Diego Pablo Simeone aseguró la continuidad de su proyecto hace unas semanas, tras ampliar su contrato en el banquillo del Calderón hasta 2020. Y no hay mejor noticia para la afición colchonera, que ha visto como los triunfos de su historia reciente se han fundamentado en las ideas del técnico argentino. Simeone es, entre otras muchas cosas, el portavoz del lema “partido a partido” que sostiene al Atlético de Madrid entre los grandes del fútbol mundial. Y su aparición en el banquillo del Atlético es una de las noticias más importantes que ha dado el fútbol español en los últimos tiempos. El técnico argentino ha conseguido que un equipo que parecía maldito pueda sostener la carrera por los títulos en cualquier competición, ante presupuestos muy superiores al suyo. [1]
Simeone había hecho campeón al Racing de Avellaneda en el Apertura Argentino y fichó por el Atlético de Madrid en 2011. Llegó a un equipo deprimido, que estaba más cerca de los puestos de descenso que de pelear por Europa. La afición todavía guardaba un buen recuerdo de su época de jugador y mantuvo la paciencia en los primeros titubeos. Simeone fue moldeando poco a poco a su plantilla y llevó los partidos al terreno de la disputa, en el que la intensidad de los atléticos superaba siempre al rival. Contagió a sus jugadores el carácter competitivo que mostró en su época de futbolista y convirtió al Atlético en un equipo ganador. El equipo dejó atrás el apodo de “pupas” y consiguió revalidar la Europa League de Bucarest, ante el Athletic de Bilbao. La segunda temporada del Cholo Simeone como técnico del Atlético de Madrid -la primera que dirigió desde el inicio- no pudo comenzar mejor. El Atlético venció la Supercopa de Europa ante el Chelsea en Mónaco, en una exhibición de Falcao y de los hombres de Simeone. Pero el mayor triunfo del año se reservó al mes de mayo, en la final de la Copa del Rey en el Bernabéu. El equipo colchonero llevaba catorce años sin vencer al Real Madrid en un derbi. Simeone sabía que la gran asignatura pendiente de su Atleti era superar el bloqueo mental que les afectaba ante los blancos. Y planteó el encuentro aceptando que el Madrid era mejor equipo, pero advirtió que a un partido sus jugadores podían competir contra cualquiera. Y así fue: Cristiano adelantó a los blancos en un córner y Diego Costa firmó el empate, a pase de Falcao. Y antes de llegar al final, Miranda le dio el título al Atlético en un poderoso remate de cabeza. El Atlético eligió la mejor ocasión para romper su maldición y desde entonces ha revertido la situación en los duelos con el vecino. La excepción fue la final de Lisboa, en la que el cabezazo final de Ramos le arrebató la Copa de Europa. El gol de Ramos recordó a otro episodio crucial en la historia del Atlético de Madrid, en la primera final de la Copa de Europa que disputó el equipo rojiblanco. En ella, un disparo lejano de Schwarzenbeck en el descuento evitó el triunfo de los colchoneros en la máxima competición continental.
Al iniciar la tercera temporada del Cholo, el Atlético perdió la Supercopa de España ante el Barcelona (por el valor de los goles fuera de casa) pero quizá ese doble partido le confirmó como uno de los aspirantes al campeonato liguero. El siguiente paso del proyecto deportivo del Cholo era mantener la regularidad en la competición doméstica. El equipo rojiblanco sorprendió a todo el mundo y se interpuso en la carrera por la liga, que parecía reservada al duelo entre Real Madrid y Barcelona. Finalmente, en la última jornada, el Atléti se jugaba el título en el Camp Nou, al que ya le tenía tomada la medida tras el duelo en cuartos de final de la Champions. Alexis puso por delante al Barcelona, pero el empate de Godín tras el descanso le dio el título al equipo colchonero, ante la decepción del Camp Nou, que acabó aplaudiendo el gran año del Atlético. El título del Atlético fue un premio al fútbol solidario que propone Simeone, la coronación de un equipo capaz de igualar las fuerzas ante rivales de mayor talento, a base de sacrificio, atención por los detalles y rigor táctico.
