APUNTES DEL CLÁSICO

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El Clásico enfrenta a dos de los mejores equipos del mundo. El duelo no será decisivo –el vencedor será líder con una diferencia mínima-, pero puede ser un punto de inflexión para dos conjuntos que han alternado fases brillantes y mediocres. Real Madrid y Barcelona representan dos concepciones diferentes del fútbol, dos estilos antagónicos cuyos límites se han difuminado en algunos momentos de la temporada. El Madrid ha sumado a su brutal contragolpe la capacidad de controlar los partidos a través de la posesión. En su mejor momento de la temporada, el centro del campo formado por Kroos, Modric, Isco y James dominaba y ganaba los partidos a través de la combinación, si bien mantenía su gusto por el contraataque. Sin embargo, en la última fase de la temporada, con las bajas de Modric y James, el Madrid ha perdido imaginación y se ha visto obligado a recurrir a su arma más natural. Del mismo modo, en algunas fases el Barcelona ha renunciado al juego horizontal, a posesiones largas que permitan al rival encerrarse. Lo ha hecho en favor de su delantera, tal vez la mejor del mundo en ataque posicional, pero imparables con espacio.

La defensa del Madrid parece más segura. Incluso en los peores partidos del equipo de Ancelotti, cuando el rival le creaba ocasiones con facilidad, el principal problema no estaba en los defensas, sino tal vez en la poca ayuda que ofrecían los delanteros y en la superioridad del contrario en el centro del campo. Carvajal ha dado un paso al frente esta temporada. Su enfrentamiento con Neymar, al que defendió muy bien en la primera vuelta, será una de las claves del partido. Ramos y Pepe forman una de las parejas de centrales más sólidas del mundo. Son los líderes naturales del equipo. Marcelo será fundamental para sacar el balón jugado y para crear desequilibrios. Las mejores jugadas del Madrid suelen nacer en el costado izquierdo, en combinaciones del brasileño con Isco, Benzema o Cristiano. Sin embargo las caídas de Messi a la banda derecha pueden limitar sus incoporaciones.

En el Barcelona, Piqué pasa por su mejor momento en años. En sus enfrentamientos contra el Madrid su actuación siempre ha sido un factor determinante. Se ha medido a Cristiano Ronaldo con diferentes suertes. A su lado, estarán Mathieu o Mascherano, dependiendo de si finalmente Luis Enrique arriesga y Busquets juega de inicio. El francés promete fortaleza en los balones aéreos y potencia para sostener un sprint a los velocistas del Madrid. Mascherano es la anticipación y la lectura del juego, algo importantísimo en los Clásicos. Dani Alves y Jordi Alba son dos laterales incansables que siempre ofrecen un apoyo, o doblan a su extremo en busca de la línea de fondo. El Madrid tratará de aprovechar los metros que se creen a sus espaldas, especialmente en el caso del brasileño, con menor rigor táctico.

El centro del campo del Madrid explica la amplitud de recursos con los que cuenta el equipo de Ancelotti. Su duelo con la media blaugrana definirá el partido: los dos equipos querrán imponer su juego, y el que pierda el balón deberá decidir si presiona o espera. Los papeles ahora pueden intercambiarse. El Madrid sabe hacer de Barça, y el Barça de Madrid.

Real Madrid CF v FC Barcelona - La Liga

Busquets podría volver al equipo, recuperado de su esguince de tobillo, con lo que la circulación del Barcelona ganaría fluidez. Su grado de inspiración en la salida de balón y en la lectura de los espacios siempre ha sido otro elemento vital en los Clásicos. Mascherano puede ser un fantástico sustituto, sobre todo en un partido en el que su equipo no tendrá el balón en algunas fases del partido y deberá correr para recuperar. En el Madrid, Kroos volverá a ser el eje, después de su primera jornada de descanso de la temporada, justo antes de un partido que se presume exigente. Él y Busquets son los jugadores que más pases realizan en la liga. El alemán, además de ser el responsable del primer pase del Madrid, deberá vigilar su espalda, terreno en el que Messi suele disfrutar.

