forma de la competición. El delantero francés marcó los otros dos goles de su equipo, en dos bonitas acciones ejecutadas con su zurda. En la primera de ellas, recibió un gran servicio de Mandzukic al espacio, aprovechó su velocidad y definió con sutileza. En el tercer tanto del Atlético, Griezmann resolvió un barullo en el área con un disparo cruzado. El Almería se topó con Moyá siempre que lo intentó y firmó demasiado pronto la derrota, tras un mal inicio de partido. Después de la victoria, Simeone prestó más atención a su lucha con el Valencia y el Sevilla por la tercera plaza que a la pugna por el liderato, en un juego al despiste que ya no convence a nadie. Y las noticias que recibió su equipo fueron buenas en ambos sentidos: consiguió acercarse al Barcelona en el segundo puesto y se afianzó en la tercera posición. El Valencia venció en Córdoba (2-1), con goles de André Gómes y Pablo Piatti, y el Sevilla perdió ante la Real Sociedad (4-3) en el partido más bonito de la jornada, que se jugó en la mañana del domingo. En San Sebastián se vio un duelo lleno de alternativas, que resolvió Xabi Prieto con un cabezazo en los minutos finales. La victoria de la Real Sociedad permite a Simeone mirar a la cabeza de la tabla, aunque sigue quedando demasiado para que el técnico reconozca que su equipo es un serio candidato a la liga. Para el resto, lo ha sido siempre.

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El Real Madrid cerró la jornada del domingo con una victoria sólida en Elche (2-0). El equipo de Ancelotti sigue recuperando la confianza tras la derrota en el Calderón y aprovechó el pinchazo del Barcelona para consolidar su liderato. El Elche despreció el balón y el Madrid cuajó un buen partido, en el que la media pudo circular el balón a su gusto y sus delanteros volvieron a estar inspirados. Cristiano se implicó más en el juego, generó media docena de ocasiones y acabó marcando el segundo gol del equipo en un poderoso remate de cabeza. Ya lleva 29 goles en Liga y ha igualado a Santillana al marcar 290 tantos con la camiseta del Madrid. Benzema se asoció con el portugués, volvió a firmar un gran partido y llegó a marcar dos goles, aunque su chilena fue anulada por fuera de juego. Ya en la segunda parte, Cristiano aceleró desde la banda y Benzema aprovechó un rechace para adelantar al Madrid. El gol del francés premió a un equipo insistente, que remató más que en los partidos del último mes. El Elche fue un rival estéril, que se dio por vencido cuando el equipo de Ancelotti abrió el marcador. El Madrid ha encontrado a dos rivales cómodos como el Schalke y el Elche para elevar su estado anímico, justo en el momento más delicado de la temporada. En el Martínez Valero creó muchas situaciones de peligro y el Elche no exigió a Casillas. El regreso de Pepe ha dotado al equipo de mayor seguridad y su mezcla con Varane cada día es más fiable. Carvajal y Marcelo profundizaron por los costados y Lucas Silva parece integrado en la media, que dominan Kroos e Isco. El alemán parece haberse repuesto de su bajón físico y sigue siendo un futbolista académico, que parece rayar la perfección en cada pase. Pero en el Madrid, la improvisación está a cargo de otro futbolista: Isco Alarcón. El malagueño tiene un don que se manifiesta en cada control, en cada regate. El balón parece disfrutar en sus botas e Isco hace disfrutar al resto. No es casualidad que una vez más el de Arroyo de la Miel fuese ovacionado en campo contrario, al abandonar el Estadio Martínez Valero. Los campos de Primera suelen apreciar que están ante algo especial y, sin duda, Isco es un futbolista diferente. Casillas sentenció al final del encuentro: “Isco es el próximo jugador más importante que pueda tener este país”.

Dicen que la política se construye con verdades que duran solo un día. En el fútbol las verdades pueden durar más de una semana, pero estas se ponen en cuestión cada partido. Nada nuevo, la liga es una competición larga, que premia al que tenga más regularidad en un carrusel de altibajos. Y cada jornada sigue siendo un laberinto de emociones: la suerte de los equipos puede cambiar en el momento más inesperado.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: hoyenfutbol.com. Foto 2: Daily Mail. Foto 3: periodistadigital.com. 

[1] El árbitro le perdonó la expulsión a Neymar en un rabieta y no castigó las patadas en la espalda de Jordi Alba a Juanpi, cuando el Barcelona ya daba por perdido el partido.

EL MADRID CUMPLE EN ALEMANIA

El Real Madrid venció con solvencia en el Veltins Arena de Gelsenkirchen (2-0), frente a un rival débil, al que le sigue quedando grande la fase decisiva de la competición.

