XAVI, RAKITIC Y EL CUATRO DEL BARÇA

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Xavi Hernández jugó el pasado sábado sus mejores minutos de la temporada. Tras el Mundial, estuvo a punto de marcharse del Barcelona. Llegó derrotado, con la sensación de que ya no estaba para competir al máximo nivel. Su única condición para el traspaso era irse a un equipo que no pudiera enfrenarse al Barcelona. Llegó a comunicarle al club y a su entorno que se iba pero, finalmente, decidió quedarse una temporada más. Con una escueta promesa ante los medios: “trabajaré para sentirme útil”. Frente al Granada, el de Tarrasa le dio sentido y velocidad a la circulación, estuvo preciso en el pase y supo conectar con la delantera. Participó en 3 de los 6 goles de su equipo e ideó el mejor gol de la tarde. Xavi recibió el balón y realizó su gesto técnico más característico: un suave giro sobre sí mismo que le libera de la presión del rival. Levantó la cabeza, vio la carrera de Alves y le sirvió un balón medido. El brasileño prolongó al primer toque y Messi (sin que el balón hubiese botado desde que partió de Xavi) remató a gol. Xavi Hernández parece estar en un buen momento físico y su cabeza vuelve a estar fresca. Luis Enrique vaticinó que será importante en muchas fases de la temporada. Ante los medios, el medio afirmó con una sonrisa: “En la segunda parte he vuelto a disfrutar”. Al acabar el partido algo quedó claro en el Camp Nou: Nadie lee el fútbol como Xavi.

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La otra gran noticia del partido fue Ivan Rakitic, de largo el mejor fichaje de la temporada. El croata ha entendido las claves del juego blaugrana y ha sabido adaptarse a las necesidades del equipo. Posee un gran sentido del juego colectivo: es sensato en la circulación, trabaja como nadie en la recuperación y sabe improvisar cuando el partido lo requiere. El croata ha brillado jugando como interior puro, más tirado a la banda derecha e incluso como único mediocentro. A las características propias del cuatro blaugrana (buen trato de balón, inteligencia táctica y facilidad en la asociación) añade otras virtudes que le dan a su equipo mayores registros. Es un futbolista de mucho recorrido, que llega al área rival y dispara con peligro, algo fundamental en un equipo al que le cuesta tirar desde lejos. Además, es poderoso en el juego aéreo y se sacrifica en la disputa, algo que parece haber mejorado en Barcelona.  En el Sevilla era el jugador que marcaba la diferencia. Partía desde posiciones más adelantadas y tenía mayor libertad de movimientos. Jugando más liberado, su calidad era el principal argumento ofensivo del equipo hispalense. Meses más tarde, ya está habituado al juego del Barcelona. El croata ha cambiado aspectos de su juego: no suele perder el sitio, se implica en la recuperación y es cuidadoso en la entrega. Y se ha ganado el reconocimiento de su nueva afición en un puesto vital para el Barcelona. El pasado sábado, el público del Camp Nou le despidió con una ovación, premiando su gol y su gran actuación. El diez del Sevilla se ha convertido en el cuatro del Barça.

Por Jorge Rodríguez Gascón.

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