Iniesta e Isco tienen algunas similitudes: ambos son malabaristas del balón, expertos en esconderlo y hacerlo aparecer en el lugar menos esperado. Isco es uno de los favoritos de la afición madridista; no solo porque algunos vean en sus regates algún gesto que les recuerde a Zidane, no solo por su capacidad de sacrificio por el bien del equipo, sino por su personalidad para pedir el balón en los momentos clave. Muchos consideran que Isco será el relevo de Iniesta en la selección, pero incluso en sus mejores días, al malagueño le falta algo de la presencia del manchego, de su capacidad para gobernar los partidos, de la trascendencia de cada una de sus intervenciones. En el encuentro del Bernabéu, Isco completó un gran partido y el balón que robó a Iniesta en el 3-1 fue para muchos un símbolo del recambio generacional. Desde entonces el nivel de Iniesta ha mejorado mucho. Su función en el juego ha cambiado. Ha retrasado su posición en el campo, pero a medida que avanza la temporada su importancia en el equipo crece. Además acostumbra a alcanzar su mejor nivel en el momento decisivo de la competición.

Modric y Rakitic completarán el centro del campo del Madrid y del Barça. Los dos croatas son fundamentales para sus equipos, que sin su presencia han perdido recursos. La recuperación de Modric es la mejor noticia para el Madrid en las semanas previas al Clásico. Es un futbolista único y uno de los responsables de la versatilidad del ataque blanco. Rakitic no tiene tanta presencia como su compatriota. Su entrada en lugar de Xavi ha hecho que su equipo pierda algo de control de balón, algo de pausa. En su lugar, el croata aporta más capacidad de trabajo y llegada. Es un jugador complementario, pero con él el Barça es más competitivo. En las grandes victorias de la temporada, Rakitic siempre ha estado presente.

Las opciones de las delanteras dependerán en gran medida de la pelea en el centro del campo. La línea de ataque del Madrid tiene menos recursos y se siente más cómoda cuando puede jugar a la carrera. Cristiano y Bale, las dos perlas del proyecto de Florentino, son jugadores demoledores cuando encuentran las condiciones favorables, gracias a su poderío físico. Aunque su 2015 está siendo gris, en el Clásico pueden encontrar espacios y ser decisivos. Cristiano está en un mal momento: enfadado con sus compañeros, con la afición, con la prensa y consigo mismo, poco claro en el juego y de cara a gol. Sin embargo hace un tiempo que el Barça se le da bien. En el Camp Nou le gustaría poder correr y aprovechar su velocidad para encarar a Piqué. El Clásico es una oportunidad inmejorable para reponerse y dar la vuelta a la situación.

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Suárez y Benzema son jugadores muy diferentes: el pundonor y la ambición frente a la sutileza y la magia. Sin embargo, ambos ejercen de nueve en un equipo en el que no son los grandes goleadores. Su aportación al equipo va más allá de los goles que marcan. Suárez completará en el Clásico su primera vuelta con el Barcelona y se ha integrado en el equipo: pelea, presiona y se desmarca sin descanso. Siempre tiene el gol en la cabeza y su entendimiento con Messi y Neymar no ha dejado de mejorar. Benzema no aporta el trabajo de Suárez, ni le recorre esa especie de furia interna que sacude al uruguayo. El francés posee el talento de los mediapuntas y el acierto de los delanteros. Combina con los laterales y con los medios, y conserva el instinto asesino para llegar al remate. Aunque se le acusa de frialdad, suele rendir en las citas importantes y ha jugado muy buenos partidos frente al Barça, al que le ha marcado 7 goles.

Neymar llega al Clásico como tercer máximo goleador del campeonato, a pesar de su sequía goleadora en Liga. Su temporada está siendo bastante buena, aunque a veces no elige bien los regates y pierde demasiados balones en zonas intermedias. Ha entendido a la perfección el juego de Messi y eso le permite disponer de oportunidades con frecuencia. El argentino será la clave definitiva del partido. Las opciones del Madrid pasan por pararle, por limitar el juego que genera. Las del Barça porque Messi esté inspirado e interprete ese papel de jugador total que reclamó en la eliminatoria frente al Manchester City. En cualquier caso, es difícil imaginar una victoria culé sin que Messi sea determinante.

El Clásico llega cuando todavía quedan muchas jornadas para decidir los títulos. No resolverá el campeonato pero puede suponer un cambio en las tendencias que marcan esta liga, que parece moverse por oscilaciones en las que el nivel de los dos grandes dibuja un par de curvas opuestas.

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Diego Rodríguez Gascón

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Fotos: aporelmundial.com   sifutbol.com   peru.com

PÁNICO EN EL BERNABÉU

3-4. El Schalke hace tambalearse a un campeón sin personalidad

El Madrid consiguió la clasificación para los cuartos de final de la Champions League, en una noche de pánico en el Bernabéu. El Shalke 04, un equipo solidario y trabajador, estuvo a punto de remontar la eliminatoria y consiguió sembrar el miedo en la grada madridista.