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El equipo de Carlo Ancelotti sabía de la importancia del inicio. Y, con más rigor competitivo que buen juego, supo ratificar su superioridad ante un equipo voluntarioso, tan bien trabajado en el aspecto táctico como inocente ante la portería de Casillas. El Madrid entró al partido con la seriedad que requiere una eliminatoria en la máxima competición continental. Sin demasiados alardes en la circulación, comprendió que lo importante era alejar el juego de la portería de Casillas, aunque fuera a través de una posesión horizontal, que no encontraba en buenas condiciones a sus delanteros. El Madrid se instaló en campo contrario, al ritmo que marca Kroos en la elaboración, siempre en buena sintonía con Isco, un futbolista elegante de recursos ilimitados. Sin mostrar un fútbol vistoso, el Madrid maduró el partido con inteligencia, no se impacientó ante la defensa alemana y resolvió con sus carrileros. Mientras tanto Pepe y Varane neutralizaban la resistencia alemana, personalizada en Huntelaar, un delantero con instinto, y Choupo-Moting, un futbolista descarado que se movió pegado al carril zurdo. El delantero holandés chocó con Varane y tuvo que ser retirado en el ecuador de la primera parte. La lesión de Huntelaar acabó de desorientar al Schalke, cuyas opciones ofensivas descansan en el delantero holandés. Y con Huntelaar camino de la enfermería, el Madrid se acercó al balcón del área y desde ahí generó sensación de peligro, especialmente a través de la conducción de Isco y la movilidad de Cristiano y Benzema. El portugués se ofreció en corto, se movió por todo el frente de ataque, buscó posiciones de remate y puso fin a su paréntesis goleador de los últimos partidos. Aunque perdió muchos balones y no siempre estuvo acertado en el desborde, Cristiano fue decisivo en el resultado y se liberó de su agonía, como demostró en su efusiva celebración. El gol había llegado al filo de la media hora de partido. Carvajal sorprendió con un gran centro de zurda y Cristiano llegó libre de marca a la posición de remate. Desde ahí, el portugués resolvió de cabeza, esquivando la salida en falso del joven portero Wellenreuther, que creció con el paso de los minutos (1-0).

El gol le dio al conjunto blanco (que ayer vestía de rosa chillón) la seguridad y la confianza que necesitaba. Y durante el resto del encuentro, siempre dio la sensación de que el partido estaba más próximo a la sentencia del Madrid que a la igualada del equipo de Roberto Di Matteo. Incluso el remate al larguero de Platte pareció una jugada aislada, producto de uno de los pocos despistes defensivos que tuvo el Real Madrid en Alemania. La ocasión del Schalke reactivó el fútbol de ataque del Madrid y Marcelo consiguió el segundo tanto del partido, un gol que deja prácticamente sentenciada la eliminatoria. Cristiano consiguió zafarse de la marca de Uchida y asistió al lateral brasileño. Marcelo se acomodó el balón a su pie derecho y soltó un zapatazo inapelable a la escuadra de Wellenreuther (2-0). El gol premió el gran partido del brasileño en el Veltins Arena, un futbolista fundamental para el Madrid. Marcelo destaca especialmente frente a defensas bien protegidas, como la que planteó ayer Roberto Di Matteo. En ataque estático, el brasileño es capaz de agitar los partidos desde el carril izquierdo, lugar en el que a menudo se asocia con Isco y Cristiano.

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El segundo gol fue el golpe definitivo para el Schalke, que esperó al final del partido, con la impotencia de quien ve inalcanzable a su rival. El Madrid consiguió una victoria que supone una inyección de moral para una plantilla cuestionada. Aunque sigue dejando dudas en la elaboración del juego, el Madrid regresó de Alemania cargado de buenas noticias. El equipo de Ancelotti consiguió encarrilar la eliminatoria tras completar un partido cómodo, sin demasiados contratiempos. Cristiano Ronaldo volvió a marcar, Isco cuajó otro buen partido, Kroos organizó el juego y Pepe le dio a la zaga mayor solidez defensiva. El conjunto blanco cerró el partido sin encajar ningún gol y la sensación es que el equilibrio de los blancos y su mejoría defensiva son tan importantes como los goles de Cristiano.

Lucas Silva desbancó a Illarramendi y completó sus primeros noventa minutos con el Real Madrid. Mostró que es un jugador complementario, comedido en el pase e inteligente en lo táctico, aunque sigue sin ser la solución a los problemas que tiene el Madrid en la creación. El problema es que cuando el balón se separa de Kroos, de Isco o incluso de Benzema parece perder control, en busca del vértigo que proponen los velocistas blancos: Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Y eso afecta a un equipo con limitaciones en el ataque posicional. Algo que parece que no cambiará hasta que vuelvan Modric o James, futbolistas que apuestan por un fútbol en el que la posesión cobra mayor protagonismo.