La presente temporada empezó con la victoria en la Supercopa de España, frente al Real Madrid. Los duelos con el vecino se han igualado y esta campaña los resultados favorecen al equipo de Simeone, que no conoce la derrota ante el Madrid desde Lisboa y que le ha ganado los dos partidos de Liga (el último en un gran correctivo de los rojiblancos: 4-0), la Supercopa y la eliminatoria de Copa del Rey. Esta noche, el equipo rojiblanco se enfrenta al Real Madrid en el séptimo duelo de la temporada, esta vez en el marco de la Copa de Europa, la competición más importante a nivel de clubes. El Madrid tiene en mente las derrotas de esta temporada para llevar a cabo su venganza, y el Atlético recuerda el cabezazo de Ramos en el descuento de Lisboa para preparar el partido. [2]
En liga el Atlético de Madrid ha mostrado menor regularidad que la pasada temporada. Simeone parece haber asumido que su lucha de esta temporada (sobre todo con el crecimiento del Sevilla y del Valencia) es la tercera plaza. Las salidas de jugadores importantes como Courtois, Filipe o Diego Costa han obligado a cambiar la hoja de ruta. Y con la excepción de Griezmann, el Atlético parece haber perdido poder en el intercambio de piezas.
La batalla campal en las cercanías del Río Manzanares, que se saldó con la muerte de un ultra de los Riazor Blues, enrareció el clima en el Calderón. Simeone se percató de que el ambiente de los partidos no era el mismo y decidió emprender una jugada maestra. Repescó a Fernando Torres, uno de los símbolos rojiblancos, que andaba perdido en el banquillo del Milán. Y El Niño volvió a un equipo campeón y dio frutos casi de inmediato, en la eliminatoria copera frente al Real Madrid. Y con la llegada de Torres, Simeone recuperó el apoyo unánime del Calderón, un elemento que el argentino considera vital para aspirar a los títulos.
Sin lugar a dudas, la transformación del equipo colchonero no se explica sin la labor de Simeone, que ha cambiado por completo la mentalidad del club. Simeone dice que la diferencia entre los entrenadores no reside en la originalidad de las ideas, sino en la capacidad de transmisión de las mismas. Y ahí es donde está la gran virtud del Cholo, en su facilidad para comunicar su mensaje. Posee un gen pasional que le lleva a vivir el fútbol en un estado de hiperactividad contagiosa, que se manifiesta en el vestuario y durante los partidos. Sus gestos y su poder de convicción hipnotizan a la grada, que sigue al milímetro sus órdenes y aplaude sus arrebatos. Y la sintonía con la afición rojiblanca alimenta la sonrisa del Cholo: «Estoy muy bien, en el lugar en el que quiero estar. Tengo un grupo de jugadores que mantienen el hambre y que me han dado la vida, deportivamente hablando. El club tiene un presente fantástico y un futuro enorme».
El Atlético de Madrid disfruta de una de las mejores épocas en la historia del club. Y el éxito rojiblanco no se entiende sin la figura de Simeone, el hombre que lo cambió todo en el Calderón.
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Jorge Rodríguez Gascón.
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[1] Tras la llegada del nuevo inversor al club, Wang Jaonling (que posee ahora el 20% de las acciones del club), Simeone ha encontrado el colchón económico necesario para el crecimiento del club y su firma no se ha hecho esperar.
[2] El Atlético de Madrid se enfrenta esta noche al Real Madrid en los cuartos de final de la Champions League. Carlo Ancelotti, el rival de Simeone en los banquillos, habló en la previa sobre su duelo con el técnico argentino: “Para mí enfrentarme a Simeone es un orgullo y, a la vez, un problema”.
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Foto 1:rtve.es. Foto 2: ligafutbol.net.