El Bernabéu comenzó a pitar a su equipo a los 10 minutos de partido. Para entonces, el Schalke ya había tenido dos llegadas claras, y los problemas del Madrid empezaban a ser evidentes. La noche que debía reconciliar a jugadores y afición, una noche que el madridismo esperaba plácida, se convirtió en una pesadilla en la que el fantasma de una eliminación humillante pudo percibirse desde el principio. El Schalke, un equipo con fama de tosco y defensivo, se hizo con el control del juego. Atacó con peligro en corto y en largo, en combinaciones que encontraban una y otra vez la espalda de los mediocentros madridistas, o en balones largos que Huntelaar y Choupo-Moting ganaban a los centrales. El joven Meyer interpretó brillantemente los espacios que se creaban entre las líneas del equipo de Ancelotti, una vez más demasiado largo, incapaz de coordinar su presión y de controlar el partido mediante la posesión.

El Shalke se adelantó en otra jugada conducida por Meyer, que abrió el balón a la banda derecha. El centro de Barnetta encontró a Fuchs en el segundo palo, un lateral izquierdo a quien Bale renunció a perseguir, liberado por una mala basculación de Arbeloa. Tampoco Casillas estuvo acertado y no pudo detener un disparo centrado. El gol desató la ira del Bernabéu contra su equipo, un muñeco de trapo en las grandes y torpes manos del Schalke. Ni siquiera el cabezazo de Cristiano en un córner sacado por Kroos sirvió para silenciar el clamor. El Madrid seguía siendo un equipo atenazado, previsible y mecánico en ataque, despistado en defensa. Kroos y Khedira, la pareja de mediocentros de la Alemania campeona del mundo, perdían la batalla a campo abierto a la que el planteamiento de Ancelotti les conduce. Entre ellos y la defensa, entre ellos y los tres atacantes que por momentos parecen desconectados del resto del equipo, aparecen grandes praderas donde los rivales esconden la pelota.

El Schalke pudo volver a adelantarse en un espléndido disparo de Huntelaar que se estrelló contra la escuadra. El delantero holandés le ganó la partida a Varane para recoger la dejada de Choupo-Moting, como volvió a ganársela en el segundo gol, para empujar el manso rechace que Casillas dejó tras un disparo de Meyer, en una nueva muestra de la desidia del Madrid en defensa. Como ocurrió tras el primer gol, el Madrid reaccionó rápido con otro poderoso remate de cabeza de Cristiano, con el que supera a Messi como máximo goleador histórico de la Liga de Campeones. El portugués no tuvo su mejor día, acabó indignado con la grada y con sus compañeros, pero apareció en dos momentos clave en los que el Madrid parecía hundirse, e intentó levantar el ánimo de un equipo sobrecogido.

El Madrid se adelantó en la segunda parte tras una demostración de clase y frialdad de Benzema, pero ni siquiera así pudo controlar el encuentro. Modric entró como salvador del Madrid y el equipo mejoró en la distribución de balón. Sin embargo, el Schalke, que completó uno de sus mejores partidos en los últimos años, ya se había dado cuenta de que podía ser su gran noche. Conscientes del gran escenario en el que se encontraban, envalentonados por la hostilidad del madridismo hacia los suyos, los alemanes se fueron creciendo a lo largo del encuentro. Sané, otro joven osado que había sustituido a Choupo-Moting, encontró el espacio que necesitaba para combinar con Meyer y Barnetta. Recibió el balón en la esquina del área y tuvo tiempo para preparar el disparo sin que Coentrao o Pepe le estorbaran. Casillas hizo la estatua mientras la pelota entraba pegada a su palo derecho.

El Schalke arriesgó y el Madrid, más partido que nunca, aceptó el intercambio de golpes. En otra conducción de Sané, Modric tocó el balón lo justo para asistir a Huntelaar, otra vez más listo que los centrales del Madrid, que fusiló a Casillas. El holandés es uno de los mejores delanteros centro de Europa. Tiene un fantástico disparo, es poderoso en el juego aéreo e inteligente en la búsqueda de desmarques y de segundas jugadas. Tiene la categoría suficiente para consagrarse en un equipo grande.