El Madrid encontró en el Schalke 04 a un sparring perfecto para elevar su confianza. El conjunto de Roberto Di Matteo fue un equipo trabajador, que derrochó entusiasmo y dureza en cada disputa. Pero al que le parece faltar fútbol para competir al más alto nivel, especialmente afectado por una gran cantidad de bajas, entre las que destaca la de Julian Draxler, un mediapunta de gran proyección. La llegada de Roberto Di Matteo aportó mayor consistencia defensiva, y el equipo se reagrupó con una línea de tres centrales: Höwedes, Nastasic y Matip. Pero al Schalke le sigue costando un mundo crear ocasiones, un problema que se agrava con la lesión de Huntelaar, la referencia ofensiva del equipo.

El Real Madrid construyó la victoria desde la sensatez y la prudencia. Volvió a atascarse en la elaboración y no estuvo inspirado en el juego, pero resolvió pronto en el marcador. Las debilidades del Schalke le favorecieron y consiguió un resultado casi definitivo, que pone al conjunto de Ancelotti en la antesala de los cuartos de final.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1 y 2: Getty images.

LOS SILENCIOS INCÓMODOS DEL BERNABÉU

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El Real Madrid venció al Deportivo de la Coruña en el examen del Bernabéu, que aprobó con menos claridad de la que dicta el marcador (2-0). El Deportivo no fue el rival inocente de la primera vuelta (recibió 8 goles en Riazor) y supo jugar en campo contrario, con buen tino en las asociaciones, aunque sin fortuna de cara a puerta. El equipo de Carlo Ancelotti acertó a definir en dos de sus estampidas y alivió el dolor de la derrota en el Calderón.

Era un partido delicado para los merengues, en el que el público pretendía observar la reacción de su equipo, herido en su orgullo por el rival vecino. Sin embargo, el Madrid disputó un partido corriente, que no dejó demasiado lugar a la euforia, ni alentó la esperanza de una afición proclive a los silencios incómodos. El encuentro, lejos de parecerse a los mejores momentos de la temporada blanca, tuvo muchas similitudes con el partido del Sevilla, incluso en la resolución.

El comienzo del choque ayudó a que el ambiente del estadio fuera frío. El público observaba en silencio como los futbolistas del Depor triangulaban con precisión en los primeros diez minutos y se plantaban ante Casillas con relativa facilidad. Lucas Pérez, un canterano que mostró muy buenas maneras en el Bernabéu, se asoció con dos extremos descarados, como Isaac Cuenca y Cavaleiro, y Oriol Riera, un nueve de referencia, bajó buenos balones para sus compañeros. El Madrid se atascó en el inicio del juego, perdió demasiados balones en la elaboración (especialmente Isco) y no enlazó con la delantera, situada a demasiada distancia de los mediocampistas. El equipo de Ancelotti volvió a dar la sensación de ser un equipo vulnerable, que descuida los inicios, y que concede demasiados remates al rival. Algo que mostró Isaac Cuenca en dos disparos con intención: el primero se fue rozando el palo y el segundo lo anuló Casillas con una buena mano. El extremo catalán del Deportivo fue osado cuando recibió el balón, dejó atrás a Arbeloa siempre que le encaró y contribuyó al murmullo del Bernabéu.

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El Madrid recobró el aliento cuando el Deportivo empezó a fallar en la circulación. Aprovechó las imprecisiones del rival para desarmarle a la carrera, en rápidos contragolpes, dirigidos por Isco y culminados por su tridente: Cristiano, Benzema y Bale. De ese modo llegaron sus oportunidades más claras en la primera parte, en dos disparos de Cristiano y de Bale que se toparon con el larguero de Fabricio. Y también tras una pérdida del Deportivo en una zona comprometida, llegó el primer gol del Madrid. El Madrid se desplegó y asestó un duro golpe al Deportivo, que más allá de sus despistes, seguía haciendo daño cuando superaba la primera línea de presión blanca. Entre Benzema y Arbeloa salvaron un balón que Cristiano no alcanzó a rematar. Isco cazó el rechace en el pico del área, se acomodó el balón y situó su disparo en el palo largo, en un gesto técnico que ha convertido en costumbre (1-0). El equipo de Ancelotti vivió entonces sus mejores minutos del partido: Benzema se asoció con Isco, Cristiano se acercó a posiciones de remate y Bale desbordó a Luisinho con mucha superioridad.