Los diez minutos finales, con 3-4 en el marcador, se hicieron eternos para el madridismo. Los jugadores perdían tiempo, los recogepelotas escondían el balón y la afición pitaba. El descontento se había transformado en miedo. El Schalke tuvo dos ocasiones para conseguir la clasificación para cuartos, pero Casillas acertó en los disparos de Sané, en una jugada muy similar al tercer gol, y de Howedes, que recogió en el área la dejada de Huntelaar cuando el partido moría.

El pitido final acabó con el pánico pero no con las protestas del Bernabéu. Casillas intentó forzar una reconciliación llamando a los jugadores al círculo central. Ancelotti inició su rueda de prensa pidiendo perdón y diciendo que los pitos son “merecidos”. El Madrid caminó por un precipicio y estuvo muy cerca de caer. Muchos señalan el partido contra el Schalke como el día en que los de Ancelotti tocaron fondo, pero nada sugiere que la dinámica del equipo vaya a cambiar. Da la sensación de que al Madrid le faltan jugadores, de que el banquillo solo sirve para dar descanso a los titulares y nunca para aportar algo nuevo. Al equipo le falta aliento y creatividad, y parece que la delantera funciona como un ente independiente del resto del equipo, asilada de los medios tanto en defensa como en ataque. Pero lo que más molesta la afición es que, en momentos como el partido de ayer, cuando se vislumbra la tragedia, los jugadores parecen paralizados, oscilando entre la impotencia y la indiferencia, o quién sabe si presa de un ataque de pánico.

Foto 1: www.sportsmole.co.uk Foto 2: www.ligabbva.com

Diego Rodríguez Gascón

A DOS SEMANAS DEL CLÁSICO

Noticia-134656-barcelona-rayo-vallecano-liga-bbva Los resultados son el prisma desde el que se mira el fútbol y están condicionados por la inercia de los equipos y el capricho de la fortuna. La fortuna y la inercia sonríen ahora al Barcelona, que ha encontrado cierta estabilidad en el momento más delicado del Real Madrid. Es evidente que el Barcelona ha invertido su estado anímico. La derrota en Anoeta cuestionó el proyecto de Luis Enrique: el Barcelona carecía de un plan definido, perdía puntos en cada desplazamiento y le faltaba capacidad de respuesta ante un resultado adverso. Los medios catalanes contaban los días para que el técnico asturiano fuese destituido y se especulaba con la salida de Messi a final de temporada. Pero la reacción llegó frente al Atlético de Madrid, en el siguiente encuentro de liga. Messi lideró uno de los mejores partidos del Barça de Luis Enrique y supuso una inyección de confianza para la plantilla. El Barcelona ha encadenado desde entonces una espectacular racha de resultados, que solo se vieron interrumpidos por la derrota ante el Málaga. Sin contar el “resbalón” frente al equipo de Javi Gracía, el Barcelona ha conseguido recortarle al Real Madrid siete puntos de distancia en liga (14 victorias en 15 partidos en todas las competiciones). El equipo de Luis Enrique ha cosechado un buen triunfo en la ida de los octavos de la Champions ante el City y se ha clasificado para la final de la Copa del Rey. Para acceder a la final ante el Athletic, que se jugará el próximo 26 de mayo, ha derrotado a un sparring débil como el Elche y a dos de los mejores equipos españoles: el Atlético de Madrid y el Villarreal. A la sonrisa del Barcelona contribuye el momento de inspiración de Messi, que con su hat-trick al trote ante el Rayo Vallecano superó a Zarra con 32. “Leo consigue superarse cuando parece imposible”, afirmó Iniesta al término del partido. Messi ha mejorado en la lectura de los encuentros e interpreta las necesidades de su equipo, prestando atención al juego colectivo. El argentino se aproxima a la visión de futbolista total: marca, asiste y distribuye. Actúa a veces como un falso extremo, otras como un nueve brillante y perezoso, e incluso como un interior de buen gusto, pero siempre juega de 10. El único motivo de preocupación que rodea a Messi es su bloqueo desde los once metros: ha fallado 5 de los 11 penaltis que ha tirado esta temporada, sin contar el lanzamiento parado por Cristian Álvarez, que el árbitro Gil Manzano mandó repetir. Por lo demás, si el argentino no se ausenta en el juego, es capaz de decidir cualquier encuentro en una ráfaga de talento. Lo demostró una vez más frente al Rayo, con un hat-trick en 12 minutos. La finta y el pase de Messi sostienen a sus compañeros de delantera. Neymar está completando una gran temporada y tras tres partidos sin marcar, volvió a retomar la senda del gol ante el Villarreal, en la vuelta de las semifinales. Luis Suárez ha afinado su puntería, su gran obstáculo en los primeros meses, y vive sus mejores días de blaugrana, justo en el momento clave de la temporada. También está de dulce Iniesta, que completó un gran partido ante el Rayo Vallecano. Mezcló bien con Xavi, que sigue siendo un lujo que alterna la titularidad con la suplencia, y se asoció con Rakitic, del que Luis Enrique prescinde con demasiada frecuencia, y con Mascherano, capacitado para aliviar la ausencia de Busquets. Aunque algunos aficionados ven todavía mucho margen de mejora: el equipo se expone demasiado ante el rival, sufre en la recuperación, necesita de grandes partidos para esforzarse al máximo y los resultados dependen en exceso de la suerte de sus delanteros. Pese a ello, el Barcelona ha enlazado una serie de victorias y ha espantado los malos presagios, de momento. Luis Enrique atendió a los medios al acabar el duelo ante el Rayo y afirmó: “Los objetivos y las rachas se valorarán a final de temporada, cuando se decidan los títulos”. El Real Madrid por su parte ha dejado escapar una amplia ventaja. Sigue en una posición privilegiada para disputar la liga, pero preocupa su bajo estado de forma. Desde su victoria en el Mundialito de Clubes de Dubai, el Madrid no ha vuelto a convencer. Carece de ideas en la elaboración y su delantera está lejos de los registros de comienzo de temporada. Carlo Ancelotti estimó tras la derrota en San Mamés que el bajón del Real Madrid responde a su mal momento ofensivo. El apagón de sus goleadores lo representa como nadie Cristiano, que pese a que mantiene buenas cifras de cara a portería (por mucho que Messi le haya comido el terreno), ha perdido protagonismo en el juego. El portugués parece incómodo en los partidos: ha perdido chispa en el regate y sin fortuna en el desequilibrio, se aleja de la banda para buscar posición de remate. Sin demasiados asistentes, Cristiano pierde capacidad para decidir los partidos. Benzema ha bajado en las últimas dos semanas: sufre cuando el equipo pierde el balón y sin socios en la improvisación, se difumina en los encuentros. Bale sigue desenganchado del juego, alejado del gol y de sus compañeros. Las bajas de Modric, Ramos y James han afectado a la plantilla y el equipo está muy lejos del brillo de la primera parte de la temporada. No encuentra el equilibrio y se especula con un cambio táctico (del 4-3-3 al 4-4-2) para paliar sus defectos a la hora de controlar los partidos. Ante el Villarreal fue la falta de puntería y las estiradas de Asenjo lo que les privó de una victoria al conjunto blanco. Pero la imagen que dejó el equipo blanco en San Mamés fue más preocupante, con demasiados síntomas de desidia de algunos futbolistas, que se disolvieron en la atmosfera de San Mamés. La victoria del Athletic la firmó Aduriz, el solista imprescindible del equipo vasco, con un plástico y contundente remate de cabeza. El Athletic culminó con el vuelo de Aduriz su semana mágica: venció al Eibar en el derbi vasco, al Espanyol en la vuelta de las semifinales de Copa y pudo con el Real Madrid en su estadio. El equipo de Ancelotti afronta una semana delicada y espera volver a vencer en Champions, de momento la competición en la que se está mostrando más sólido. La recuperación de sus estrellas, más cuestionados que nunca por la prensa, será fundamental para convencer al Bernabéu. Las mejores noticias para el Madrid llegan desde la enfermería, con la recuperación de Pepe, que fue de lo mejor de Bilbao, y la vuelta de Sergio Ramos y de Luka Modric, dos piezas fundamentales de la columna vertebral de Ancelotti. A la espera de que Kroos e Isco reencuentren su mejor versión física, el Madrid quiere aprovecharse de un rival débil como el Schalke 04, que fue inofensivo en Alemania. A dos semanas del clásico, la única certeza es que todo puede cambiar: el fútbol es un deporte que se construye con realidades efímeras. [1] . .

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Jorge Rodríguez Gascón.

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Foto 1: http://www.libero.pe; Foto 2: AP q4p.co; Foto 3: deportes.elpais.com

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[1] Como dijo Isco en la zona mixta de San Mamés, no sabemos si en serio o en broma: “Los equipos tienen altibajos, unas veces estás arriba y otras veces estás abajo”.