El partido transcurrió hasta el descanso por los mismos cauces: el Madrid no renunció al balón pero parece que disfruta más en las transiciones rápidas, en las que no tiene que elaborar el juego. La posesión del Madrid solo parece tener sentido si el balón pasa por Kroos, especialmente ahora que están ausentes James y Modric, junto a Isco, los aliados naturales del alemán. En la que debía ser una tarde para medir a Illarramendi, el guipuzcoano volvió a ser un jugador correcto, complementario e incluso vulgar. El Madrid fue más peligroso cuando recuperó en campo contrario y sorprendió al Deportivo sin tiempo para replegarse. En esos minutos el equipo gallego sufrió porque no consiguió encadenar varios pases seguidos y porque le costó administrar los espacios que concedió su zaga. Una vez que recuperó el acierto en la posesión, consiguió superar su mal momento en el partido. Después del descanso, el Deportivo volvió a asociarse en las inmediaciones del área y amenazó a Casillas. Primero lo hizo con un disparo de Celso Borges, que se estrelló en la madera y, posteriormente, con un remate de Oriol Riera, que hizo volar a Casillas. La parada de Casillas, que fue más aplaudido que pitado por su público, resultó decisiva para la victoria blanca. El Madrid sufrió con el juego preciso de los coruñeses y ni Cristiano ni Marcelo aprovecharon las oportunidades que tuvieron para lograr el segundo gol de la tarde. Y cuando el partido transcurría por el terreno de la incertidumbre, con un Bernabéu cada vez más nervioso por la cercanía del rival en el marcador, el Madrid consiguió la sentencia. El Deportivo volvió a fallar en la salida de balón y Cristiano encontró metros para correr. Llegó justo a la disputa con Laure, pero le dio tiempo a surtir a Benzema en boca de gol. El francés, un goleador frío, de esos que dispara con silenciador, resolvió con una sutil vaselina (2-0).

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El resultado no volvió a peligrar para el Real Madrid después del gol de Benzema. Y los últimos minutos sirvieron para ver el debut de Lucas Silva y para prolongar la sequía de Cristiano, que dispuso de un par de oportunidades para redondear el marcador. En la más clara de ellas, su disparo se fue rozando el palo de la portería que defendía Fabricio, un arquero sobrio y seguro, atípico porque es de los pocos porteros modernos que prefieren blocar a despejar. El momento de Cristiano condiciona la situación del Madrid, que ha perdido el brillo de sus mejores días y ya no remata tanto a portería. El portugués contribuyó al resultado y mantuvo su ambición durante todo el encuentro, en busca del gol que calmara su ansiedad. Sin embargo, más allá de su asistencia en el gol de Benzema y algún detalle bonito en el desborde, se le sigue sin ver cómodo en los partidos, delatado por su amplío abanico de aspavientos.

El Deportivo de la Coruña ha crecido con el paso de las jornadas: ya no parece un equipo en formación, ha salido de los puestos de descenso y ya tiene un plan de juego definido, en el que se apuesta por el buen trato del balón. Una propuesta que cristalizó en una buena actuación ante el líder. Le faltó la eficacia y la puntería de las grandes ocasiones, las armas principales de su rival en el Bernabéu.[1]

El Real Madrid consiguió una victoria importante ante su público, en un partido tenso, que resolvió sin demasiado brillo. Tres puntos que no tapan los motivos de preocupación de Ancelotti: al Madrid le faltan piezas importantes de su columna vertebral (Ramos, Pepe, Modric o James), le sigue costando un mundo desnudar al rival en ataque estático, ya no es un equipo tan solidario en la presión, se parte con facilidad en fase defensiva y el Deportivo le volvió a generar demasiadas ocasiones.

El triunfo del Madrid sirve para alejar la derrota ante el Atlético de Madrid pero no para despejar la incertidumbre del Bernabéu.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: Felipe Sevillano (Diario as). Foto 2: Emilio Naranjo (EFE). Foto 3: Javier Soriano (AFP).

[1] Una de las pocas pegas que se le puede poner a Víctor Fernández es que el técnico prescindió de un futbolista vital para el juego de toque de su equipo: Juan Domínguez. El gallego es un futbolista de la escuela de Valerón, incluso comparte con él cierta fragilidad: posee una visión de juego excelente, una gran capacidad para proteger el balón, tiene talento para regatear en corto y es capaz de encontrar el pase definitivo.

RIVALES: EN LA HISTORIA Y EN EL JUEGO

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El Atlético y el Real Madrid se enfrentan hoy (16:00 h, Vicente Calderón, Canal + Liga) en el sexto derbi madrileño de la temporada. Sucede que el destino de los títulos en los últimos tiempos ha estado vinculado al duelo entre los dos grandes equipos de la capital. Y sucede también que Diego Simeone hizo olvidar a los atléticos la maldición ante el vecino en una final de Copa. Desde entonces el equipo rojiblanco ha sido capaz de batir al Madrid hasta en cuatro ocasiones. El cambio de tendencia se acentúa en los cincos partidos que han disputado esta temporada, en los que el Atlético no conoce la derrota. El Madrid, por su parte, sonríe mirando a Lisboa, y presume que eligió el mejor partido posible para vencer a los rojiblancos. Ante un nuevo episodio en el Calderón, el equipo de Ancelotti se ampara en la vuelta de Cristiano y en el talento de Isco y Benzema para que el viento vuelva a soplar a su favor.