LAS TÁCTICAS DEL AJEDREZ

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En el derbi madrileño, como en cada partido, cobra importancia la lucha entre dos equipos con planteamientos diferentes. Se espera un gran duelo táctico entre dos entrenadores, que a fuerza de enfrentarse, parecen conocer hasta el último lunar de sus rivales.

La gran virtud de Simeone ha sido dotar de una identidad innegociable a su equipo. El equipo sabe a lo que juega y cree en ello sin titubeos: “No sabemos jugar de otra manera. No lo vamos a cambiar porque somos un equipo intenso”. La otra ha sido ganarle al Madrid, en la pizarra y en el campo. Salvo en la eliminatoria de Copa del Rey del año pasado (en la que a Simeone le sorprendió el despliegue de Di María como volante y el Madrid venció con claridad) el técnico argentino le ha ganado la partida al italiano con claridad. En los últimos derbis madrileños, más allá de quien haya ganado, se ha jugado a lo que al Atlético más le interesaba.[1]

Simeone sabe que el mayor peligro del Madrid son sus transiciones rápidas, esas aceleraciones en las que sorprende al rival desguarnecido y lo aniquila con suma facilidad. Por eso su planteamiento pasa por construir un equipo compacto, con una línea defensiva sólida (Miranda y Godín) y muchos jugadores por detrás del balón. Un grupo que se sepa replegar con velocidad y fuerce al Madrid al ataque posicional. El técnico argentino pretende jugar un partido cerrado, en el que se pelee cada metro en la disputa, para tapar líneas de pase y lanzar las contras con Griezmann. Los mismos espacios que quiere facilitar para el francés, se los quiere privar a Bale y Cristiano, dos velocistas que a la carrera resultan imparables. El Atlético procurará atacar al Madrid en las asociaciones de Koke, Arda y Griezmann (mucho más importantes de lo que la prensa destaca), en el juego a balón parado y en el remate de Mandzukic. El croata será también fundamental: debe dar aire a los compañeros y encontrar la opción de pase en ataques con pocos efectivos.

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Ancelotti por su parte prefiere un intercambio de golpes. Sabe que si su equipo encuentra metros para correr, el Atlético estará expuesto en defensa y será más vulnerable. El Madrid de este año puede jugar un fútbol más asociativo pero nunca pierde de vista el marco rival. No le gustan las posesiones intrascendentes y el equipo prefiere ser vertical a ser metódico. Durante un tiempo la idea que Ancelotti fomentaba surtió efecto: el Madrid consiguió realizar un fútbol vistoso y efectivo, lleno de imaginación y de pegada. Sin embargo poco a poco fue perdiendo el brillo y se convenció de que el fútbol vertiginoso de sus delanteros daba los mismos resultados que un modo de juego más aseado. El Madrid no parece sentirse tan cómodo en ataque estático, con sus rivales replegados en campo rival, como cuando tiene vía libre para correr. Entre otras cosas porque ha perdido algunos futbolistas capaces de encontrar líneas de pase en espacios reducidos (Modric, James). Y sólo Isco y Benzema parecen lo suficientemente creativos para descomponer a defensas bien plantadas, en asociaciones luminosas.

Si al Atlético le interesa un partido trabado, al Madrid le beneficia todo lo contrario: el juego a quemarropa, con pocas interrupciones, un tipo de partido en el que los fondistas atléticos se queden sin aliento.

Asistiremos a la batalla táctica por antonomasia: el Madrid, con una de las mejores delanteras del mundo, quiere correr, y el Atlético, con la defensa más poderosa de la liga, prefiere competir. Preguntado por las bajas del Madrid, Simeone advierte: “No pensamos en las bajas del rival. Sí de qué manera llevar el partido a donde nos interesa”, y Ancelotti confirma: “Hay que tener coraje de hacer lo máximo para jugar como tú quieres”.

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Jorge Rodríguez Gascón.

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[1] No hay que olvidar que la victoria del Madrid en la final de Lisboa se produjo con un gol agónico de Sergio Ramos en el minuto 94 y que el Madrid sólo se sintió cómodo en la prórroga, cuando su rival se había desfondado

LOS PROTAGONISTAS DE LA PRIMERA FASE

-Once ideal del Mundial:

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(*) Otros de los destacados del Mundial son: James Rodríguez, Müller, Van Persie, Jackson Martínez o el portero costarricense Keylor Navas.

(*) Messi y Cuadrado no juegan en la posición asignada. Pero les he fabricado un sitio, en el que pueden jugar, para que tengan hueco en el mejor once de la primera fase.