El equipo blanco viene de vencer al Sevilla en un partido disputado y accidentado, de esos que se deciden en pequeños detalles y que dejan víctimas por el camino. Las lesiones de Ramos y James condicionan el futuro del Madrid y el planteamiento de Ancelotti. Para paliar la ausencia del colombiano, el Madrid tendrá que recurrir a un futbolista de menor imaginación, entre los que se incluyen Illarramendi, Khedira o Lucas Silva. La baja de Ramos desestabiliza la defensa blanca y será Nacho Fernández el que ocupe su puesto. Frente al Sevilla dio muy buenas sensaciones y mostró tener mimbres de gran central. Sorprendió por su oficio y rapidez, pero se intuye que el examen del Calderón será más exigente. Le acompañará Varane, probablemente el central con mayor proyección del mundo (sobre todo si su rodilla no le incordia y corrige algunos fallos de concentración). La sanción a Marcelo le priva al Madrid de uno de los futbolistas con mayor desequilibrio del equipo, especialmente en el juego posicional. Lo más lógico es que le sustituya Coentrão, aunque no se descarta ver a Arbeloa en el carril izquierdo, lo que podría ser una ventaja para Griezmann si se despliega por ese costado. No hay dudas ni en el lateral derecho, hábitat de Carvajal, ni en el mediocentro, donde formará Kroos, un futbolista académico, preciso y eficaz. Las mejores noticias para el Madrid llegan con la vuelta de Cristiano, con la madurez de Isco y con el momento de Karim. Ante el Sevilla las mejores jugadas llegaron bajo la lumbre de Isco y Benzema, especialmente en la segunda parte, en dos o tres bonitas combinaciones. Los goles partieron también de esta pareja, que representa la improvisación en el equipo de Ancelotti. Cristiano, por su parte, regresa de una sanción y llegará fresco para amenazar al Atlético. Está a dos goles de igualar a Di Stéfano como máximo goleador ante el equipo del Manzanares y Simeone le prepara un férreo sistema defensivo. Isco, Benzema y Kroos serán los encargados de alimentar el instinto asesino de Cristiano. Otra buena noticia para el equipo blanco es que Jesé cada día se parece más al jugador que fue antes de romperse la rodilla. Por su parte, Bale parece desenganchado del juego, alejado de sus compañeros. Dolido por los pitos del Bernabéu, ante el Sevilla sintió que el público está en su contra. Y lejos de corregir aquello que le reprochan, jugó demasiado pendiente de saciar su apetito. Aunque el galés no está en las mejores condiciones físicas, es un futbolista que crece en los grandes momentos y, al menos, en el Calderón los pitos no responderán a la ingratitud sino a la costumbre.

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El Atlético de Madrid llega después de desenvolverse con soltura en el barro de Eipurua. Quizá porque el campo favorecía algunos de las virtudes del Atlético de Madrid: la intensidad, el rigor táctico, la pegada. Virtudes que han sido fundamentales en las victorias de los colchoneros ante el equipo de Ancelotti. Simeone parece haber encontrado la fórmula para sujetar al Madrid. El técnico propone partidos volcánicos, jugados en pocos metros, en los que no se escatima en la disputa. Se repliega con facilidad, construye una sólida empalizada y se dispara para buscar a Casillas en pocos segundos. Compite como nadie y sabe asociarse con precisión y facilidad. Porque aunque el equipo rojiblanco construye sus victorias desde el trabajo y la solidaridad, no hemos de olvidar que también sabe jugar muy bien al fútbol, especialmente cuando Arda, Griezmann y Koke se encuentran. La solidez de su defensa no se cuestiona y los piezas que ha introducido Simeone se han integrado a la perfección: Godín y Miranda se mantienen como centrales titulares (Jiménez ha mostrado que es un central duro y de gran proyección cuando ha tenido la oportunidad), Juanfran persiste como lateral derecho, Siqueira no es Filipe Luis pero está en ello y Moyá ha encajado a la perfección.

La llegada de Torres y las variantes del mediocampo le dan a la plantilla mayor profundidad. La sensación es que El Niño esperará en el banquillo, en busca su primer gol en liga tras ilusionar en la copa, y también lo harán Raúl Jiménez y Cani, futbolistas que pueden aportar en los segundos tiempos. La duda es ver si Simeone descarta del once también a Mario Suárez o Saúl, jugadores complementarios que han sido utilizados en partidos importantes. A Simeone le gusta ser un enigma para el rival y plantear ciertas incógnitas. Lo lógico es que forme con un mediocampo aguerrido con Tiago, Gabi y Raúl García, con la intención de escoltar a Koke en la elaboración. El jugador madrileño es fundamental para resguardar el balón y servir pases decisivos. En esa labor le ayuda como nadie Arda Turan, aunque Simeone ante el Madrid suele prescindir de él al inicio. Para que el turco salga a domar el partido en el segundo tiempo, cuando sus compañeros necesitan oxígeno. Aún así la participación de Arda en el once es otro de los secretos que esconde el técnico argentino. Lo que sí ha confirmado Simeone es que en punta formarán Mandzukic, que viene de hacer un gran partido frente al Eibar, y Griezmann, que vive su mejor momento desde que llegó al Atlético. El croata condiciona el modo de jugar del equipo y tratará de aguantar el balón si el equipo está encerrado, de prolongar para Griezmann al espacio y de buscar el remate. No en vano se estrenó como goleador ante el Madrid, en el gol que valió el título de la Supercopa. El francés lleva semanas iluminado y sus aceleraciones con el rival desprotegido pueden decisivas. En la eliminatoria de Copa fabricó los dos goles de Torres en el Bernabéu, se desmarcó al espacio, ayudó a conservar el balón y generó ventajas. Ha sido nombrado mejor jugador del mes de Enero y se le ve fino, rápido, comprometido e inspirado. Casillas medirá la zurda de Griezmann en un duelo que tendrá al Calderón como testigo.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: ibtimes.com

Foto 2: pase final.com

ALEMANIA VENCE, FRANCIA DECEPCIONA

France v Germany: Quarter Final - 2014 FIFA World Cup Brazil

Alemania venció por la mínima en Maracaná en un encuentro decepcionante ante la Francia de Karim Benzema. La selección bleu era uno de los grandes atractivos de la competición. Deschamps había formado un equipo joven y prometedor que quería doctorarse en un escenario sin comparación. Ayer, en su reválida más importante, fracasó ante la veterana Alemania, que ha hecho de lo excepcional una costumbre y se ha clasificado para semifinales en las últimas cuatro ediciones de la Copa del Mundo.

Alemania pisó fuerte desde el inicio y mostró que está más seguro ante los grandes que ante los pequeños. Formó con un equipo competitivo, con Kroos, Schweinsteiger y Khedira en el medio, con Lahm en el lateral, Özil tirado a la izquierda y con Müller y Klose en la delantera. Fue un equipo constante y fiable, sin prisas ni alardes, que supo encontrar las vergüenzas del rival muy pronto. Le bastó con una falta lateral en el minuto 12 para que Hummels consiguiera de cabeza el gol de los alemanes. El central alemán completó un gran partido: secó a Benzema siempre que se enfrentaron, estuvo correcto en la salida de balón, mostró su poderío en el juego aéreo y marcó el gol de la victoria para su equipo.

Alemania no tuvo reparos en darle a su rival la posesión y a Francia le faltó imaginación para encontrar a sus delanteros. Benzema no carburaba, Griezmann no aparecía y sus medios no llegaban a posiciones de disparo. Solo la zancada de Pogba y la valentía de Valbuena parecían desestabilizar el orden alemán. Y cuando Francia creó ocasiones apareció el meta Neuer para contener a sus delanteros. En la primera mitad, le sacó a Valbuena un remate que ya se colaba por el palo izquierdo de la portería alemana y en el segundo tiempo sofocó todos los intentos de reacción de los galos.

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Alemania prescindió ayer de un futbolista imaginativo como Götze y exilió a Özil a la izquierda. Con el objetivo de dotar de mayor solidez a su equipo, Löw apostó por un futbol académico, sin demasiada improvisación. Ensalzó el músculo de Khedira y Schweinsteiger y el fútbol aseado de Kroos en lugar del talento de sus fríos mediapuntas: Götze y Özil. Y con eso le valió ante una Francia sin pegada, demasiado pendiente de buscar a Benzema por alto en lugar de a ras de suelo.

En los últimos minutos, con más prisas que fútbol, Francia se fue a por el empate. Se ofreció Benzema y se desplegó Matuidi, pero ambos se toparon con Neuer. Benzema tuvo el gol en dos ocasiones, pero Neuer le ganó la partida. El gigante alemán es un portero poco convencional: toma decisiones temerarias y le cuesta blocar los balones, pero siempre es eficaz. Y ayer, volvió a estar presente cuando su equipo le necesitaba.

El partido llegó a su fin y Alemania derrotó a su vecino francés en un partido aburrido, decepcionante, que no hizo honor ni a su cartel ni al escenario. Francia ha mostrado en este Mundial que tiene una plantilla de gran proyección y futuro, pero ayer le faltó orgullo ante un rival poderoso. Los equipos se respetaron en exceso, el partido fue un tanteo entre dos púgiles de renombre. Y Francia, exigida por el marcador, hizo poco por cambiar el curso de los enfrentamientos entre dos selecciones casi tan antiguas como el fútbol. Los chicos de Domenech mostraron mayor afectación con sus lágrimas, una vez consumada su eliminación, que pasión en el juego y ambición, cuando aún tenían tiempo para remediarla.