-Las revelaciones del Mundial:

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-Las grandes decepciones del Mundial:

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(*) Los delanteros Suárez y Ballotelli comenzaron bien la competición e hicieron buenos partidos al inicio. Pero han sido señalados por motivos diferentes. El italiano acabó siendo intrascendente en el juego de la azzurra y la afición empieza a perder la paciencia con él. Y el uruguayo mordió a un rival por tercera vez en su carrera y ha sido suspendido 4 meses. Su indisciplina parece haber condenado a la celeste y ha decepcionado a sus seguidores.

El MUNDIAL: RESUMEN DE LA PRIMERA FASE

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La primera fase del Mundial de Brasil ha tenido instantes de brillantez, muchos goles y apariciones de las grandes figuras. La competición avanza impulsada por destellos, por minutos de emoción que interrumpen tramos de juego intrascendente. En este Mundial se pelea cada metro, se arriesga en la disputa y cada balón es importante. Los equipos americanos, aclimatados a la humedad brasileña y sobre todo superiores en intensidad y entusiasmo, están dominando la competición.8 de los 16 equipos clasificados para octavos son del continente americano: Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Estados Unidos, Costa Rica y México.

La gran mayoría de las figuras están respondiendo y han sabido brillar en Brasil. La anfitriona camina liderada por Neymar, una especie de niño prodigio que tiene que crecer a pasos de gigante en un escenario sin comparación. El brasileño está encantado de que Scolari le dé galones y está cómodo ante los focos. En la canarinha se le ve más suelto que en el Barcelona: está más acertado en el regate, mira más a puerta y tiene el don de la oportunidad. En una situación parecida está Leo Messi, al frente de la selección de un país que vive el fútbol con fanatismo. El 10 argentino ha sido determinante en todos los resultados de la albiceleste, ha marcado en todos los encuentros que ha disputado y parece más implicado e inspirado. La prensa brasileña sueña con un enfrentamiento entre las dos grandes del fútbol sudamericano y Messi y Neymar parecen avanzar en una carrera paralela, casi calcada. Ambos están decidiendo la suerte de equipos poco imaginativos, que dependen demasiado de su inspiración y que han dejado muchas lagunas. Aunque con una gran diferencia entre ambas selecciones: Brasil parece un equipo más sólido y difícil de ganar, con centrales más fiables. Argentina deja más dudas en la zaga y puede sufrir en octavos ante el culebreo del suizo Shaqiri.

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La Alemania de Joachim Löw tampoco ha acabado de convencer. Asombró en el debut ante Portugal mostrando un juego muy coral y eficaz. Müller anotó el primer hat-trick del Mundial, y el centro del campo alemán dio una lección de precisión y rapidez. Desde ese día Alemania ha perdido algo de frescura y ya no parece tan temible. La Argelia de Feghouli calibrará el estado de la mannschaft en octavos de final.

Dos selecciones renovadas en el banquillo se han ganado el cartel de favoritas. La Holanda de Van Gaal, camina con autoridad, después de completar su venganza y humillar a la campeona. Ha sido un equipo muy fiable, que sabe replegarse y buscar la velocidad de sus dos zurdos: Robben y Van Persie. Se enfrentará a un equipo bien trabajado como México, con Gio Dos Santos, Guardado y Chicharito como grandes peligros. La nueva Francia de Deschamps ha sido uno de los equipos más brillantes de la competición, con un mediocampo poderoso en el que se implican Matuidi, Pogba, Cabaye y Valbuena, y un Karim Benzema desatado en la delantera. Su rival en octavos será Nigeria, una selección atrevida pero a la que le falta disciplina.

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En el capítulo de las decepciones destacan España e Italia, como representantes de un estilo de juego que ha sucumbido ante la intensidad y la tensión competitiva de sus rivales. España fue un equipo frágil de moral, sin la frescura necesaria para defender el título. A la Italia de Pirlo y de Prandelli le pesaron los años de sus símbolos y le faltó pegada para culminar una propuesta valiente. Inglaterra, otra de las grandes que ha caído pronto, fue un equipo osado pero inocente. Tiene jugadores de gran futuro pero a los que les falta experiencia para las grandes ocasiones. La Portugal de Cristiano Ronaldo decepcionó desde el principio. A su capitán se le vio ansioso y fallón, enfadado consigo mismo y con sus compañeros. Fue un equipo sin alma, incapaz de ir a por la clasificación cuando Ghana se tambaleaba. Solo Moutinho era capaz de dar algo de criterio al mediocampo portugués.