Alemania, por su parte, ha perdido brillantez pero camina con paso firme.

CUARTOS DE FINAL: JORNADA 1

Francia vs Alemania

(Maracaná, Río de Janeiro. 4 de julio, 18:00 h)

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Francia. Estrella: Karim Benzema. Lleva 3 goles en la competición pero no marca desde el segundo partido, ante Suiza. En octavos mantuvo un duelo particular con Enyeama que ganó el portero nigeriano. Gran parte de las aspiraciones del equipo francés pasan por el acierto de Benzema. Debe aprovechar los espacios que deja la zaga alemana y asociarse con sus compañeros a la carrera. Está jugando a un gran nivel y lidera a una generación joven y osada. Se medirá a Hummels en un duelo vibrante.

Alemania. Estrella: Thomas Müller. El alemán es un jugador con mucha ambición, sin demasiados alardes pero siempre eficaz. Sus movimientos pueden engañar en ocasiones: tiene mucho talento e imaginación. Aunque hay una cosa que no engaña: Müller siempre mira a portería. Ante Argelia lideró a su equipo en la victoria en el tiempo extra y ante Francia es la gran arma alemana. Es un hombre de Mundiales.

Claves del partido.

  • La posesión. Francia es capaz de adaptarse a varias formas de jugar: puede dominar el encuentro desde la posesión o bien replegarse y lanzar a sus delanteros en contragolpes. Alemania propone un modelo de juego basado en el dominio balón y debe evitar riesgos ante la presión francesa, repleta de mediocentros poderosos en la disputa. Parece que sus opciones pasan por la posesión, pero no basta con eso. Alemania debe darle velocidad a la circulación y fluidez al juego. Özil debe pedir el balón y la media ha de ser vertical y buscar posiciones de disparo con Kroos, Müller, Khedira o Schweinsteiger.
  • La defensa alemana. Alemania llega dejando ciertas dudas en su zaga y Francia tiene muchos jugadores capaces de hacer daño a cualquier defensa. Al desequilibrio de Benzema se suma la presencia de Giroud, la finura de Griezmann, la habilidad de Valbuena y las llegadas del lugarteniente Cabaye, del potente Matuidi y del prometedor Pogba. Alemania sufrirá en las pérdidas de balón y debe corregir sus balances defensivos ante una selección peligrosa.
  • La puntería. Ambas selecciones necesitaron muchas ocasiones para vencer a sus respectivos rivales de octavos de final. Necesitan mejorar en este aspecto, en un partido en el que cada oportunidad puede ser decisiva. Francia debe facilitar el despliegue de sus llegadores y encontrar a Benzema. Alemania debe involucrar en el juego a Özil y Götze (aunque sobre el último hay dudas de si será titular, tras su mal partido ante Argelia). Pese a ello ambos son futbolistas que le dan a La Mannschaft un plus de imaginación necesario para jugar a lo que pretenden. Schürle puede ser un gran segunda espada para Müller. Y es que a la espera de que Joachim Löw llame a filas a Klose, el 13 tiene la llave del gol para los alemanes.

 

Brasil vs Colombia

(Estadio Castelão, Fortaleza. 4 de julio, 22:00 h)

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Brasil. Estrella: Neymar Jr. Llega al partido después del trauma de los penaltis ante México y se enfrenta a la revelación del torneo. Sobre su gran figura se carga el peso de un país que vive el fútbol con una especie de devoción religiosa. Brasil necesita a Neymar y el delantero no puede estar más solo ante el peligro. La canarinha es un equipo sin imaginación y solo la mejor versión del 10 le puede dar alguna opción. Para ello debe mirar a la portería y evitar regates intrascendentes. Ante Ospina, Neymar querrá marcar su quinto tanto en la competición.

Colombia. Estrella: James Rodríguez. Está siendo el hombre del Mundial. Ha marcado 5 goles y ha participado en 10 de los 11 tantos de su equipo. Todo finura, el mediapunta debe responder ahora que es el objetivo de todos los focos. Tiene un gran sentido del juego colectivo y debe participar mucho en la circulación y asociarse con Cuadrado. Su zurda puede romper el sueño brasileño en Fortaleza.

Las claves del partido:

  • Pánico escénico: Brasil juega ante su público, con el arma de doble filo que supone ser la anfitriona. Colombia es una selección joven e impetuosa, que deberá domar los nervios que genera un gran escenario. A los chicos de Pekerman no les falta carácter y de su descaro dependen las opciones colombianas. Del regate de Cuadrado, el despliegue de Armero, el sacrificio de Abel Aguilar, la presencia de Teófilo Gutiérrez y el oportunismo de Jackson Martínez.
  • Balances defensivos: Colombia propone un juego vistoso, de ataque, se despliega por los costados y disfruta con espacios. Será interesante ver si ante la anfitriona renuncia a parte de su encanto para dotar de seguridad defensiva al equipo. En cualquier caso, la selección cafetera debe vigilar a Neymar y a Hulk, los grandes peligros de la canarinha. Brasil debe apuntalar su zaga, teóricamente una de las mejores de la competición. Con especial atención a las bandas de Cuadrado y Armero y al fútbol de cumbia de James Rodríguez.
  •  Brasil contra sí misma: Brasil jugará en Fortaleza un partido contra varios elementos: contra Colombia, la gran revelación del torneo, y contra su propia historia. Scolari propone un juego calculador, rácano, basado en el acierto puntual de su estrella y en la solidez defensiva. Es una selección que opta por un fútbol totalmente distinto al que ha encumbrado a su país como pentacampeón. Brasil hace tiempo que no juega bonito y eso sus aficionados no lo olvidan. Solo la victoria permite justificar el cambio de rumbo de su selección. El resultadismo sin resultados no sirve de nada.

 

UNA FRANCIA ENCOGIDA PASA A CUARTOS

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Francia venció a Nigeria en Brasilia en un partido entretenido y con mayor emoción de la que dicta el marcador. La selección de Deschamps venció 2-0 pero consiguió sus goles en la recta final del partido. El gol de Paul Pogba fue en el minuto 79 y el segundo, en propia puerta, llegó en el descuento.

Nigeria es una selección valiente que va a buscar al rival desde el inicio,y garantiza el intercambio de golpes. No le importa que sea la Francia de Benzema o la Argentina de Messi, y sabe que sus opciones pasan por dominar el juego y buscar a su extremo Musa y a su delantero Emenike. Es una selección a la que le falta disciplina pero le sobra entusiasmo. Incluso fue capaz de dar más de un susto a Francia, con un gol anulado por fuera de juego en el primer tiempo, y con dos disparos de Emenike y Odemwingie, que detuvo con dificultades el guardameta Lloris. Matuidi debió ser expulsado tras una entrada salvaje a Onazi, en una jugada que pudo cambiar el encuentro.

Los bleus consiguieron la victoria tras madurar el encuentro. Supieron contener el ímpetu de los africanos y aceleraron en el momento oportuno. Hasta entonces, vieron cómo Enyeama los detenía con grandes estiradas y cómo Nigeria les cerraba las vías de entrada. Solo las apariciones de Debuchy en el carril derecho inquietaron a la selección africana en el primer tiempo. Francia parecía adormecida por el calor de Brasilia y llegó a ser dominada por Nigeria en fases del encuentro, especialmente tras el descanso. Pese a ello, disfrutó de oportunidades claras, como una volea de Pogba, a la que Enyeama respondió con reflejos felinos.

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Pasada la hora de partido Francia se fue a por el gol sin reservas. Benzema empezó a aparecer, Matuidi y Cabaye llegaron más al área, Pogba miró a portería y Valbuena consiguió profundizar. La entrada de Griezmann (*) y el despertar de Benzema en el partido facilitaron la victoria de los galos. El 10 francés había estado demasiado apagado en el primer tiempo y la salida del zurdo de la Real le enchufó al partido. Aún así Enyeama le ganó la partida siempre. En la primera ocasión, tras una rápida combinación con Griezmann, Benzema falló en el mano a mano. (Su disparo lo desvió el portero nigeriano y tras el rechace, salvó Moses bajo palos). Después, de nuevo Enyeama, mostró su agilidad en un remate a bocajarro de Benzema.

Con Francia volcada, Cabaye remató a la escuadra tras otro intento de Benzema. Nigeria se había desfondado y solo pudo encomendarse a su portero, hábil bajo palos y tembloroso en las salidas. Y así llegó el gol francés, por insistencia más que por brillantez. Tras un córner botado por Valbuena, Enyeama falló en el despeje y el poderoso Pogba remató a placer. Curiosamente el portero que mantuvo a los africanos en el partido quedó en evidencia en la jugada del gol. Tras el tanto francés, Nigeria no pudo responder y no volvió a probar a Lloris. Francia supo contemporizar y marcó el segundo gol en el descuento, tras otro córner. En esta ocasión el hábil Valbuena recibió en corto. Desbordó y buscó a Griezmann en el primer palo. Su marcador, Yobo, llegó antes, pero desvió el centro a su propio marco (2-0).

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Francia jugó un partido serio ante una selección entregada. Le faltó la inspiración de los primeros días pero da la impresión de ser un equipo con recursos y variantes, que no necesita jugar bien para ganar partidos. Nigeria generó ocasiones y pudo conseguir una clasificación histórica, pero le condenó su inocencia ante Lloris y su falta de rigor. Francia no deslumbró en Brasilia, pero sabe administrar sus esfuerzos y, como Brasil y Holanda, avanza con paso inseguro pero eficaz.

 

Jorge Rodríguez Gascón.