Costa Rica ha sido la gran sorpresa al conseguir la clasificación, dejando fuera a dos campeonas del mundo: Italia e Inglaterra. Los ticos son un equipo entusiasta en el que destacan los reflejos de Keylor Navas y la finura de Bryan Ruiz. Chile es otra selección con poderío. Fue el verdugo de España y a nadie le sorprende que sea un conjunto con ambición, con capacidad para aspirar a todo. El partido ante Brasil medirá la ilusión de un equipo solidario en el que Vidal dirige, Alexis ejecuta y todos trabajan.

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Colombia, otra de las grandes revelaciones, ha sorprendido con un juego fresco y alegre. Cuadrado desborda por los costados, James Rodríguez inventa y Jackson Martínez define. El zurdo James Rodríguez está siendo uno de los futbolistas de la competición, tiene un manejo de balón exquisito y disfruta en una selección festiva como la colombiana.

Bélgica es otra de las que ha conseguido tres victorias, aunque sin la brillantez que se le suponía en un grupo tan débil. Es un equipo con calidad y juventud, que se mueve al ritmo de Hazard. Tiene una eliminatoria interesante frente a Estados Unidos, un combinado que ha crecido gracias al protagonismo de Dempsey y a la sensatez de Bradley. Uruguay se recuperó del batacazo inicial ante Costa Rica y superó la fase de grupos. Pero una estupidez de Suárez le ha restado opciones en su enfrentamiento ante Colombia. Y ha limitado la ilusión de vivir un nuevo Maracanazo.

En estas dos semanas hemos visto una competición intensa y bonita, en la que han pasado muchas cosas. Está siendo un torneo ofensivo, con más goles que juego. Hay gran igualdad sobre el césped y da la sensación de que cualquier teórico favorito puede ser derrotado por unos aspirantes atrevidos y desvergonzados. El Mundial presenta todos los alicientes para ser un espectáculo emocionante.

 

 

MIÉRCOLES DE MUNDIAL

Bosnia 3-1 Irán. (Arena de Fonte Nova)

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En el Arena de Fonte Nova, Bosnia consiguió la victoria por 3-1 ante Irán, con goles de Džeko, Pjanić y Vršajević. Los bosnios mostraron sus buenas maneras y vencieron en un partido agónico a los de Carlos Queiroz, que optaban a una clasificación histórica. A la Bosnia de Safet Sušić le gusta llevar la iniciativa del juego, tiene futbolistas de calidad, pero pecó de inocente en sus dos primeros partidos y la derrota ante Nigeria supuso su eliminación. Con nada en juego, Bosnia mostró aquellas cualidades que se le intuían y venció con solvencia a la voluntariosa Irán.

Ghoochanneijhad, un delantero de buenos movimientos, maquilló el resultado para los iraníes. Queiroz dimitió tras el partido y la eliminación. Afirmó que no ha recibido ninguna propuesta de renovación por parte de la federación iraní, pese al gran trabajo realizado por su selección antes y durante el Mundial.

 

Francia 0-0 Ecuador. (Estadio Maracaná)

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Francia empató a cero ante Ecuador en Maracaná, en un encuentro marcado por la expulsión de Valencia por una entrada a Digne. Francia dispuso de las mejores oportunidades, especialmente en un remate a bocajarro de Griezmann que detuvo Domínguez, en estrecha colaboración con el larguero. Pogba también dispuso de un cabezazo con todo a favor, pero el mediocentro cruzó en exceso su remate.

Aún así a la selección francesa le faltó la brillantez de otros días. Benzema, que había sido designado por la FIFA como el mejor jugador del torneo hasta el momento, necesita mayor acompañamiento. Solo la salida de Giroud le dio a la selección bleu nuevas variantes. Pero el trabajo de un equipo solidario y de un portero especialmente acertado impidieron la victoria de los franceses.

 

Suiza 3-0 Honduras. (Estadio Amazonia)

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Suiza completó la jornada con una victoria por 3-0 ante Honduras. Shaqiri protagonizó una de las mejores actuaciones de lo que llevamos de torneo y consiguió un hat-trick para llevar a su equipo a los octavos de final. El suizo es un futbolista habilidoso, potente y de zurda sutil. Ante Honduras, marcó tres goles de mérito y el primero fue de bellísima factura: el futbolista del Bayern Múnich soltó un latigazo inapelable a la escuadra de Valladares. El combinado suizo consiguió la clasificación y se enfrentará a la Argentina de Messi en octavos.

 

 

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